Cuenta regresiva para el blanqueo de menores montos sin penalidad

Los argentinos están declarando cientos de millones de dólares de ahorros previamente ocultos como parte de un blanqueo fiscal que el presidente libertario Javier Milei espera que impulse la moribunda economía del país y sus escasas reservas de divisas.

Los depósitos privados en dólares en los bancos argentinos se están acelerando antes de la fecha límite de la primera fase del plan el 30 de septiembre, aunque todavía no se han publicado datos sobre las sumas declaradas específicamente en virtud de la blanqueo desde que comenzó a mediados de julio.

Para el Financial Times, los datos del Banco Central muestran que los argentinos realizaron depósitos netos por U$S728 millones en julio y de U$S749 millones en agosto. Esta cifra es superior al promedio mensual neto de U$S532 millones registrado en los siete primeros meses de la presidencia de Milei, y a los retiros netos promedio de U$S70 millones al mes en los dos años previos a la toma de posesión del líder radical en diciembre.

La larga historia de turbulencias económicas de Argentina, marcada por la hiperinflación, los controles de divisas y gobiernos que han restringido el acceso a los ahorros, ha empujado a los ciudadanos a mantener unos U$S258.000 millones fuera del sistema financiero, según estimaciones oficiales para principios de 2024. Una parte desconocida no ha sido declarada a las autoridades.

Los expertos afirman que la mayoría de los argentinos tienen ahorros en dólares, ya sea bajo el colchón, en cajas de seguridad o en cuentas en Estados Unidos y otros países.

El Gobierno cree que recurrir a esos dólares ayudaría a resolver sus dos mayores problemas: revitalizar una economía real golpeada por una larga crisis y las medidas de austeridad de Milei, y aumentar las peligrosamente bajas reservas de divisas del Banco Central.

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“Dentro de este cambio histórico (...) el blanqueo desempeña un rol muy importante”, declaró Luis Caputo, ministro de Economía, a finales del mes pasado. “No está hecho con un fin recaudatorio, el blanqueo está hecho con el fin de refundar un poco la Argentina”.

Las cifras comunicadas al FMI sugieren que el Gobierno espera que se declaren unos U$S40.000 millones, propiedades y otros activos. Espera que una parte significativa del dinero entre en el sistema financiero argentino y que el Tesoro recaude U$S1.500 millones en concepto de impuestos.

Los depósitos en dólares en los bancos argentinos son un indicador del interés en la blanqueo, ya que quienes declaran dólares en efectivo deben depositarlos, mientras que quienes declaran grandes cantidades en cuentas en el extranjero u otros grandes activos deben depositar algo de dinero para pagar las multas.

A juzgar por el crecimiento de los depósitos en dólares, “parece que el objetivo del Gobierno de U$S40.000 millones es alcanzable”, afirma Salvador Vitelli, jefe de investigación de la consultora Romano Group. “Sería una suma importante para la economía argentina”.

En promedio, los gobiernos argentinos han impulsado un blanqueo cada cuatro años en las últimas dos décadas, a medida que la evasión fiscal empeoraba ante los estrictos controles de divisas y las subas de impuestos. El blanqueo más exitoso fue la llevado a cabo por el presidente Mauricio Macri en 2016, con U$S117.000 millones declarados.

Pero los asesores financieros creen que algunos argentinos evitarán unirse al blanqueo de Milei por el recuerdo de lo que sucedió después de la impulsada por Macri: cuando el peronismo regresó al poder en 2019, elevó la tasa máxima del impuesto anual a la riqueza personal de Argentina del 0,25% en 2018 al 1,75% sobre los activos mantenidos en Argentina, y al 2,25% para los mantenidos en el extranjero, afectando a la riqueza recientemente declarada.

Pero varios factores impulsarán la participación, según sostiene César Litvin, CEO de la compañía de asesoría fiscal Lisicki, Litvin & Asociados.

Este mes entrará en vigor un esperado sistema de intercambio de información con bancos estadounidenses, que notificará automáticamente a la agencia tributaria argentina las cuentas que sus ciudadanos tengan en el país. Argentina adoptó un acuerdo similar con decenas de otros países en 2017.

Si son detectados sin haberse acogido al blanqueo, los propietarios de cuentas no declaradas se enfrentan a cargos por impuestos atrasados, intereses y multas.

Los términos del blanqueo, mientras tanto, son generosos. Los argentinos pueden declarar hasta U$S100.000 de activos libres de impuestos y pagarán una multa única del 5% sobre las sumas por encima de esa cifra declaradas antes del 30 de septiembre, que aumentará al 10% para las declaradas entre esa fecha y el 31 de diciembre.

También pueden optar por pagar por adelantado el impuesto sobre el patrimonio de sus activos recién declarados durante los próximos cinco años a una tasa más baja y fijar la tasa que pagan hasta 2038.

“Es muy barato comparado con otros blanqueos, y el elemento de estabilidad fiscal es muy atractivo dada la historia de giros políticos”, explica Litvin.

Los argentinos también estarán exentos de pagar impuestos sobre las sumas superiores a U$S100.000 si invierten en una serie de bonos de gobiernos locales y empresas, acciones y nuevos proyectos inmobiliarios.

El Gobierno espera que se declaren unos U$S40.000 millones, además de varias propiedades