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Información General |El peso de los “factores protectores”

Pobreza en el aula: las claves que favorecen un mejor desempeño

Un trabajo analiza el caso de los alumnos que obtienen buenos resultados escolares pese a estar en situación socioeconómica vulnerable

Pobreza en el aula: las claves que favorecen un mejor desempeño

Más alumnos trabajan o están afectados a tareas de cuidado / web

28 de Agosto de 2022 | 04:06
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Como muchos otros docentes de La Plata, Rocío Caporale nota que, después de la pandemia, se agravó la situación económica de las familias de muchos de sus alumnos. Y que eso impacta cada vez más en el aula. Al frente de cursos del último año del secundario, Caporale cuenta que son más los chicos y las chicas que trabajan y que no tienen a la escuela como única actividad. Pero también destaca que el apoyo y la motivación familiar aparecen como un factor clave para que, aún los más vulnerables desde el punto de vista socioeconómico, logren buenos desempeños.

Estos dos elementos: el fuerte impacto de la pobreza en las aulas y los factores que contribuyen a que los alumnos más vulnerables alcancen buenos resultados escolares a pesar de las adversidades, son los ejes de un estudio difundido en el curso de la última semana por el Banco Mundial y Argentinos por la Educación centrado en los alumnos del último curso del secundario y elaborado a partir de los resultados de las últimas pruebas Aprender y los datos de la Encuesta Permanente de Hogares.

Los datos principales que se desprenden de ese trabajo son que el 40,4% de los alumnos del último año del secundario en áreas urbanas son pobres. Y que, de entre ellos, sólo el 14% logra buenos desempeños.

El trabajo identifica a estos alumnos como “resilientes” y postula que existe una serie de “factores protectores” que contribuyen a que su desempeño escolar sea bueno a pesar de las adversidades. Entre esos factores enumera el nivel educativo de la madre, la presencia de libros en el hogar y el hecho de que no trabajen o no tengan chicos a cargo.

Los autores del trabajo consideran que entender los factores que ayudan a los chicos en situación de vulnerabilidad a desempeñarse bien en la escuela es fundamental para mejorar los niveles de acceso a la educación de los estudiantes en situación de pobreza y el aprendizaje de quienes ya están en la escuela.

Así opina por caso Martín de Simone, uno de los autores del estudio junto a Martín Nistal y Eugenia Orlicki.

Entre las políticas públicas que se pueden sugerir para mejorar el desempeño escolar de los alumnos en situación de pobreza, los especialistas destacaron a las intervenciones que apuntan a mejorar el aprendizaje a edades tempranas, como la mejora en la enseñanza de la lectoescritura en los primeros años, a través e intervenciones que mejoren la conciencia fonológica, que tiende a incrementar la probabilidad de que los alumnos de bajos recursos permanezcan en el sistema escolar y aprendan más en el futuro.

También consideran central que los estudiantes de secundaria vean los beneficios de aprender.

En este sentido, postulan que distribuir información sobre los retornos de la secundaria es una medida que ha demostrado ser muy efectiva. Además proponen medir los resultados de manera frecuente y sistemática, tener evaluaciones formativas y asegurar la calidad de los docentes, así como el desarrollo de sistemas de alerta temprana para detectar estudiantes en riesgo de dejar la escuela y aquellos que pueden presentar problemas de aprendizaje.

La difusión del trabajo se da en momentos en que el impacto de la pobreza entre los chicos genera una preocupación creciente.

“El 40% de los chicos que cursan el último año del secundario están en situación de pobreza”

En tal sentido, un relevamiento difundido recientemente por Unicef destaca que más de un millón de niños, niñas y adolescentes de Argentina saltean una comida al día. El mismo trabajo destaca que uno de cada cuatro adolescentes hace alguna actividad en el mercado laboral, mientras son altos los porcentajes de los que buscan trabajo o realizan tareas de cuidado en el hogar que impactan en sus trayectorias escolares (ver aparte).

Desde Unicef alertaron recientemente por las grandes desigualdades en el acceso a los aprendizajes y se destacó que con los alarmantes niveles de pobreza que hoy alcanzan a niños, niñas y adolescentes , es necesario que se acelere la transformación de los procesos del sistema educativo a partir de algunas claves, como el colocar a la recuperación educativa en lo más alto de la agenda pública, buscar activamente a los alumnos que están fuera de la escuela, recuperar aprendizajes troncales de lengua y matemáticas y valorar, apoyar y formar a directivos y docentes.

