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Chano, el último rockstar: “Todo el tiempo quiero escaparme, pero siempre tengo un compromiso, un show”

El ex Tan Biónica, que cierra esta noche el Emergente, quiere portarse bien, pero más quizás le gustaría armar un bolso y desaparecer. Pero “necesito cantar canciones para mi espíritu”, cuenta

Chano, el último rockstar: “Todo el tiempo quiero escaparme, pero siempre tengo un compromiso, un show”

Chano resurgido: el ex Tan biónica volvió a los escenarios este año / Buenos Aires Cultura

10 de Junio de 2018 | 02:38
Edición impresa

Por PEDRO GARAY
pgaray@eldia.com

Chano Charpentier atiende el teléfono. De fondo se escucha el bullicio de la vía pública: está en un Starbucks, explica, después de tener una charla “muy copada” con su secretaria sobre el contacto perdido con la gente. Por eso, cuenta, “fuimos a caminar y vinimos a Starbucks, estamos acá entre un montón de personas, haciendo la nota acá. Y no fue tan terrible”.

No habrá sido tan terrible, pero sus palabras, su tono de voz, todo desliza que preferiría estar en su rincón del mundo. Probablemente, ni siquiera quiera charlar conmigo. Cuando le pregunto cómo está, una cortesía para romper el hielo, en lugar de un automático “bien” me devuelve un “mmm, normal” que revela cierta incomodidad. Porque nada en Chano es casete, dice lo que siente. Y lo que revela su voz es que no está cómodo con algo más grande que una entrevista, un show, el café abarrotado de curiosos que sacan el celular: está incómodo con el mundo.

Pero el ex líder de Tan Biónica, consolidado este año como solista con cinco singles lanzados al mundo virtual y una decena de shows que marcaron el regreso a los escenarios tras un impasse escandaloso, quiere hacer buena letra, y por eso accede a charlar un rato del recital que dará esta noche, en el Estadio Único, para cerrar el Provincia Emergente desde las 20. Su deseo, me asegura, está en la fecha de esta noche, “muy importante para mi”, pero, después sí, basta por un rato.

“Después el Mundial”, contesta sobre sus planes para la mitad de año que falta, restando importancia a su plan de girar por el país: lo importante es frenar la vorágine de trabajo y mirar un poco de fútbol.

“Está bueno tratar de aprovechar esa anestesia y disfrutarla. Al mundo le hace bien detenerse un tiempo. Igual hay un montón de gente que está sufriendo, pero bueno, es lo único que me jode”, dice, y además, agrega, desearía que “podamos crecer como pueblo y dejarle de hacer bullying a tipos que son súper exitosos, somos unos idiotas”.

****

El hilo volátil de su pensamiento y esa verba frontal y desfachatada dotan a Chano de un aura especial: es el último rockstar nacional, una escena que comenzó, afirman los libros, con “La balsa”. “Estoy muy solo y triste acá en este mundo abandonado... construiré una balsa y me iré a naufragar”, canta Litto Nebbia, un sentimiento que le calza perfecto a Santiago Moreno Charpentier, que sueña con pasar el invierno tranquilo y solo, con el fútbol como compañía y anestesia, que sabe de naufragios y también sabe de querer irse “al lugar que yo más quiera”.

Tanto sabe, que Chano ha perfeccionado el arte del escape para disfrazarlo de trabajo: grabó tres de sus cinco nuevos singles viajando (“Carnavalintro” al norte, en busca de sonidos del folclore regional; “Naistumichiu” en Madrid, “Claramente” en Estados Unidos).

“A veces tengo que tomar distancia de Buenos Aires para entender bien mis cosas, para entenderme, mirarme en perspectiva”, explica su proceso. “Y permanentemente quiero escaparme, pero siempre tengo un compromiso, un show... Debería irme a la mierda de vuelta”, interrumpe su propio tren de pensamiento.

