Estimado lector, muchas gracias por su interés en nuestras notas. Hemos incorporado el registro con el objetivo de mejorar la información que le brindamos de acuerdo a sus intereses. Para más información haga clic aquí

Enviar Sugerencia
Conectarse a través de Whatsapp
Temas del día:
Buscar

¿Qué queremos ser?: ¿liberales, progresistas, populistas, pro-chinos?

¿Qué queremos ser?: ¿liberales, progresistas, populistas, pro-chinos?

Enrique Silva

31 de Octubre de 2025 | 03:38
Edición impresa

Aunque no lo sepamos y aunque no nos interese, hace miles de años que todos somos aristotélicos o platónicos. Es acaso una de las mayores y más claras divisorias de aguas para el conocimiento, la identidad y la actividad de los seres humanos.

En la vida misma, en cada una de las disciplinas –ciencias, artes, literatura, oficios- no hay otra alternativa: uno es aristotélico o es platónico. Y en política pasa lo mismo. De modo que puede decirse que el domingo pasado en la Argentina el duelo milenario volvió a reproducirse. Desde el punto de vista político se trata de un bipartidismo ancestral. Demócratas y republicanos en USA, socialistas y conservadores en Gran Bretaña, el PP o el PSOE en España, etc. Ello a pesar de que aparecen –y desaparecen- nuevas agrupaciones que intentan superar a esa polarización. En nuestra historia tuvimos a federales y unitarios.

Y eso autoriza a señalar que Platón le ganó a Aristóteles el round del domingo pasado en la Argentina. Aristóteles, en cambio, con la elección de septiembre desdoblada en la Provincia, había derrotado en forma categórica a Platón. ¿Cómo se podría explicar eso? Sin embargo, no pareciera ser tan raro que haya ocurrido algo así, si lo interpretamos a través de la influencia dominante de los dos filósofos griegos.

La filosofía y los manuales enseñan que, en síntesis, el platónico es un ser que defiende primero el mundo de las ideas. Hay principios inmutables que deben ser atendidos y entonces se ajusta a ellos. En cambio, el aristotélico se interesa más en las cosas prácticas. Es más eficaz a la hora de actuar.

El conocimiento y lo que somos deriva de lo que nos dicen los sentidos y la experiencia. Y todo eso encaja a la perfección, como se verá, en los resultados tan dispares de estas dos últimas elecciones, ganadas respectivamente por libertarios y el peronismo.

Pero antes tratemos de ser un poco más claros y vayamos al ejemplo del fútbol. En el nuestro la gran divisoria que se sigue imponiendo es la que existió entre Menotti y Bilardo. El primero, Menotti, fue un claro exponente de la postura platónica. Creía sobre todo en la existencia de estilos, de arquetipos y a ellos apostó. Y no le fue mal, salió campeón Mundial en 1978.

En cambio, Bilardo es un aristotélico categórico. Creyó siempre en la realidad sensible, apostó a la práctica de su oficio –la gestión del entrenador y de los jugadores, el entrenamiento esforzado, el estudio de los rivales, la búsqueda empeñosa de tácticas- hasta llegar a la mayor eficacia en el juego. Y no le fue mal tampoco, ya que con esa escuela salió campeón mundial en 1986 y subcampeón en el 90.

El peronismo-kirchnerismo ganó la elección de septiembre porque en esa ocasión se puso bajo la lupa a la gestión de los intendentes, es decir la práctica, el desempeño en cada distrito de los funcionarios. Y los vecinos dieron su veredicto. Votaron para premiar o castigar gestiones. El peronismo siempre fue práctico, aristotélico antes que nada (pese a que Perón fue un gran lector de Platón).

En cambio, el domingo pasado no había una gestión cercana para poner en la mira. La consulta de fondo en esta elección de alcance nacional apuntó entonces a otro lado, interesó en un nivel distinto, interrogó a la población sobre los principios superiores, acerca de los llamados arquetipos que están en el mundo de las ideas.

¿Qué queremos ser? ¿Liberales, progresistas, populistas izquierdistas, chavistas, cubanos, pro-chinos? Esos fueron los interrogantes principales del último domingo. ¿Qué economía queremos? ¿Una que surja de la iniciativa privada o de la gestión del Estado? Se puso en juego, entonces, la valoración de los llamados principios inmutables.

Esto es, claramente, hablar de los postulados ideales de Platón, de las ideas rectoras. Y la población argentina el domingo pasado –un sector que en este caso fue mayoritario-, dio su veredicto.

Dentro de dos años volverán a enfrentarse Platón y Aristóteles. Y en las elecciones presidenciales –sólo en ellas- se juega todo junto a la vez: la gestión y los principios.

“La pelea electoral es por la gestión y los principios. Este round lo ganó Platón, el anterior fue para Aristóteles”

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE a esta promo especial
+ Comentarios

Para comentar suscribite haciendo click aquí

ESTA NOTA ES EXCLUSIVA PARA SUSCRIPTORES

HA ALCANZADO EL LIMITE DE NOTAS GRATUITAS

Para disfrutar este artículo, análisis y más,
por favor, suscríbase a uno de nuestros planes digitales

¿Ya tiene suscripción? Ingresar

Full Promocional mensual

$690/mes

*LOS PRIMEROS 3 MESES, LUEGO $6470

Acceso ilimitado a www.eldia.com

Acceso a la versión PDF

Beneficios Club El Día

Suscribirme

Básico Promocional mensual

$530/mes

*LOS PRIMEROS 3 MESES, LUEGO $4190

Acceso ilimitado a www.eldia.com

Suscribirme
Ver todos los planes Ir al Inicio
cargando...
Básico Promocional mensual
Acceso ilimitado a www.eldia.com
$530.-

POR MES*

*Costo por 3 meses. Luego $4190.-/mes
Mustang Cloud - CMS para portales de noticias

Para ver nuestro sitio correctamente gire la pantalla