Factores protectores

El trabajo desarrollado por el Banco Mundial y Argentinos por la Educación destacó cuatro factores protectores que favorecieron la situación de los estudiantes en situación de pobreza considerados resilientes siguiendo los datos que surgen del cuestionario complementario de las pruebas Aprender.

El primero tiene que ver con el nivel educativo de la madre.

Los autores del trabajo detectaron que entre los estudiantes con buen desempeño, el 35,5% tiene madres que alcanzaron el nivel secundario completo o más. En el caso de aquellos estudiantes con bajo desempeño, ese porcentaje se reduce al 27,2%.

Otra característica que analizaron los investigadores es la cantidad de libros presentes en los hogares de los estudiantes en situación de pobreza.

Observaron, en ese sentido, que sólo en el 8,3% de los hogares de los estudiantes con buen desempeño no hay libros, mientras que en el caso de los estudiantes con bajo desempeño ese porcentaje aumenta a 22%.

“De esta manera, se evidencia que el nivel de desempeño de los estudiantes se correlaciona con las características socioeconómicas, incluso cuando ambos grupos de desempeño se encuentran debajo de la línea de pobreza”, indicaron los autores del estudio.

“Muchos chicos del último año del secundario trabajan, sobre todo después de la pandemia”

En los cuestionarios complementarios de las mencionadas pruebas también se pregunta a los estudiantes sobre la cantidad de hijos y sobre si trabajaron en las últimas dos semanas fuera de su casa.

Así, determinaron que las mujeres en situación de pobreza con buen desempeño tienen en menor proporción hijos que las de bajo desempeño (1,9% con hijos en el caso de buen desempeño contra 4,5% con hijos en el caso de bajo desempeño). Lo mismo ocurre en el caso de los varones (1,6% vs 3,1%, respectivamente). En comparación, para el promedio general de Aprender, el 2,5% de las mujeres y el 2,0% de los varones tienen hijos.

El otro factor que consideraron es el trabajo.

“En cuanto a las diferencias entre los que trabajaron fuera de su casa las últimas dos semanas, se observa una mayor proporción de estudiantes con buen desempeño entre los que no trabajaron, tanto en el caso de las mujeres como de los varones”, indica el trabajo.

En el caso de los varones que tuvieron un buen desempeño sólo el 36,7% trabajó las dos últimas semanas mientras que en el caso de los de bajo desempeño el porcentaje aumenta al 55,4%.

“Se considera central que los estudiantes vean los beneficios de aprender”

Los cuestionarios complementarios también indagan la percepción de los estudiantes sobre su propio aprendizaje.

Los investigadores indagaron en el nivel de dificultad que encuentran los estudiantes en situación de pobreza en varias actividades. El 86,1% de los estudiantes con buen desempeño considera muy fácil o fácil comprender un texto mientras que el 74,7% de los de bajo desempeño lo considera de esa manera.

También el 77,8% de los estudiantes con buen desempeño considera muy fácil o fácil escribir un texto mientras que el 74,9% de los de bajo desempeño lo considera de esa manera. A su vez, el 63,6% de los estudiantes con buen desempeño considera muy fácil o fácil exponer oralmente mientras que el 53,1% de los de bajo desempeño lo considera de esa manera.

Finalmente, la mayor diferencia se encuentra en resolver problemas y ejercicios donde el 77,3% de los estudiantes con buen desempeño lo considera muy fácil o fácil mientras que sólo el 57,3% de los de bajo desempeño lo considera como tal.

Los estudiantes en situación de pobreza difieren en sus expectativas a futuro, sobre qué van a hacer cuando terminen el secundario, según su desempeño en las pruebas Aprender.

Así, el 69,2% de los estudiantes con buen desempeño planea seguir estudios universitarios mientras que el 51,1% de los que tienen bajo desempeño planea eso. A su vez, sólo el 15,5% de los estudiantes con buen desempeño planea seguir estudios terciarios y el 4,1% piensa sólo trabajar cuando termine el secundario mientras que en el caso de los estudiantes con bajo desempeño estos porcentajes aumentan a 23,4% y 9,3% respectivamente, indica el estudio.

 

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