Vic Mirallas: “Al final cada canción es diferente y esa es la riqueza que me define”

Vic Mirallas, joven vocalista, productor y multiinstrumentista español, dueño de un estilo que define como “un pop experimental o un pop que muta mucho”, llegó al país de la mano de su elogiado álbum “Crucidramas”, un material atravesado por la pandemia que incluye colaboraciones con Ca7riel, Nicole Zignago, Juancho Marqués y Carlos Ares.

Ex saxofonista y corista de Alejandro Sanz, Vic nació en Barcelona en el seno de una familia de músicos que reforzaron “lo que ya estaba claro”: en vez de jugar con juguetes, exploraba instrumentos y con mucha facilidad empezó a sacar sonidos curiosos y agradables a la escucha con los que se fue obsesionando.

Piano, clarinete, guitarra y saxofón son comunes en el proyecto de Mirallas, un proyecto abordado por géneros que se funden libremente (desde el jazz, al hip hop, pasando por el latino, el urbano, el funk, el R&B, el soul y el pop) con la intención de “quitar al público de lo que está acostumbrado a escuchar y sorprender a nivel sónico”, aclara.

Formado en Berklee College of Music, a lo largo de los años ha colaborado con otros artistas como Camilo, Don Patricio, Muerdo y, entre más, Bely Basarte. Entre los argentinos, ha trabajado, además de con el mencionado Ca7riel, con figuras como Benjamín Amadeo y Femigangsta.

En diálogo con EL DIA, Millaras charló sobre su música, sus orígenes y el nacimiento de “Crucidramas”, el disco que llegó bajo el sello Warner Music y que presentó en el país en escenarios como el Quilmes Rock y Niceto Club.

-Para los argentinos que aún no conocen tu proyecto, ¿a qué podrías decir que suena Vic Mirallas?

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-Creo que parte todo de una esencia pop, porque al final las melodías son cantables y el público en general lo puede cantar, pero a la vez, por detrás, en la producción y en las armonías, están pasando cosas que no son lo que todo el mundo está acostumbrado a escuchar. Y eso es difícil de definir en palabras pero yo diría que es un pop experimental o un pop que muta mucho: al final cada canción es diferente y eso también es la riqueza que me define.

“Me gusta quitar al público de lo que está acostumbrado a escuchar y sorprender a nivel sónico

Vic Mirallas,
Músico

-Tenés una formación inicial clásica, después estudiaste por Berklee, fuiste parte de la banda de Ale Sanz como saxofonista e integraste otras agrupaciones de jazz y de música contemporánea. ¿Era natural que cuando te enfocaras en tu proyecto musical lo hicieras a partir de la fusión de géneros?

-Si parto de algo muy sencillo, como de una guitarra y voz, me gusta meterle elementos electrónicos. Siempre he buscado la contraposición con la letra y con la producción. Me gusta quitar al público de lo que está acostumbrado a escuchar y sorprender a nivel sónico. Y creo que eso tiene que ver con que he escuchado muchas cosas durante toda mi vida y he querido mezclar y experimentar.

-Sé que tus padres también están relacionados con la música, ¿era inevitable que siguieras sus pasos?

-Fue natural que yo empezara a cantar y tocar instrumentos porque había muchos instrumentos en casa. Y de niño empecé a sacar sonidos curiosos con lo que sea y creo que mis padres lo vieron de muy pequeño y reforzaron simplemente lo que ya estaba claro. Mis padres me forzaron al nivel disciplina, en plan de “estudia en vez de jugar a la playstation”, por ejemplo. Pero fue bastante orgánico y yo siempre me he sentido muy bien y me he divertido mucho.

-Además de cantar, tocás el piano, el clarinete y la guitarra pero el saxo es el instrumento con el que tenés más vínculo, ¿no?

-Sí. Últimamente estoy tocando mucho más el saxo pero, por ejemplo, ahora me compré una trompeta hace dos meses y estoy tocando mucho. No estoy pa’ tocarla en conciertos pero sí ya voy cambiando... A veces estoy mucho en el ordenador produciendo y me descuido un poco de estudiar el instrumento pero diría que mi instrumento principal es el saxo, sí.

-¿Y cómo nace tu vínculo con el saxo? ¿También de niño?

-El saxo lo empecé a tocar más tarde cuando entré en Berklee. Yo entré tocando el clarinete y como hay un tajo muy pequeño entre uno y otro, empecé a experimentar con el saxo y me gustó. Y al cabo de dos años, fue cuando me agarraron de saxofonista y corista en la banda de Alejandro Sanz.

-¿Cómo fue la experiencia de trabajar con él?

