Realeza: historias de supervivencia en las monarquías europeas

Ni buzos ni mineros. Tampoco apagan incendios ni manipulan armas o material radioactivo. Son reyes y reinas que no ejercen ninguna de estas cinco profesiones, las más peligrosas del mundo, pero que corren riesgos y se han pegado más que un susto de vez en cuando.

El regicidio es una figura penal en la que una persona o grupo de personas asesina en forma efectiva o en grado de tentativa a un monarca o a alguien de su familia directa. Y a lo largo de la historia los ha habido (y muchos) aunque hoy parezca algo bastante lejano o poco probable. Conoceremos en esta entrega algunos atentados frustrados y otros que, al concretarse, cambiaron el curso de la historia.

Pero empecemos por los más recientes…

El regicidio es una figura penal del asesinato a un monarca o a alguien de su familia directa

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A LOS PAÍSES BAJOS, EL PASADO LOS CONDENA

Hace poco más de un mes los reyes de los Países Bajos, Guillermo Alejandro y Máxima, realizaron una visita oficial a Sudáfrica. Está de más decir que la reina lució su vestuario y sus joyas esplendorosamente y que a su llegada todo fueron sonrisas y deseos de colaboración entre los dos países. Pero la sombra de la esclavitud siempre sobrevuela el cielo de Sudáfrica y las heridas aún no han cerrado.

El ataque con una bomba oculta en un ramo de flores al rey Alfonso XIII y Victoria Eugenia en España en 1906 / Web

El 1 de julio pasado se celebraron los 160 años de la abolición de la esclavitud en los Países Bajos y en una ceremonia llamada “Keti Koti” (“cadenas rotas” en lengua sranan tongo) el rey pidió disculpas en nombre de sus antepasados por la participación que pudieran haber tenido en el comercio y explotación de africanos como esclavos. Aunque el “mea culpa” haya sido sincero no le sirvió de mucho porque cuando el 21 de octubre pasado fueron a visitar el Slave Lodge, un edificio de Ciudad del Cabo que albergaba esclavos y que hoy es un museo que refleja las atrocidades cometidas contra ellos, un grupo de manifestantes los increparon de muy mala manera para recordarles que durante 150 años, en los siglos XVII y XVIII, la Compañía Holandesa de las Indias Orientales controlaba el tráfico de personas. El rey Guillermo Alejandro pudo ingresar enseguida al vehículo que los esperaba pero la reina Máxima, quien por protocolo debía entrar por la puerta derecha, se mostró bastante contrariada. Incluso se la vió pedir calma tanto a los manifestantes como a las fuerzas de seguridad que intentaban alejarlos. Luego, en una breve conferencia de prensa, se mostraron comprensivos y demostraron estar conscientes de que todas las instituciones están siendo cuestionadas y que la monarquía no está exenta.

En 2009, Un hombre embiste con su coche a los espectadores en un desfile de la familia real holandesa / Web

Sin embargo, cada vez que se enfrentan a estas situaciones es posible que recuerden que el 30 de abril de 2009 sus vidas corrieron realmente peligro. Se celebraba ese día en Apeldoorn, la ciudad holandesa más monárquica, el Día de la Reina en honor a Beatriz quien aún era la monarca en ejercicio. La familia real iba en un vehículo descapotado recorriendo las calles en la que los esperaban 200.00 personas para ovacionarlos. De la nada apareció una camioneta negra que en su afán de embestir a la monarca mató a seis personas e hirió a una docena. “Un fantasma negro borró todos los sueños” tituló un diario holandés haciendo alusión a la alegría de la ciudad al recibir a su soberana. Karsten, el regicida, no tenía antecedentes penales y se dijo que trabajó solo pero antes de morir por las heridas sufridas en el choque, confesó su intención de asesinar a la familia real. De todas formas la reina Beatriz se negó a suspender sus apariciones públicas aunque se reforzó la seguridad y nunca más viajaron en coches descapotados. En los videos de ese día puede verse de qué manera y con qué premura trabajó la custodia. Por eso y gracias a ellos pueden estar tranquilos pero atentados va a haber siempre.

AGRESIÓN OVÍPARA

Las coronaciones son ocasiones ideales para mostrar descontento con la monarquía y los huevos parecen ser el proyectil ideal.

Imposible olvidar los huevazos recibidos en el vidrio de la carroza donde iban Máxima y Guillermo mientras recorrían las calles luego de la proclamación de él como rey. Y mucho más imposible olvidar al lacayo que iba corriendo al lado intentando limpiar el estropicio con el vehículo en movimiento.

