Cansados de los robos, tiraron en la penumbra: habrían matado al ladrón

El cadáver de Sergio Hernán Maldonado, de 26 años -según la identificación oficial brindada por la Policía-, fue hallado con al menos un disparo en la espalda. Lo que a primera hora de la mañana aparecía como un misterio en torno a otro crimen en la región, para el mediodía ya tenía dos sospechosos y una hipótesis que habla sobre otra historia de presunta intrusión, robo y reacción a tiros de las víctimas.

Tras las primeras actuaciones de rigor en la zona del hallazgo del cuerpo, las inmediaciones de 155 y 89, Los Hornos, policías y funcionarios judiciales obtuvieron un avance singular: el propietario de un campo lindero y su hijo se presentaron en la comisaría tercera de Los Hornos cargando una escopeta y una carabina que habían disparado en medio de la noche, tras ver que algo o alguien se movía cerca de la casa, en una escena de un aparente intento de escruche.

“Acá están las armas. Las trajimos para que investiguen”, dijo, palabras más, palabras menos, uno de los dos hombres de 56 y 30 años que se presentaron en la comisaría cerca del mediodía.

Son padre e hijo y viven juntos en una casa situada en inmediaciones de 154 y 90. Entre las 4 y las 5 de la mañana sintieron ruidos afuera y salieron con las escopetas.

Según el relato que reprodujeron a este diario fuentes de la causa, al levantar la cabeza notaron movimientos en la penumbra y decidieron disparar, indicaron.

Defendieron esa respuesta indicando que sufrieron varios robos últimamente. En ese sentido, apuntaron que ante sí encontraron una garrafa de 10 kilos y una bicicleta dispuestos como para que alguien se los llevara.

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Los policías de la comisaría tercera incautaron las armas y asentaron el relato de los hombres. Luego, les indicaron que podían irse.

En la pesquisa policial manejaban ayer la posibilidad de que en la escena del robo que se configuró ayer hubiera dos ladrones. Uno sería el joven asesinado y de su compañero nada se sabía.

La fiscal penal Cecilia Corfield (UFI Nº 15), a cargo de la instrucción de la causa por homicidio, aguarda el peritaje sobre el proyectil que atravesó el omóplato de Maldonado.

Las fuentes consultadas ayer en la Policía y la Justicia, coincidieron en que la sospecha conduce a una muerte producto del disparo de una de esas armas.

“El escenario podría plantearse en una situación de legítima defensa o de un homicidio culposo”, calculó una de las fuentes de la investigación.

En ambos casos, se presume que el joven muerto estaba en la propiedad con la finalidad de robar en la casa de los hombres que dispararon las armas.

La autopsia al cuerpo de Maldonado buscará recuperar el proyectil que, según se deduce, lo mató. También se estudiará un corte superficial que presenta en la cabeza.

La casa donde se habría iniciado todo está a unos 250 metros del lugar donde apareció el cuerpo de Maldonado. El hallazgo fue reportado alrededor de las 7, por una persona que se acercó hasta un puesto de la Gendarmería Nacional (los efectivos están en guardia por una toma de tierras que pertenecen a la Nación).

La zona es semi urbana, con casas esparcidas entre chacras. A unas diez cuadras, vive una joven que dijo ser pareja de Maldonado. Les dijo a los policías que habían discutido a eso de las 2 de la mañana y el joven había dejado de la casa. “La chica reconoció que el muchacho se dedicaba a robar”, apuntó un pesquisa.

En la misma línea, de la primera consulta de antecedentes penales del joven asesinado, se estableció que estuvo preso hasta el mes de junio en el complejo carcelario de Florencio Varela, como sospechoso en una causa por robo agravado. Habría estado allí por poco tiempo hasta que cayó la detención porque no se dispuso la prisión preventiva.

Antes de eso, en mayo también estuvo bajo arresto en la comisaría de Los Hornos, se informó.