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Séptimo Día |LA NOVELA DE FIODOR DOSTOIEVSKI

No para de aumentar en el mundo el número de gamers

El auge de los videojuegos. El caso del joven madrileño que lleva ganados 30 millones de dólares en el póker online. Las mujeres ante las máquinas tragamonedas y bingos, cada vez más apostadoras compulsivas

No para de aumentar en el mundo el número de gamers

Los videojuegos no paran de sumar usuarios. Ya dejaron de ser un tema sólo de adolescentes / Freepik

MARCELO ORTALE
Por MARCELO ORTALE

29 de Enero de 2023 | 04:48
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La jefa de una familia platense con tres hijos universitarios quedó de una pieza hace pocos días cuando uno de sus hijos le avisó que abandonaba su carrera porque se iba a dedicar al póker profesional.

Y antes de que se sorprendiera del todo o de que pudiera oponer algún reparo, el hijo remató: “ya me contrató una empresa dedicada al póker online”. Al joven lo detectaron por su capacidad para jugar y ya integra el plantel de una de las tantas y prósperas firmas que en la Argentina y, por supuesto, en el mundo entero, regentean esta actividad.

 

“Podía jugar online contra la mayoría del mundo, a diferencia de lo que ocurría en España”

 

Si hiciera falta calmar a la mujer y al grupo familiar, en noviembre pasado el madrileño Adrián Mateos (28), jugador profesional de póker online, radicado ahora en Londres, asegura llevar ganados 30 millones de dólares en sus diez años de carrera. Su nombre figura al tope de la guía dorada universal del póker.

Sin embargo, los riesgos de los juegos de azar no son desconocidos. En algunas manos los mejores pierden dinero, sus autos o sus casas. Pero el problema más grave reside en el jugador aficionado, en el adicto, no tanto en el profesional.

Otro saldo negativo es el crecimiento del juego ilegal o clandestino, ya que la modalidad online representa una grave dificultad a la hora de ser fiscalizada. ¿Cómo podrá hacer cualquier Estado –por ejemplo, las administraciones de las provincias en nuestro país- para controlar el juego online, para evitar eventuales evasiones impositivas?

En una entrevista realizada hace cuatro años por el diario español El País, dijo Mateos que se había iniciado en el póker online al cumplir la mayoría de edad, pero que luego decidió ir a Londres porque “podía jugar online contra la mayoría del mundo, a diferencia de lo que ocurría en España, donde hasta hace un tiempo, solo era posible jugar entre españoles”.

“El póker es complejo porque requiere muchas habilidades diferentes, sobre todo la parte psicológica, la matemática, la autogestión y el control de banca”, sostuvo. En la entrevista publicada por el diario porteño El Cronista en noviembre pasado, dijo que “el trabajo que hago es diario, le dedico cinco o seis días a la semana, y ocho o diez horas todos los días, y es como estar en un bar o en otro trabajo. Sin más. No necesito una preparación especial, sólo intentar mejorar día a día y ser mejor jugador que el día de ayer”.

LUDOPATÍA Y MUJERES

El tema de los juegos de azar –más allá de que varios de ellos exigen un acabado conocimiento de sus técnicas- coloca a millones de personas junto a la cercana sombra de la ludopatía, la enfermedad de jugar, si es que a muchas de ellas no las arroja a ese vórtice sin salida. Los dramas relatados por Fiodor Dostoievski en “El jugador”, novela escrita en 1866, recobraron inusitada actualidad.

Justamente es en España y en otros países prósperos de Europa, en donde preocupa mucho la creciente adicción al juego por parte de las mujeres, consideradas a la par o más jugadoras que los varones, especialmente atraídas por los remolinos de los bingos, los traga-monedas y los de algunos juegos de cartas.

Un conocedor del tema narró que muchas mujeres le suelen decir a sus maridos que salen de compras, que van al hipermercado, pero que en realidad lo hacen para asistir a salas de juego o para apostar frente a los tragamonedas, en donde la mayoría pierde sus billetes. Al día siguiente el marido las interpela: “Saliste con suficiente dinero y no trajiste nada a casa…No compraste nada, la heladera está vacía…” le dicen los esposos. Y ellas responden: “Dos rateros en la calle, para droga sería…Me tironearon de la cartera y me sacaron todo…”.

El hombre creerá la explicación del asalto, le dará dinero otra vez. La mujer volverá a salir, verá la manera de comprar solamente las ofertas en el hiper y lo que le quede de plata lo volverá a jugar en las máquinas tragamonedas. “Esa mujer es una adicta y hay miles como ella”, concluyen.