-Pues, súper. Yo era muy joven y de repente salí de Boston sin terminar los estudios y de ahí fui convocado a ser parte de una gira mundial que arrancó en Sevilla, así que ni siquiera pasé por mi casa, en Barcelona. Y de repente ir a tocar a conciertos frente a 30, 40 mil personas sin yo haber hecho conciertos grandes, pues, al principio fue mucho respeto, y después ya se convierte en tu trabajo, tu rutina.

-¿Cómo fue tu salida de la banda de Alejandro Sanz?

-Fue una decisión mía porque acababa de petar lo del COVID y ya no tenía expectativas de conciertos. Y firmé con una discográfica de Warner, que me dieron para vivir y crear mi proyecto, entonces fue una cosa que me dije bueno, vale, tengo que dar toda mi energía a mi proyecto y a lo mejor no sería lo más inteligente volver de gira con Alejandro, a nivel marketing y nivel tiempo. Así que decidí dejarlo y fue todo súper bien. Me ha entendido y estoy muy contento de haber compartido todos estos años con él y con su banda y con su equipo.

-¿Fue una decisión fácil de tomar? ¿Tuviste miedo de salir, de alguna forma, de un espacio de confort y lanzarte a lo desconocido con tu propio proyecto musical?

-Los miedos los sigo teniendo. A veces pasan cosas en tu carrera que te dan la sensación de que no va a funcionar, de que no vas a salir adelante tú solo. Pero hay días y días. Ya se sabe: los artistas somos unos seres bastante atormentados y esto también es porque nuestra faena no nos da una seguridad de vida como muchas otras facetas profesionales.

-¿Es difícil emerger siendo un músico independiente?

-Obviamente, no es nada fácil pero cuando tienes un discurso y algo que decir, y musicalmente te aguantas y confías en gente que son talentosos y que te ayudan a llevar tu proyecto a flote, creo que es posible. Además, vale mucho la pena probarlo porque los momentos buenos son súper buenos y también te hacen ser amo de tus sentimientos.

-“Crucidramas” nace en pandemia, algo que está plasmado desde el título y con canciones que son un poco pesimistas….

-Durante el confinamiento, obviamente todos estábamos inseguros de lo que nos iba a pasar en nuestra carrera y también, pues, eso despertaba inseguridades personales. Y no poder ver a mis amigos después de tanto tiempo de gira, no poder ver a mis padres y el encerrarme con mi pareja en un sitio muy pequeño supongo que ayudó a crear una cierta tendencia a mirarnos más, a desnudarnos más. Y eso creo que al final decantó en que los temas que nacían no fueran alegres sino temas de introspección o de crítica a la sociedad y a la industria. Y por eso son como pequeños dramas que tampoco termino de solucionar y por eso lo llamé “Crucidramas”.

-El disco incluye una colaboración con Ca7riel, ¿cómo surge?

-Tenemos amigos en común aquí en Barcelona, y una banda que se llama Big Menú, que son mis amigos, y que colaboraron con Ca7riel y Paco Amoroso cuando vinieron aquí. Me sorprendió mucho su manera de cantar y rapear y empecé a seguir a Ca7riel en sus redes y vi que tenía un single que escuché mucho en loop, “Mcfly”. Ahí descubrí que él también me seguía y yo me quedé como “wow qué fuerte”. Y yo justo tenía un tema que me sugería mucho para que lo tocara la gente de Big Menú y dije “si se monta Ca7riel va a ser una súper colaboración”. También me habían dicho que era muy difícil de colaborar y, bueno, yo me lancé, le pasé el tema, me dijo que le encantó la canción y se montó súper fácil- Lo tenía hecho en nada y fue realmente un placer.

-¿Cómo ves el crecimiento que están teniendo los jóvenes músicos argentinos, sobre todo, los exponentes del género urbano?

-En Argentina está pasando una corriente de música urbana que es súper esperanzadora porque realmente es algo que me gustaría que pasara en España. En Argentina el público está súper abierto a nuevas propuestas y consume mucho el concierto y va mucho a los lives, y las bandas tienen un nivel artístico súper brutal, y se sienten arropados de un público muy fiel. Y eso es algo que creo que está pasando en Argentina como pioneros de habla hispana.

-¿Qué pasa en España?

-Creo que con Rosalía y Tangana están saliendo un poco más a luz proyectos que tienen mucho más concepto y, en general, creo que está sonando una música que está muy vista, desde hace 20 años, digamos, y que tampoco aporta mucho a nivel letrístico ni a nivel post producción. Siento que nos hemos quedado como estancados. En este sentido, creo que en Argentina están mucho más avanzados.