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Cuando el sexo separa a la pareja en vez de unirla

El psicólogo Michael Karson propuso 6 categorías que enmarcan los problemas más frecuentes al momento de intimar

Cuando el sexo separa a la pareja en vez de unirla
9 de Noviembre de 2019 | 02:19
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Como suele repetirse en este espacio, la comunicación es clave para todo tipo de vínculo humano y eso, claro está, incluye a la pareja. También es necesaria una buena comunicación en el ámbito sexual, que incluya sinceridad y confianza.

En algunas relaciones, el sentimiento de decepción que sobreviene tras las relaciones íntimas genera mucha incertidumbre, frustración y deterioro. Cuando alguna de las partes involucradas siente que las cosas no van bien, debe transmitirlo, decir lo que le preocupa, lo que siente, lo que la está afectando. De esta manera, se está más cerca de la resolución.

El “placer del sexo crea un vínculo en la pareja que es el que garantiza el compañerismo entre las partes”, afirma el doctor Michael Karson, profesor de psicología de la Universidad de Denver, quien sentencia: “Sin sexo, por tanto, no hay amor compañero que valga”.

Según las explicaciones que el profesional brindó en su blog Psychology Today, pueden existir “seis categorías” para enmarcar los problemas de las parejas con el sexo.

Una de las partes quiere más

Este es un problema frecuente sobre el que se habla mucho y en base al cual se han realizado cientos de investigaciones. Así y todo, es complejo alcanzar una conclusión.  Sin dudas, cada persona tiene sus “ritmos y gustos”, por lo cual resulta comprensible que una de las partes demande más sexo que la otra. El conflicto aparece cuando la frecuencia es escasa (“¿haces el amor menos de una vez a la semana?” Es poco, precisó el psicólogo) o cuando la demanda de intimidad difiere entre las partes.

Karson indica que “cuando pensamos que no hacemos suficiente el amor con nuestra pareja, generamos un resentimiento y una falta de entusiasmo que afecta a todos los aspectos de la relación y la convivencia”. La clave es identificar ese problema: “no debemos hacer como que no pasa nada”, algo que muchas parejas toman como opción. Esto es algo que “lleva directamente a la infidelidad o la ruptura”, reconoce el doctor, que propone “empatizar con el otro”.

“La persona que necesita más sexo debe seguir una estrategia para que se cumplan sus necesidades y deseos sexuales, y la otra persona necesita una estrategia para satisfacer las demandas de su pareja que no parezca una capitulación”.

La paternidad

En ocasiones, la decisión de agrandar la familia suele afectar a la vida sexual de las parejas. Embarazo, la “temida” cuarentena y los bebés. Pareciera que el desgaste que implica el rol de madre y padre adormece la pasión sexual o la desplaza.

La solución que plantea el doctor es un tanto “fuerte” porque pregona que “la relación con nuestra pareja tiene que estar por delante de la relación con nuestros hijos”. Resulta difícil de llevar adelante, pero el argumento que añade tiene sentido: “El bienestar de la pareja depende en primera instancia el bienestar familiar. Tu pareja puede dejar de serlo en cualquier momento, tu hijo no dejará de serlo nunca. Todo esto no quiere decir que debamos abandonar a nuestros pequeños en una cuna, pero debemos reservar espacios para disfrutar de nuestra pareja sin estar pensando en los niños”.

No se habla del tema

“Muchos de los problemas sexuales de las parejas surgen por las dificultades para discutir sobre el tema”, afirma Karson. Y volvemos a la comunicación. Hoy en día, aún hay personas que consideran que hablar de sexo es algo tabú o “innecesario”.

Esta falta de comunicación entre las partes -hay que insistir porque gran parte de los problemas de las parejas, por no decir la mayoría, radican justamente en la carencia o la mala comunicación- provoca cada uno se sienta vulnerable y “conduce a intensos sentimientos de traición y rechazo”.

Se ha idealizado la pasión

El romanticismo caló profundo en la sociedad. No está mal alanzarlo, pero a veces se idealiza hasta tal punto que las expectativas que se depositan en la pareja suelen ser irrealizables o contradictorias.

Se pretende que el sexo siempre sea “pasional, espontáneo y salvaje”. Pero quizás, en una pareja que lleva más de tres años juntos es algo imposible. “El sexo no tiene por qué ser espontáneo para ser bueno”, reconoce el psicólogo, quien cita, a su vez, al sexólogo Roberto Sanz, quien indica que el sexo “puede planificarse, como cualquier otra actividad y, de hecho, merece la pena que hagamos un hueco en nuestra apretada agenda para practicarlo. Hay quien piensa que el sexo debe ser necesariamente una actividad espontánea, pero es un error: mejor tener relaciones planificadas que no tenerlas”.

El sexo no interesa

El sociólogo Pepper Schwartz creó, en 1983, el término “Lesbian bed death”, para referirse a la ausencia de sexo en las relaciones lésbicas que, de acuerdo a sus estudios, era “mayor” que en el resto de parejas heterosexuales y homosexuales. Su concepto fue muy criticado, pero es real que en ciertas parejas el sexo desaparece por completo, pudiendo sufrir “anorexia sexual”. En este caso, no sólo se evita la cama, sino también las muestras de afecto y cariño.

A criterio del profesional, este es “el problema sexual más intenso que puede sufrir una pareja y también el más difícil de solucionar. Si ninguna de las partes tiene interés por hacer el amor con su pareja, ¿cómo va a tener interés por arreglar el problema? Si esta situación se prolonga en el tiempo, no hay más remedio que la separación”.

Asociamos el sexo con la libertad

La sociedad actual asocia la práctica sexual placentera con la “libertad y la rebeldía”. Este es otro de los cambios que se debe tener en cuanto a la concepción del sexo en pareja: creer que la “libertad y la rebeldía” se esfuman.

Tal cual explica el psicólogo, el sexo en pareja puede seguir siendo divertido, pero tenemos que sacarnos el instalado chip de que, una vez que convivimos con nuestra pareja o “formalizamos” el intimar pierde su “capacidad liberadora”. El profesional propone “cambiar de mentalidad con urgencia” para poder alcanzar una vida sexual más satisfactoria. 

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