Mercurio retrógrado: parar, volver y revisar

La primera retrogradación de Mercurio del año comenzó la semana pasada en el signo de Piscis y continuará hasta final del mes. El tránsito de Mercurio (símbolo de la mente) por Piscis (símbolo de la sensibilidad) es un momento para que nuestras ideas se encuentren con nuestras emociones. Al sumarse la retrogradación, el proceso se profundiza aún más. ¿Cuánta distancia hay entre lo que pensamos y lo que sentimos? ¿Por qué la retrogradación, lejos de ser una complicación, es una gran oportunidad?

¿QUÉ SIMBOLIZA ESTE TRÁNSITO?. Mercurio es el planeta que representa la mente, los procesos racionales, cognitivos e intelectuales. Es decir que simboliza la forma de poner en palabras nuestras ideas, comunicarnos y por lo tanto sociabilizar y conectar con otras personas. Se trata de un “hacer puente”. Por su parte, Piscis es la cualidad más sensible, compasiva, intuitiva y espiritual de los seres humanos.

Al combinar ambos símbolos, deducimos que cuando Mercurio se encuentra en Piscis, es tiempo de que nuestra razón haga silencio para escuchar a nuestra emoción. Los seres humanos creemos que podemos gestionar y resolver la vida desde el análisis y el razonamiento. Por supuesto, nuestra cabeza es mucho más veloz que nuestra emoción. Podemos pensar rápidamente cuál es la mejor solución para un problema, sin embargo eso no significa que nuestro sentir sobre la situación cambie con la misma velocidad.

Por ejemplo, si invitamos a alguien a nuestro cumpleaños y esa persona nos dice que no podrá asistir porque está de viaje, racionalmente lo comprendemos enseguida. Sin embargo, el desencanto emocional no se resuelve tan rápidamente, nos llevará un poco más de tiempo procesar esa realidad a nivel afectivo.

¿QUÉ SIGNIFICA LA RETROGRADACIÓN?. La retrogradación es un movimiento aparente, es decir, al mirar desde la tierra, parece que el planeta se moviera para atrás. Este volver sobre sus pasos se traduce simbólicamente en revisar, recordar, rectificar, recapitular, reordenar, renovar, rehacer, etc. Fundamentalmente, se trata de un movimiento que se detiene, se ralentiza, se enlentece.

La astrología clásica presenta este movimiento planetario como un momento en el que falla todo aquello que opera conectando, tendiendo puentes: las comunicaciones, el transporte, el comercio, es decir lo que lleva y trae información, objetos o personas. Es por eso que, desde esta perspectiva, se auguran contratiempos con la tecnología, como que falle la computadora, se rompa un celular, se pierda información, se complique la firma de un contrato, se demore una compra o un trámite. También se supone que nuestra mente y comunicación personal se perturban, generando situaciones como estar confusos, decir una cosa por otra y vivir malentendidos que complican las relaciones.

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La Retrogradación de Mercurio no es una mala pasada del universo. Es un momento para darnos cuenta que nuestra cabeza ha dejado atrás a nuestro cuerpo y a nuestras emociones. Algo en nosotros nos susurra que es tiempo de hacer silencio y registrar que estamos desconectados. Quizás entonces, que se rompa el celular o se demore una compra, es lo mejor que puede pasar, para revisar qué queremos realmente hacer con eso y escuchar lo que pueda decir nuestra intuición.

Estos llamados de atención son cruciales para re-unir-nos nuevamente. Si no bajamos la velocidad, probablemente entremos en estados de caotización. Nos podemos dispersar y “comprar buzones” porque estamos confusos. Acallar la mente nos permite procesar emociones, sensaciones e intuiciones. Esto requiere una desaceleración. Si logramos vivir más despacio en tiempos de Mercurio retrógrado, nos volvemos más receptivos, reflexivos, intuitivos, introspectivos. No es extraño necesitar dormir más, porque el inconsciente tiene mucho para procesar.

Lamentablemente, los seres humanos no nos escucharnos verdaderamente, no bajamos de velocidad cuando lo necesitamos, por lo que forzamos este proceso y lo vivimos como un problema. Nuestro Ser interior sabe cuando es momento de bajar un cambio y revisar (retrogradar!). Pero nuestro ego quiere imponer el deseo caprichoso de seguir. El resultado es un alto nivel de frustración, porque sentimos que la vida no avanza a la velocidad que pretendemos y todo parece complicarse.

El proceso de Mercurio Retrógrado dura todo el mes y ocurre en Piscis, una energía de alta sensibilidad y empatía, que habilita el pasaje hacia el alma. Nos pide avanzar despacio, hacer silencio y escuchar la voz de la intuición. Detenernos, dando lugar a que la mente y la emoción se vayan alineando, es aprovechar el mejor potencial de Mercurio retro. Si hacemos este trabajo, conectamos con otro nivel de amorosidad, intuición, espiritualidad, escucha, conexión, resonancia y meditación.