El rey Juan Carlos de España SUFRIÓ Amenazas E intentos de atentado por parte de la ETA / AFP

Una escena que volvió a repetirse en mayo pasado cuando fueron coronados Carlos y Camila en Londres. ¿Estarán a la espera del digno producto de la gallina los príncipes herederos Federico de Dinamarca y Haakon de Noruega, más o menos próximos a recibir la corona? No lo sabemos

“GAJES DEL OFICIO”

Con estas palabras y casi sin inmutarse se dirigió el rey Alfonso XIII de España a su reciente esposa, Victoria Eugenia, después de haber recibido una ramo de flores con una bomba adentro al salir de la iglesia donde acababan de casarse. Ellos no sufrieron ni un rasguño pero murieron 33 personas y el vestido de novia quedó salpicado de rojo. Los esponsales, que habían sido catalogados como “la boda del siglo” se convirtieron en “Bodas de sangre”. La historia cuenta que Mateo Morral, el atacante, era un anarquista muy avocado no solo a la política sino también a las mujeres. Y cuanto más licenciosas, mejor. Como consecuencia de sus noches interminables tenía una avanzada enfermedad venérea que le producía molestias en los testículos. Parece ser que cuando fue a arrojar las rosas explosivas chocó contra el vallado y el dolor le nubló la vista y le hizo errar el rumbo. Morral fue apresado y falleció en circunstancias poco claras. Posiblemente fue “suicidado”.

Los reyes de Países Bajos, Guillermo Alejandro y Máxima, tuvieron un susto en Sudáfrica

Si el rey Alfonso dijo que eran “gajes del oficio” es porque no era la primera vez que él y su familia vivían una situación familiar. A su padre, el rey Alfonso XII, lo habían intentado matar dos veces. El segundo ataque, del que también salió ileso, tuvo una de las motivaciones más rocambolescas de la historia: un joven de apellido Otero se encontraba gravemente deprimido por su situación económica y comentó a un grupo de conocidos, seguramente antimonárquicos, que quería suicidarse. Sus interlocutores le pidieron que antes matara al rey y a su esposa ya que si era apresado, lo condenarían a muerte. Desde ese punto de vista el atentado fue un éxito: los reyes siguieron vivos pero a Otero también lo “suicidaron” pero esta vez legalmente luego de ser condenado en un juicio.

También la reina Isabel II, madre y abuela de los Alfonsos anteriores, puso el cuerpo. Y gracias a que no era precisamente delgada la puñalada que un cura rebelde le asestó no le causó daño. Isabel acababa de dar a luz y para que no se notaran sus quilos de más se había puesto un corset sostenido por un entramado de piezas confeccionadas con dientes de ballena cortados muy finos pero muy duros que le aprisionaban el cuerpo en forma inhumana pero que cumplieron la misión de armadura.

Los intentos de regicidio contra el rey Alfonso XII de España, incluyendo un ataque por motivos económicos que llevó al atacante a ser condenado a muerte / Web

En España, ya en el siglo XX, fue el rey Juan Carlos quien más amenazas recibió. En especial de la ETA, el grupo terrorista vasco. Afortunadamente todos los intentos fueron descubiertos antes por los servicios secretos.

OTROS CORSETS PERO MENOS AFORTUNADOS

En la convulsionada Rusia de 1917 la vida valía poco y nada. Los hombres que no morían en batalla, morían de hambre o frío cuando regresaban. La pobreza era extrema pero los poderosos tampoco la pasaban bien porque los traicionaban o atentaban contra su vida. Y los Romanov no fueron una excepción. En marzo de ese año Su Alteza Imperial, Nicolas II Romanoff, zar de todas las Rusias se convirtió en el camarada Nicolás Romanoff y tanto él como su familia perdieron privilegios. Los primeros meses fueron trasladados a un palacio con ciertas comodidades y con 20 sirvientes. No podían salir pero tampoco lo necesitaban. A medida que la revolución se iba endureciendo sus condiciones como prisioneros se iban deteriorando pero había una luz de esperanza: el rey Jorge V de Inglaterra, primo hermano de Nicolás, estaba dispuesto a enviarles un barco para rescatarlos. Pero ese barco nunca llegó. Jorge privilegió acuerdos políticos con otras naciones europeas y dejó que la historia siguiera su curso. Tal vez nunca pensó que la noche del 17 de julio de 1918 acribillarían a Nicolás , a la ex zarina Alejandra, a sus cinco hijos, al médico de familia y los cuatro sirvientes fieles que quedaban. Casi todos murieron en el acto excepto las tres hijas mayores del zar que, suponiendo que el rescate estaba cerca, habían cosido a sus enaguas y corsets joyas y piedras preciosas. Las balas rebotaban en ellas pero no tanto como para salvarlas sino más bien prolongaron su agonía. Todos murieron excepto Joy, el perrito del hijo menor del zar, que fue rescatado por un allegado a los Romanov que escapó a Inglaterra y se afincó en Windsor donde vivía el propio rey Jorge V, quien no supo, no quiso o no supo salvar a sus amos.

Algunos son intrascendentes pero vimos como otros regicidios han sido hitos en la historia. Y no son éstos los únicos. Incluso sobre muchos de ellos se ha corrido un manto de ocultamiento e intriga, se los ha disfrazado de crimen pasional o de suicidio pero aún persisten dudas. Los iremos descubriendo en nuestras próximas entregas.

El ataque con un cuchillo a la reina Isabel II de Inglaterra, quien resultó ilesa gracias a un corsé que llevaba puesto / Web