 

La ludopatía es una enfermedad que afecta a millones de personas en el mundo

 

Cualquiera puede ver en un establecimiento de comidas en lugares céntricos de Madrid u otras capitales europeas, a mediodía, casos que realmente impresionan. Entre ellos, puede hablarse de alguna mujer que acciona las palancas de una máquina de monedas con verdadero frenesí, que ríe nerviosa y le habla al tragamonedas “ ¡te estoy ganando, maldito…”. Pero no le está ganando, de modo que esa será otra mujer de vuelta desilusionada, que mañana intentará otra vez conquistar felicidad frente a una máquina que logró cautivarla.

La adicción al juego sigue siendo un problema masculino, aunque “las nuevas investigaciones ya muestran que está creciendo la ludopatía en las mujeres. También sabemos que el tipo de juego es distinto: los hombres prefieren los caballos, los deportes y la ruleta, mientras que la mayoría de las mujeres eligen los slots o el bingo. Por eso se puede hablar de un juego femenino y uno masculino”, dijo en un reportaje publicado por el diario La Nación el licenciado Mauro Croce, especialista en adicciones de los Servicios Nacionales de Salud, de Italia.

En esa misma nota, el médico y psiquiatra Hugo Marietan sostuvo que en la Argentina “se ve un desplazamiento del juego compulsivo masculino al femenino, sobre todo en las mayores de 50 años. La mujer siempre jugó un poco, pero antes lo hacía a algún número de la quiniela y con los pocos pesos de algún vuelto. Hoy, la enorme mayoría opta por las tragamonedas”.

 

“Investigaciones ya muestran que está creciendo la ludopatía en las mujeres”

 

No sólo mujeres, claro. En ciudades europeos es común también observar en lugares para almorzar de paso, en horas centrales del mediodía a varones muy formales, vestidos de traje oscuro –evidentemente en un descanso de sus tareas- que dejan sus valijas de ejecutivo en el suelo, y se juegan dos o tres tiradas en los tragamonedas, para retirarse después con su actitud de Ceos.

La sólida tradición cultural europea –con esas librerías y museos maravillosos de Madrid, Roma, Paris, Berlín o Dublín- la espiritualidad de sus universidades, todo eso tambalea cuando se descubre el poder del juego, capaz de robotizar a tanta gente. En España, en toda Europa, florecen las clínicas de recuperación de los ludópatas. Ver esa realidad en Las Vegas no debe extrañar tanto como encontrarla en el continente heredero de Grecia y Roma.

Cada vez más mujeres juegan a las maquinas / Pxhere.com

LA PANDEMIA

La incomunicación que originó la prolongada cuarentena, a partir de la pandemia de Coronavirus, influyó en forma decisiva para que millones de personas se volcaran a los videojuegos. La industria mundial de los videojuegos pasa por momentos de esplendor en el mundo.

Datos ofrecidos recientemente anticipan que en 2023 la industria de los juegos online podría superar el manejo de unos 230 mil millones de dólares, una cifra muy superior a la que recaudan las ventas de película y música combinadas.

Así lo estableció meses atrás la agencia Nielsen, una firma que ya en 2020 detectó que entre el 50 y el 70 por ciento de la población de países como Estados Unidos, Francia, Alemania y el Reino Unido habían aumentado su tiempo destinado a los videojuegos. También se incrementaron las apuestas en distintos juegos online.

Entre los factores que explican la creciente popularidad de estos entretenimientos, no sólo se aludió a la pandemia sino a la evolución tecnológica alcanzada por la industria y el auge de las plataformas virtuales, donde los gamers retransmiten sus videojuegos en línea, con millones de seguidores virtuales.

EL RIESGO

Las pasiones más bajas, pero también el riesgo romántico y desinteresado del jugador adicto, la necesidad de aventura, de estar al borde de un acantilado, esa suma de sentimientos y de vértigos, es lo que describe Dostoievski en “El jugador”.

Sin esa suerte de épica que une sinrazón con amor al peligro, no podría explicarse que hoy se hable de unos dos mil millones de seres humanos que juegan ante las pantallas, que son devotos de los videojuegos o que disputan manos entre ellos a miles de kilómetros de distancia uno del otro.

Dostoievski se detiene en el retrato de un jugador obstinado, esclavo de su pasión por el juego y se dice que, en realidad, el personaje que describió e inmortalizó fue a él mismo, ya que en una época de su vida se volvió adicto a los casinos, sometido al embrujo del repiqueteo y el susurro de las fichas en las mesas de ruleta.

El novelista ruso le hace decir a uno de sus personajes: “Por más ridículo que parezca que espere tanto de la ruleta, creo que más ridícula todavía es la opinión rutinaria, aceptada por todos, de que es tonto y absurdo esperar algo del juego. ¿Y por qué el juego sería un medio de conseguir plata peor que cualquier otro, por ejemplo, digamos, que el comercio? Es verdad que, de cien, gana sólo uno. Pero ¿a mí eso qué me importa?”

El madrileño Adrián Mateos, jugador profesional de póker, asegura llevar ganados U$S 30 millones en su carrera / IG

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