Entrenamiento físico a full: la capacidad del cuerpo para ejercitarse e ir más allá de sus propios límites

“Las personas se pueden entrenar toda la vida. De hecho, existe el caso de un hombre de 100 años que completó una maratón de 42 kilómetros. Esto quiere decir que todo depende del estado general”. Así comenzó un intercambio de audios de WhatsApp entre el “profe” Fernando Signorini y este diario, charla mediante la cual recordó a Fauja Singh, quien nació en la India en 1911 y, tras cumplir un siglo de vida, alcanzó un récord Guinness.

Además de este experimentado corredor, si hay alguien que tampoco sabe de límites es el propio ladero que acompañó “en las malas” a Diego Armando Maradona. Es quien se dedicó toda la vida a la educación y preparación física, pero, en especial, al entrenamiento integral… Y, sobre todo, humano. Él fue quien le devolvió el vigor al “Diez” para alumbrar una Selección Argentina que parecía sin destino.

“En el entrenamiento debe haber una armonía entre lo que el sujeto es y lo que él hace”

De todos modos, esta charla no comenzó para hablar de lo que siempre buscan conversar con él sino para que refleje su docencia sobre un tema poco tratado: ¿cuáles son los límites para el entrenamiento físico?

Esta consulta persiguió el propósito de saber hasta dónde las personas pueden entrenarse, romper récords, correr maratones, levantar peso y demás prácticas corporales.

CUESTIÓN DE UMBRALES

En palabras de Signorini, “el límite del entrenamiento está dado por razones biológicas, psicológicas, emocionales, pero no hay un umbral preciso. Salvo alguna patología que, por caso, sugiera caminar sin forzar ninguno de los órganos involucrados”.

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Esta visión, más allá de ser personal, también corresponde a una de las nociones desde la educación y preparación física, ya que, en otros campos, el límite puede expresarse de modos diferentes.

María de los Ángeles Pacheco es licenciada en Kinesióloga y Fisiatría, especializada en Traumatología, Ortopedia y Deporte. Ella, además del recorrido académico y profesional, atendió a futbolistas amateurs del Club Everton de Barrio Aeropuerto, toda una novedad para la Liga platense.

Desde esa trayectoria y según su concepción contó -en diálogo con este diario- que “en el tema de los límites, existen niveles estándar, medio y están las personas que hacen milagros”.

“El límite aparece cuando el cuerpo ya no puede hacer compensaciones para el entrenamiento que se hace y no sólo se expresa en lo físico, sino, también, en lo psíquico. Entonces, la rehabilitación consiste en darle herramientas para ver el declive y potenciarlo con tal de que vuelva mejor”, consideró la profesional, que aportó la visión desde la disciplina que estudió.

Por su lado, el doctor Rubén Argemi, médico del plantel profesional de fútbol de Boca Juniors y director de una clínica local que se especializa en estas temáticas, también dio su visión en diálogo con EL DIA.

“El límite del rendimiento humano no se conoce aún hoy en día, y es raro que una persona llegue a su máximo potencial. Sin embargo, el límite de la estupidez humana tampoco se conoce. Y en general, los que más problemas tienen son los que creen que están en condiciones de entrenar como un atleta olímpico y van dos veces por semana a la República de los Niños”, ironizó, al dar cuenta de las problemáticas sociales que también son parte de esta temática.

En tanto, la doctora Karina Carducci, médica nutricionista y deportóloga que atiende en un centro platense, compartió con este medio su visión sobre el tema en cuestión.

“Los límites en el desarrollo de las capacidades físicas, como la velocidad o la fuerza, dependen del combustible que cada persona le aporte al cuerpo para esa tarea que tiene a la alimentación como pilar fundamental”, indicó.

LAS CLAVES

Conforme lo expuesto por Argemi, “el entrenamiento depende de características propias (de la carga, por ejemplo) y del sujeto. En esto, debe haber una armonía entre lo que el sujeto es y lo que él hace”.

Y eso tiene que ver con “cómo está la persona, su edad, sus enfermedades asociadas, su peso, su nivel de entrenamiento diario y sus antecedentes deportivos; ya es una información inicial muy importante, complementando los exámenes de salud habituales”.