Pero a pesar de estos sentimientos encontrados con el oficio que revela en raptos de honestidad, Chano dice que “mi relación con la música es bastante más sana que la que tengo con otras cosas. Pongo una canción que me gusta, solo, es un acto íntimo y lo disfruto y es algo que no me hace mal. Puedo buscar, buscar y buscar ahí, y no salir lastimado, nunca. Siento que las otras cosas de la vida te cuesta controlarlas”.

Aunque por ahora, dice, esas “otras cosas”, sus ya célebres y reportadas adicciones, están bajo control: Chano cuenta que lleva una vida “sana” y ordenada, e incluso ha negado que su última internación, en Año Nuevo, haya estado relacionado a una recaída. Y este Chano revitalizado, alejado de las adicciones, ha conseguido lanzar cinco canciones porque, además de transitar a conciencia y con sudor caminos saludables, como solista, explica, siente que se ha facilitado el proceso de toma de decisiones.

“A veces tengo ganas de desaparecer para siempre, ponerme una panadería en Uruguay, hacer medialunas y tocar el piano para alguien...”

 

“Me gusta tomar decisiones. Me equivoco un montón y trato de escuchar... pero la verdad que tengo una naturaleza solista. Y a pesar de que yo no tuve nada que ver en el quiebre de Tan Biónica, para mi, eh, siento que fue lo mejor que me pudo pasar”, lanza, y en seguida se retrotrae. “Bueno, obvio que tuve mi parte en la ruptura, pero... bueno, no hacerlo de esa manera... No quiero hablar de eso ahora, no me quiero meter en esos temas, ya estamos encaminados en la buena onda. Pero bueno, siempre cuando hago notas me hacen esa pregunta, y yo tengo mi visión del asunto”.

Otra vez asoman el Chano del impulso y el Chano que se quiere portar bien, el Chano cansado de los problemas. Y él cuenta encima que sus composiciones más recientes revelan que no hay dos Charpentier dentro suyo, sino que “son multitudes, poblaciones”.

“Viste lo que son mis singles, ninguno tiene nada que ver con el otro. Pero bueno, ese soy yo”, dice, agrega que “todo lo que escribo es autobiográfico” y manifiesta que “como decía Galeano, el desafío no es escribir lo que se vive sino vivir lo que se escribe. Yo vivo lo que escribo: entonces a veces también es oscuro lo que escribo. Y a veces es molesto. Tampoco puedo filtrar tanto yo qué escribo y qué no”.

“Me gusta la noche y elijo no escuchar las voces que me hacen mal”, canta, por ejemplo, en “La Noche”, esa noche que, declaró alguna vez, “me hizo muy mal, me hizo estar re solo”. Consultado, Chano no se esconde: “Y sí, ese delirante de la noche, ese soy yo también. Ese espíritu yo lo tengo, no puedo matar a esa persona que está adentro mío, aparece a veces y trato de que aparezca lo menos posible, que descontrole lo menos posible”.

Pero, agrega además, es el personaje de “La Noche”, y “también el de ‘Claramente’: un chico que no se siente querido”.

***

Charpentier, claro, es adorado por su público, el mismo que lo ovacionó en Mar del Plata, en su regreso a escena en enero. Lo sabe, y dice sentirse agradecido. Pero también parece sentirse, por momentos, acorralado.

“Soy atractivo para algunos periodistas, les caigo simpático, cuando me la mando están ahí, monitoreando”, se ríe irónico, y se queja también de los periodistas ciudadanos: “Todo el mundo tiene una cámara en la mano y es periodista”.

“Pero no quiero entrar, no quiero hacer una relación paranoide con los demás”, se rectifica. “Quiero salir de esa cosa. Por eso te digo que estoy acá en Starbucks, por eso salí a la calle a ver personas, a pedir que me pasen una servilleta, cosas así, algo más humano. Hay que tratar de hacerlo. Me iba a anotar en un gimnasio pero es imposible, hay mucha gente...”

