El país del “deja vu” no aprende de sus errores

Ni bien comenzaron los incidentes en las inmediaciones del Congreso, mientras se debatía el Presupuesto 2019, surgió como un “deja vu” la sensación de estar viviendo los graves hechos de violencia frente al Parlamento ocurridos a finales de 2018. Pero la situación no era la misma sino peor aún, ya que el país político volvió a tener la certeza de que se repiten errores del pasado sin sacar ningún aprendizaje positivo.

Otra vez un puñado de violentos atacó a pedradas el Congreso y la Policía replicó con balas de goma y gases lacrimógenos. Y un grupo de diputados intentó parar la sesión, en medio de una trifulca entre las bancadas del oficialismo y la oposición que incluyó insultos y estuvo a punto de ofrecer una pelea a golpes de puño, mientras que Victoria Donda paseaba por los pasillos con una imagen de Christine Lagarde, la directora del FMI, portando una banda presidencial.

En ese contexto más parecido al Macondo de Gabriel García Márquez que a un país que busca asentarse en el siglo XXI, quedó en un segundo plano el debate sobre el Presupuesto, con el que el Gobierno busca llegar a la meta del “déficit cero”, aunque el esfuerzo fiscal recaerá menos en el Estado que en el sector privado, lo contrario a lo que se proponía hacer el presidente Macri cuando asumió en 2015.

Justamente por eso, la alianza Cambiemos pidió perdón a los sectores productivos a los cuales se les incrementará la carga impositiva. “Vamos a hacer todo lo posible para que sea la última crisis, pero hay que tener en cuenta que los argentinos tuvimos una cada 5 años durante los últimos 60 años”, advirtió Luciano Laspina, quien preside la comisión de Presupuesto de la Cámara baja.

“La austeridad no es sinónimo de ajuste”, agregó Laspina en su discurso, que fue interrumpido en varias ocasiones por gritos provenientes desde la bancada kirchnerista. Tal vez algo nervioso por esa situación, el diputado del PRO cometió dos sincericidios: “El ajuste ya lo hace la gente”, dijo y luego intentó explicar el “fracaso del gradualismo” aplicado hasta la corrida del dólar.

Pero el diputado oficialista salió de la cornisa discursiva atribuyendo el origen de todos los males económicos al déficit fiscal, por el cual –advirtió- son culpables todos los partidos políticos que, a su juicio, establecieron mayorías con un criterio “populista”. Laspina agregó: “Cada uno tendrá que hacer su mea culpa por el descontrol fiscal”. Pero no hizo ninguno sobre el actual Gobierno.

LE PUEDE INTERESAR

Piden que la guerrilla “repare” a sus víctimas

LE PUEDE INTERESAR

La Provincia castigada en el reparto de fondos federales

Desde la oposición, la voz cantante la llevó el diputado Axel Kicillof con un tono indignado. “Le quieren llevar el Presupuesto como ofrenda al Fondo”, bramó desde su banca el ex ministro de Economía de Cristina Kirchner. Y cuestionó que en el cálculo de gastos e ingresos de 2019 “se destinen 590.000 millones de pesos en pagos de servicios de la deuda”.

Kicillof llegó a rozar –antes de que comenzaran los incidentes callejeros- uno de los puntos neurálgicos del Presupuesto: la transferencia que la Nación hará de los servicios de transporte de pasajeros y la tarifa social de electricidad a las Provincias, lo que supondrá un ahorro de 120.000 millones de pesos para el Tesoro.

Tal como informó este diario, la provincia más perjudicada por el recorte de fondos es Buenos Aires. Por eso la gobernadora María Eugenia Vidal dejó trascender su malestar por la falta de definiciones de la Casa Rosada sobre la actualización por inflación del Fondo del Conurbano. Ayer mismo el jefe de Gabinete, Marcos Peña, estuvo en la Gobernación para dar una señal de distensión política.

La Casa Rosada tuvo sus motivos para perjudicar a Vidal y al alcalde porteño, Horacio Rodríguez Larreta. El más importante es que los votos necesarios para la aprobación del Presupuesto tanto en la Cámara de Diputados como en el Senado provendrán de legisladores alineados con los gobernadores del PJ. Y estos pusieron como condición que el ajuste recayera en los principales distritos de Cambiemos.

Por eso no extrañó que uno de los diputados que garantizó el quórum fue el salteño Pablo Kosiner, jefe del bloque de Argentina Federal cercano al gobernador Juan Manuel Urtubey. Aunque sí llamó la atención la presencia de cuatro diputados alineados con los hermanos Rodríguez Saá, pese a que los puntanos son aliados de Cristina. Después trascendió que habrá una partida de $360 millones para los municipios de San Luis.

Ante esos motivos por los cuales el Gobierno logró avanzar con el Presupuesto, se desataron en la calle los incidentes que tuvieron en vilo tanto a los congresistas como a la Casa Rosada. En ese contexto se pudo ver al diputado camporista Andrés Larroque trepado a una valla, tratando de impedir el avance de un camión policial hidrante.

A pocos metros de allí, volvió a quedar en evidencia que la violencia deslegitima el derecho de protesta. Por eso cabría preguntarse a quién le sirve la imagen desoladora que este cronista constató ayer en la plaza del Congreso y la Avenida de Mayo al cabo de los enfrentamientos.