“También se define por lo que esa persona hace durante su vida. No es lo mismo trabajar 12 horas, comer sin planificación, y descansar mal que aquel que tiene estos aspectos planificados. No se puede entrenar como un deportista si se vive como una personal sin cuidados. Además, los deportistas tienen cuidados de recuperación kinesiológica, masajes, baños térmicos, consumos de suplementos alimentarios y cuidados de todo tipo que le permiten entrenar muy duro”, expuso quien cuida la salud de la principal escuadra del Xeneize.

“El límite aparece cuando el cuerpo ya no puede hacer compensaciones para el entrenamiento que se hace”

María de los Ángeles Pacheco, Licenciada en Kinesióloga y Fisiatría

Alguien que también sabe de preparación de alto rendimiento es Signorini, quien consideró que “todo pasa por lo racional y por los controles que se van guiando para apartar de los riesgos que vienen de esfuerzos excesivos y que traen serios problemas a la salud”.

“Los límites son individuales y, por eso, hay que tener mucho cuidado en los entrenamientos de grupos porque, cuando se le exige a todos el mismo esfuerzo, para algunos puede ser excesivo en comparación a los otros. También hay que tener en cuenta el grado de entrenamiento, pero, sobre todo, la salud física porque sin ella no hay estado física posible”, remató el “Profe”.

Desde su lugar, Carducci explicó que “se pueden hacer evaluaciones en sangre, donde es posible medir el ácido láctico, que, cuando aparece, quiere decir que estamos en el límite donde la persona debería bajarse del entrenamiento. También depende de la alimentación que haya realizado previamente a la actividad física”.

A su tiempo, Pacheco visualizó que “hay capacidades que, si no se entrenan, el cuerpo marca un tope con dolores o que se empieza a romper. Esto puede expresarse en la parte metabólica, orgánica, muscular o estructural, y esos son los puntos de quiebre donde el cuerpo dice ‘hasta acá’”.

“A veces, no es físico y es mental porque sucede que las personas lo expresan desde el subconsciente y llegan hasta determinado punto. Se traban y se lesionan. Aunque se corrija todo, la lesión puede venir de la cabeza y allí es donde ingresa el trabajo del psicólogo o el coach”, señaló.

LA PROGRESIVIDAD Y LA ALIMENTACIÓN

La médica nutricionista y deportóloga platense dijo que “la alimentación, el descanso y la progresividad son los pilares fundamentales para no comprometer la salud”.

“Esto tiene que ver con lo que debe comerse antes y después para generar estadios de carga de hidratos de carbono y de recuperación muscular con la ingesta proteica. Cuando cumplen esa función, las capacidades físicas aumentan y también es importante el tiempo: ¡no hay que acelerarlo! Sino que hay que ir progresivamente”, definió la doctora.

El doctor coincidió en que “la alimentación es clave, sobre todo la hidratación (nadie que haga deporte debe orinar oscuro, y entonces tomar agua hasta que orine claro) y el consumo de hidratos de carbono que garantizan la recuperación”.

Ante esto, Signorini lo relató de otro modo. “Algunos entrenan un poco más y otros, menos, pero hay un paradigma que hay que respetar y está dado por la ‘ra-cio-na-li-dad’ del entrenamiento”, aseveró.

“Si te ‘mata’ es un animal”

“En Argentina, todavía está de moda eso de que ‘el profe es bárbaro porque nos mata’ y ¡no! Si te mata es un animal, no es bárbaro. Cada quien necesita la dosis aproximada. Y siempre es mejor un poco menos que un poco más, porque un poco más te pone al límite del abismo del sobreentrenamiento o de las preocupantes lesiones”, narró, en lo que se articula con la progresividad.

Sobre esto, desde el lado de la kinesióloga, “aquello que aparece como ‘límite’ es algo que se puede corregir porque, por ejemplo, entre los maratonistas, siempre aparece uno que hace un tiempo mejor, hay nuevos récords anualmente y pensamos: ‘¿qué cambia?’ o ‘¿en qué de todo lo aprendido se puede seguir avanzando?’ Y sí, siempre se puede”.