Chano explica que “necesito cantar canciones para mi espíritu, no porque mi discográfica me lo demanda”, pero todo lo que rodea al mundo lo acepta con resignación y agotamiento. “No hay otra”, lanza sobre un todo que incluye los compromisos, las promociones y las críticas. Él, explica, nunca pidió ser un modelo a seguir.

¿Se habla más de Chano que de su música? “Eso el tiempo lo va a reparar. Están mis canciones sonando siempre, en la gente. Si yo viera que subsisto dentro del medio a raíz de quilombos, me retiro, no hago más nada. Con las ganas que tengo a veces de irme a la mierda, de desaparecer para siempre, ponerme una panadería en Uruguay, hacer medialunas y a veces tocar el piano para alguien...”

***

Pero la panadería en Uruguay tendrá que esperar porque, otra vez, tiene un compromiso que cumplir. Esta vez toca bajar a La Plata, para cerrar el multitudinario festival gratuito que comenzó el viernes con un homenaje a Federico Moura y que cerrará él con su particular homenaje a la Ciudad.

“Decidí encarar esta llegada a La Plata de una manera mucho más profunda. Quise incluir toda la historia de La Plata, los movimientos culturales, y estudiantiles, dentro del show”, revela, y cuenta que esta noche habrá “un pequeño homenaje a Los Redondos dentro del show”, además de una puesta con imágenes de los movimientos surgidos de La Plata”.

También, claro, estarán sus nuevas canciones, y algunos temas de Tan Biónica, aunque, advierte, en versiones nuevas, “para que tenga significado de vanguardia siempre lo que hago: más allá de que sea ridículo, malo, siempre trato de poner algo en riesgo, de hacer algo que pueda generar algo, negativo o positivo”.

“Es mi compromiso artístico, yo tengo que ser así para que la gente me siga escuchando. Si yo me quedo en fórmulas estables, creo que no...”, empieza a opinar, antes de, por enésima vez, dar marcha atrás: “Bah, no sé. Tal vez me iría mucho mejor. En la vida, directo, totalmente, si hiciera siempre lo mismo... pero elijo el camino del riesgo, de la búsqueda interna”.

Toda una definición que va más allá de la estética, un manifiesto de vida rocanrolero. Pero, se resiste Chano, no es un mensaje para el pueblo ni nada por el estilo. “No se si puedo dar un mensaje... Yo tengo algunos mensajes, pero no obedecen a ninguna moral. Y la verdad que en el acto de componer no digo: bueno, voy a hablar con los niños pobres... No, no me pasa”.

“No quiero hacer nada cuando compongo, más que componer una canción”, explica su proceso, aunque acepta que, una y otra vez, vuelven los mismos temas a sus letras: “Hablan de mi existencia en rumbos equivocados, y hablan de seguir golpeando puertas, eso siempre: siempre me vas a ver metido en algo. Pero, así como uno abre muchas puertas, encuentra de todo detrás de ellas...”

 

CHANO X CHANO

•.- “Ese delirante de la noche, ese soy yo también. Ese espíritu yo lo tengo, no puedo matar a esa persona que está adentro mío, aparece a veces y trato de que aparezca lo menos posible, que descontrole lo menos posible”

•.- “Como decía Galeano, el desafío no es escribir lo que se vive sino vivir lo que se escribe. Yo vivo lo que escribo: entonces a veces también es oscuro lo que escribo. Y a veces es molesto. Tampoco puedo filtrar tanto yo qué escribo y qué no”

•.- “Tengo una naturaleza solista. Y a pesar de que yo no tuve nada que ver en el quiebre de Tan Biónica, para mi, eh, siento que fue lo mejor que me pudo pasar”

•.- “Soy atractivo para algunos periodistas, les caigo simpático, cuando me la mando están ahí, monitoreando. Y todo el mundo tiene una cámara en la mano y es periodista. Pero no quiero entrar, no quiero hacer una relación paranoide con los demás”

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