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La vida de platenses en Italia cercados por el coronavirus

Una psicóloga en Calabria y una médica en Milán cuentan sus experiencias. La primera está en La Plata en cuarentena voluntaria. La segunda atiende casos todos los días

La vida de platenses en Italia cercados por el coronavirus
12 de Marzo de 2020 | 02:10
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La psicóloga platense Sandra Marzano (54) llegó el lunes a nuestra ciudad en un vuelo de Alitalia proveniente de Roma para visitar a su madre, que vive en el barrio de Parque Castelli. Lo hizo acompañada por su marido italiano, el químico Nicola Lorenti (55). Desde entonces, y por propia iniciativa porque nadie se los solicitó oficialmente, y aunque no padecen ningún síntoma de coronavirus, permanecen en nuestra ciudad en cuarentena.

“En los hospitales tienen que elegir a quién entubar y a quién no. Y no hay alcohol ni mascaras”

 

“Cuando llegamos al aeropuerto de Roma -nosotros vivimos en Calabria, yo particularmente desde el año 2002- nos tomaron la temperatura a distancia antes de subir al avión, y si hubiésemos tenido fiebre en ese momento no nos hubiesen dejado subir. Y en el vuelo, sentí que era el viaje más triste de mi vida. El avión estaba casi vacío, el silencio era total, y varios teníamos barbijos -las azafatas no- y de pronto el estornudo de un pasajero sonó como un trueno. Esto marca un poco lo que está sucediendo con el coronavirus”, describe Sandra.

“Cuando llegamos a Ezeiza -agrega- me sorprendieron los controles, bastante más exigentes que en Roma. En el mismo avión nos tomaron la temperatura, y nos hicieron firmar una declaración jurada en donde nos pedían los lugares que visitamos en los últimos 14 días y la dirección y un teléfono de referencia de nuestro paradero en Argentina. Recién finalizado eso nos dejaron bajar y realizamos normalmente los trámites en Migraciones. Y llegados a La Plata, con mi marido decidimos cumplir con una autocuarentena de 14 días, fundamentalmente para no asustar ni a familiares ni a vecinos, ya que comprendemos que pueden sentir temor. Pensábamos volver a Italia a fin de mes, pero habrá que ver que sucede ahora con los vuelos”.

“Decidimos cumplir con una autocuarentena de 14 días en La Plata, fundamentalmente para no asustar ni a familiares ni a vecinos, ya que comprendemos que pueden sentir temor, aunque ni yo ni mi marido experimentamos ningún síntoma. La idea era volver a Italia a fin de mes, pero ahora habrá que ver que sucede con los vuelos”

Sandra Marzano,
psicóloga

 

Con respecto a lo que está sucediendo en Italia, su lugar habitual de residencia, Sandra cuenta que “hay un miedo paranoico, la gente está muy asustada. Nosotros vivimos en Calabria, donde este invierno no hizo mucho frío, y cuando todo esto comenzó parecía un problema limitado solo a los chinos. Luego, cuando el coronavirus llegó a Italia, lo hizo en la zona de Lombardía, y en el sur decían que era un problema del norte. Ahora el virus está en todo el país, pero para que esto sucediera, creo que el gobierno de Italia hizo algunas cosas muy mal”.

“La primera de ellas -explica la psicóloga platense, que en Italia trabaja en Pedagogía clínica- fue no diagnosticar correctamente al que se considera fue el primer caso, que correspondió a un hombre de 71 años que aparentemente habría sido contagiado por un alemán en un pueblo de la Lombardía; y el segundo fue haber dejado filtrar un día antes las medidas restrictivas que se iban a tomar. Un día antes todo el mundo abarrotó los trenes, contagiados y no de una región hacia todo el país, y eso fue fatal, además de que el sistema sanitario italiano resulta insuficiente para semejante crisis”.

UNA MÉDICA PLATENSE EN MILÁN

La doctora Eleonora Valenti (44) vive en Italia desde hace 15 años, y ejerce como médica de cabecera en Locate Trriulzi, un pueblo de 12.000 habitantes ubicado a unos 10 kilómetros de Milán. Había estado en La Plata en enero visitando a familiares en su viejo barrio de 66 y 29, y cuando volvió a Italia comenzó a dispararse la que desde ayer es una pandemia.

“El virus está en todo el país, pero para que esto sucediera, el gobierno hizo algunas cosas mal”

 

“Es muy triste todo lo que está sucediendo -cuenta a la distancia- es una situación muy difícil y creo que no estábamos preparados para esto, fue todo muy inesperado y muy rápido. La gente está muy asustada y nosotros también. Yo particularmente por mi trabajo, lo hago en un geríatrico en el que murieron 22 personas en 10 días, y también como médica de cabecera -tengo unos 1.500 pacientes a cargo- me tocó atender muchos casos de coronavirus. No hay alcohol en gel, ni mascarillas ni guardapolvos para todos, y me ha tocado escuchar que en los hospitales tienen que elegir a quien entubar y a quien no. Insisto en que todo es muy feo”.

“Es muy triste todo lo que está sucediendo, es una situación muy difícil y creo que no estábamos preparados para esto, fue todo muy inesperado y muy rápido. La gente está muy asustada y nosotros también. Todo está cerrado, y para ir de un lugar a otro hay que justificarlo y pedir una autorización oficial. Nadie sale a la calle”

Eleonora Valenti,
médica

 

En cuanto al plano social, Eleonora cuenta que Italia está paralizada. “Todo está cerrado -dice- y para ir de un lugar a otro hay que justificarlo y pedir una autorización oficial. Nadie sale a la calle”.

Junto a su marido italiano -Giuseppe (46), técnico electrónico- Eleonora vive en una región en la que percibe la tristeza.

“Se siente permanentemente -asegura- porque además hay pánico. Yo misma tengo miedo, pero no por mí, ya que ser médica es lo que elegí, es mi trabajo y es mi vocación, sino por mi familia. Trato de cuidarme todo cuanto puedo, uso todo el tiempo mientras atiendo anteojos, guantes y guardapolvo, porque mi miedo es fundamentalmente el de llevar luego el virus a mi casa”.

 

 

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Eleonora junto a su marido Giuseppe

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