Esa superación, que el “Profe” define como entrenamiento racional y las otras personas citadas la refieren como superación, se vincula con lo que Argemi enunció como “una adecuada progresión de lo que hacemos. Es decir, que el aumento de volumen y/o intensidad sea lento”.

CASOS PARTICULARES

“En el caso del levantamiento de peso, lo que cambia es la manera de hacer las técnicas con las que ejercitan fuerza, mejoran la potencia y manejan las cargas semanales de mejor forma para aumentar su capacidad. Con respecto a eso, si las personas tienen huesos chicos o grandes, eso también hará que haya quienes puedan levantar 100 kg o, los que los tengan más anchos, 200 kg”, aseguró Pacheco.

“La alimentación, el descanso y la progresividad son los pilares fundamentales”

Karina Carducci Médica nutricionista y deportóloga

Incluso, recordó que “Elsa Forti, que es una corredora que tiene más de 80 años, anda por las montañas y yo, para hacer eso, estuve todo un año entrenando y casi me muero. Pero como ella lo hizo de forma constante y sana, lo pudo mantener. Mientras más deporte hagamos, el cuerpo y la mente van a estar mejor”.

Signorini, por su lado, evidenció que “una cosa es el atletismo y otra, los deportes jugados. En estos, la posibilidad de que haya más entrenamiento no siempre significa mejor rendimiento grupal. Debe haber una práctica específica según el deporte, porque, si no, se recae en un error conceptual”.

EL SOBREENTRENAMIENTO

El límite es el tope y más allá de eso, aparece el sobreentrenamiento con distintas expresiones sintomáticas.

“El sobreentrenamiento siempre es problemático porque significa que cuando uno cae en ese estado hay que, rápidamente, bajar las cargas y, muchas veces, indicar el reposo hasta que los médicos, y los exámenes pertinentes, indiquen que quien entrena puede volver a la actividad”, fundamentó el “Profe” Signorini.

En consecuencia, “afecta con una vasta gama de consecuencias que van desde la pérdida de peso, la excesiva sudoración, muchísimos problemas para conciliar el sueño. Además, quien cae en ese estado, padece síntomas de debilitamiento general”.

Argemi estuvo de acuerdo y repuso que “el sobreentrenamiento va acompañado de pérdida del rendimiento”. “A veces, solo puede expresarse mediante “la no mejora” o pueden haber otros síntomas como el decaimiento, la fatiga, irritabilidad y pérdida del sueño”.

Lesiones musculares

Desde su campo, la médica y deportóloga argumentó que “el sobreentrenamiento lleva a lesiones musculares, articulares y óseas, pero también puede haber otras patologías como la rabdomiólisis, que es la ruptura de masa muscular, cansancio físico y psíquico, alteraciones en el rendimiento en general”. “Para evitar esto se hace un abordaje alimentario para tratar de evitarlo”, aclaró.

“El límite del entrenamiento está dado por razones biológicas, psicológicas y emocionales”

Fernando Signorini Preparador físico

En efecto, Carducci insistió en que “el grado más complicado de sobreentrenamiento es la lesión, porque es en donde fracasaron todos los métodos anteriores para poder bloquear esto”. Para prevenirlo, “puede registrarse mediante la lectura de enzimas deportivas que se expresan aumentadas en sangre o mediante los síntomas físicos y, también, el bajo rendimiento”, repuso.

Para concluir, reflexionó que, para lo expuesto, “el progreso es una palabra clave”, aunque “cuesta mucho que lo comprendan los pacientes, ya que es un tema que compite con la ansiedad”.

“Las personas quieren todo ya y empiezan a hacer una actividad física que los lleva a proyectar una imagen corporal distorsionada de la realidad”, sumó la nutricionista y reconoció que “este tema lleva tiempo… Hay que hacerlo de a poco para no llegar a la lesión, porque es muy fácil pasar de un entrenamiento normal a un sobreentrenamiento marcado por el nivel de ansiedad. Siempre tiene que haber ejercicios auditados por los profesionales para administrar la actividad”.