Sueño frustrado por la inseguridad: abrió una peluquería y se la vaciaron

Nicolás Maschke, un joven platense de 28 años, abrió -hace dos meses- su propia peluquería en Barrio Jardín con la ilusión de ganarse la vida haciendo lo que más le gusta, pero la cruda realidad le frustró este sueño con dos duros cachetazos: delincuentes le robaron y vaciaron todo el local en dos noches.

Este joven emprendedor apostó a desarrollar su actividad y decidió hacerlo en una propiedad muy especial para él: donde vivió durante 50 años su abuela, en la zona de 115 entre 80 y 80 bis.

Con buena clientela, Nicolás venía trabajando con todo el entusiasmo por dedicarse a lo suyo y -además- en su barrio de siempre.

Pero la noche del martes y principalmente la del miércoles, la inseguridad lo dejó con las manos vacías: le entraron a robar y le sustrajeron una importante cantidad de máquinas de las más costosas.

En diálogo con EL DIA, la joven víctima reveló que lo robado está valuado en “ un millón de pesos”.

Por su parte detalló al respecto: “Me robaron máquinas que cuestan entre 70.000 y 100.000 pesos y cuatro juegos de tijeras por alrededor de 100.000 pesos”.

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“También me llevaron planchas para el pelo que cuestan entre 40.000 y 50.000 pesos y secadores de cabello que están entre 20.000 y 30.000 pesos”, agregó.

En su salón quedaron únicamente “peines, cepillos y tinturas”, acotó Nicolás, para acotar risueñamente: “al menos me dejaron la pava”.

Al margen del hurto de esos indispensables elementos de trabajo, el o los ladrones también lo despojaron de “30.000 pesos en efectivo y una bomba de agua”.

A esta última, “me la robaron la primera noche, donde se ve que ‘ficharon’ todo y volvieron a la madrugada del miércoles”.

“TODAVÍA NO CAIGO”

La peluquería de Nicolás se llama “Hair Studio” y según comentó, por curiosa paradoja cumplió el miércoles 2 meses de su inauguración.

“Justo el día que sufrí el robo más importante. Fue como un `regalo´, pero el peor que pude haber recibido”, enfatizó.

Ambos episodios delictivos, pudo advertirse durante la charla con este diario, hicieron mella en su estado de ánimo, en la ilusión con que encaraba este emprendimiento.

“Todavía no caigo”, se sinceró Nicolás en relación a los dos escruches seguidos en su peluquería.

Con todo, remarcó, una y otra vez, que no piensa claudicar ante el desafío que la realidad le planteó en estas circunstancias.

“Pensé en cerrar, pero me voy a levantar de esta, como lo hice hace algunos años cuando perdí una casa debido a una estafa que me hicieron”, reafirmó el estilista.

Inclusive, hasta redobló la apuesta con sendos mensajes dirigidos a un mismo destinatario.

En tal sentido, sobre una ventana del frente de la peluquería colgó un cartel que reza: “Sr. Chorro, no hay nada, ni siquiera laburo”.

“Por si se le ocurre venir a robarme por tercera vez”, explicó.

Pero además, comentó que “también realicé un posteo en Facebook, donde escribí al ladrón”, apelando, claro está, a la ironía.

SOLIDARIDAD Y COLECTA

En otro tramo del extenso diálogo que mantuvo con este medio, el peluquero rescató que, en estos complejos momentos que está afrontando por culpa de la inseguridad, “por suerte recibí demostraciones de afecto y la solidaridad de mis vecinos”.

“Lo que pasó no les resultó indiferente, más teniendo en cuenta que, como ellos, vivo en este barrio”, expresó emocionado.

Seguidamente, destacó que tampoco lo sucedido pasó desapercibido para su grupo de amistades.

Fue entonces que valoró el gesto que puso en marcha “mi mejor amiga”.

Reveló que convocó “a otros amigos” para organizar una colecta y difundirla en las redes sociales, para ayudarme a que vuelva a tener los muchos elementos de trabajo que robaron de mi peluquería”.

Por otra parte, indicó que radicó la denuncia en la comisaría octava. Y si bien por el momento no hay ningún detenido, sostuvo lo siguiente: “la Policía sospecha que actuó algún menor”.