Los Báez Sosa y los acusados: un cara a cara que removió todo el dolor

Con voz de compungido y, tono monocorde, Máximo Thomsen, quien está sindicado de ser el líder del grupo de los ocho jóvenes que asesinaron a Fernando Báez Sosa en Villa Gesell, hace poco más de tres años, fue el único que habló ante los jueces de la Sala II del Tribunal de Casación Penal bonaerense, en nuestra ciudad, ante quienes negó de manera categórica que hayan tenido la intención de matar esa madrugada del 18 de enero de 2020.

Muy en línea con lo que dijo en oportunidad de pedir la palabra en el juicio de primera instancia desarrollado en Dolores, donde fue condenado, al igual que sus amigos, aunque con distintas penas, Thomsen plasmó la idea de una muerte accidental, muy alejada del plan criminal que se mencionó a lo largo del proceso. Y además cuestionó su legalidad desde la “foja cero”, en consonancia con los planteos realizados por su abogado defensor, Hugo Tomei.

Por su parte, Graciela Sosa y Silvino Báez, padres de la víctima, quienes se hicieron presentes en la audiencia de informe oral, que se desarrolló con el objetivo de que las partes pudieran respaldar sus quejas contra la sentencia de origen, mejorando incluso los fundamentos de los recursos interpuestos, expresaron con mucho dolor que “fue muy difícil volver a ver a los asesinos de nuestro hijo” (ver aparte).

Graciela y Silvino, los padres de Fernando Báez Sosa estuvieron presentes en Casación / Sebastián Casali

En el primer piso de la sede judicial, situada en la calle 43 al 800, entre 12 y 13, estuvieron también Enzo Comelli (23), Matías Benicelli (23) y Luciano (21) y Ciro Pertossi (23), Blas Cinalli (22), Ayrton Viollaz (24) y Lucas Pertossi (24).

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Los jóvenes arribaron cerca de las 10 de la mañana, unos 60 minutos antes del horario fijado para el encuentro, trasladados por custodios del Servicio Penitenciario, en lo que representó su primera salida de la Alcaidía Nº 3 de Melchor Romero.

A la citación acudieron además la fiscal ante esa instancia, María Laura D´Gregorio, y los abogados que representan a la familia Báez Sosa, Fernando Burlando y Fabián y Facundo Améndola.

A lo largo de dos tramos de media hora, tanto la acusación pública como la particular, insistieron en sus posturas de que se confirmen las cinco prisiones perpetuas dictadas por los jueces María Claudia Castro, Emiliano Lázzari y Christian Rabaia, y que los jóvenes que recibieron una pena de 15 años como “partícipes secundarios”, también reciban la máxima sanción del Código Penal.

Por parte de la defensa, en la audiencia habló casi una hora Horacio Henricot, que acompaña a Hugo Tomei, y quien cuestionó la legalidad del proceso, en referencia directa al recurso de apelación y los planteos de nulidad sostenidos a lo largo del debate inicial.

Hugo Tomei, abogado de los ocho condenados, habló muy poco a su llegada al tribunal / Sebastián Casali

En ese sentido, pidió que se declare la ilegalidad del procedimiento de imputación de las horas posteriores a la detención de los acusados y cuestionó la actuación de la fiscal Verónica Zamboni y de los jueces de la Cámara de Apelaciones de Dolores.

En línea con el recurso presentado por Tomei, Henricot planteó la violación al principio de congruencia de la sentencia y pidió que se aplique la figura del “homicidio en riña” para los casos de Thomsen, Comelli, Benicelli, y Luciano y Ciro Pertossi, sentenciados a perpetua, y la absolución para Cinalli, Viollaz y Lucas Pertossi.

Cabe destacar que esta instancia está contemplada en el artículo 458 del C.P.P., la cual establece la oralidad como principio general, ya que no se puede reeditar ni leer lo que ya está plasmado en el expediente.

Fernando Báez Sosa fue asesinado la madrugada del 18 de enero de 2020 tras ser atacado a golpes por un grupo de jóvenes que acababa de ser expulsado de la disco “Le Brique”.