César Bordón: “Celebro hacer un personaje que la gente ama”

Se suponía que Netflix había llegado para eliminar los horarios fijos que imponía la tevé tradicional, y sin embargo tiene desde hace tres meses a América latina en vilo, cada domingo, esperando a que el reloj marque las horas, que no detenga su camino y que lleguen las 23, hora en que cada semana llega en un nuevo episodio de “Luis Miguel. La Serie”, show biográfico sobre la vida del divo mexicano que esta noche llegará al final de su primera temporada.

Y el suceso de la serie ha sido “superador”, explica algo sorprendido César Bordón, el argentino que hace del manager de Luis Miguel, Hugo López, en el programa, y que decora la producción de Telemundo y Netflix con “boludos” y “flacos” de neto corte rioplatense que despiertan más de una sonrisa en el país del fin del mundo. Bordón, de prestigiosa trayectoria en cine, ha trabajado con Szifrón y Martel y también en programas populares como “Casi Ángeles” o “Guapas”, pero aún así afirma que no tiene la clave para explicar el fenómeno de la serie de Netflix, aunque, cuenta, desde su génesis el show fue creado para ser un éxito.

“Una de las primeras cosas que me llamó la atención fue la escenografía. Cuando me dijeron que se grababa un 50% en estudios, dije ‘¿en estudios?’, pensé en una escenografía con un tapón blanco con un potus adelante... Pero cuando llegué al estudio pensé que estaba dentro de una casa”, cuenta el intérprete, maravillado al encontrarse con escenarios con puertas verdaderas, casas con escaleras y vitraux y hasta interruptores de luz funcionando: “En el medio los interruptores son una tapa mentirosa, vos hacés que tocás y el iluminador enciende la lámpara; acá se prendía la lámpara, era una casa adentro de un estudio”.

Sin embargo, advierte, no toda creación pensada para ser un éxito termina siéndolo: “No soy de deslumbrarme mucho, tengo unos cuantos años, he hecho muchos proyectos en mi vida: algunos son chiquitos para ver qué sale, entre nosotros hacemos una peliculita y termina siendo un boom que da la vuelta al mundo; pero a la inversa también, hay grandes producciones que ponen un producto para que sea una bomba, y después resulta que es un cuete”, se ríe Bordón, oriundo de Belgrano y actual habitante de Boedo, aunque acepta en diálogo con EL DIA que desde la preproducción “esto se veía bárbaro”.

“Me pasó algo similar con ‘Relatos Salvajes’”, dice Bordón, y relata que cuando fue convocado la producción afirmaba que esperaban que fuera la película del año, con un millón de espectadores en Argentina. “Estaba todo puesto para eso, en una película que juntás a Darín, Sbaraglia, Rita Cortese, tenía todas las condiciones, pero que tenga todas las condiciones no significa que vaya a ser un éxito”, explica; pero finalmente la película termino siendo vista por cuatro millones de personas y compitiendo por el Oscar a mejor película extranjera.

Para Bordón, “la serie de Luis Miguel fue un misterio similar: esperaban que los seguidores de Luis Miguel la vieran, pero hoy fui a Buquebus a grabar una escena de otro proyecto, y salieron los empleados de la empresa, los policías, los que cargan las valijas, la señora, todos querían una foto. Es lo que yo llamo un proyecto trasversal, la ve desde el médico que te atiende en la guardia hasta la maestra de mi hija o el verdulero del barrio”.

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Nada de esto imaginaba el intérprete cuando le llegó la propuesta para mudarse a México, durante cuatro meses, para rodar una serie de Luis Miguel: “Sonaba como una cosa medio galáctica”, dice entre risas, pero averiguó, se convenció de que se trataba de un proyecto serio y “puse en pausa todo, mi vida normal, la vida en la casa, llevar a mi hija al colegio, películas con las que me había comprometido...”.

Mientras algunos proyectos se cayeron por la coyuntura propia del INCAA, otro tuvo que posponerlo para su regreso de México, pero “como el rodaje no podía extenderse de abril, arreglé con la serie para hacerlo en marzo: llegué el 3 de marzo a las 22.30 a Ezeiza, y el 4 de marzo a las 8 de la mañana estaba filmando en Caballito”, se ríe Bordón.

Todavía, claro, podía caminar por Caballito sin que lo inundaran pedidos de fotos: “Yo soy un tipo conocido pero no me considero un tipo famoso, gozo de una buena consideración de los medios del cine y una elite que disfruta del cine, pero todo eso quedó destruido por un personaje mediático que aparece por todos lados”, bromea el actor, uno de los personajes más queridos de la serie de Netflix y el hombre que nos hace quedar bien a los argentinos, tantas veces vituperados en el mundo por nuestra particular forma de ser.

“Pero no es mérito mío, ni de la producción: es mérito de Hugo López, fue un señor que hizo quedar muy bien parado al país, y aún hoy en México se habla de él como el rey del espectáculo, un tipo de mucha clase”, dice Bordón.

López “combinaba esas cosas que yo quisiera combinarlas en mi vida: era un caballero, trataba bien a la gente, era cordial, se manejaba con buenos términos, y no dejaba de ser un negociante que hacía lo que le tocaba lo mejor posible”, agrega quien ayudó a construir un personaje sobre el que había pocos datos y pocas fotos: Bordón, por ejemplo, borró algunos argentinismos del guión (quitó los “chabón” por no corresponder a la clase que muestra el productor) y terminó pensando como un personaje más de ficción que de la vida real al que sazonó con las tapas de El Gráfico de Maradona y River que decoran su oficina de la ficción, también decorada con discos y fotos de Spinetta y Valeria Lynch, otros representados de López.

Su personaje, especie de padre sustituto de Luismi, se construyó además en oposición al gran villano del 2018, Luis Rey, padre déspota, mitómano y manipulador que empujó al joven Micky a la fama; cumplidos los 18 y en pleno conflicto con su papá, el artista decidió ser representado por López, quien moldeó a Luis Miguel y lo llevó de artista teen a ídolo internacional.

“Esta vez me tocaron los buenos, y celebro muchísimo que me haya tocado un personaje que la gente ama hoy para contrarrestar los personajes de otros películas por los que la gente me ha odiado”, dice risueño Bordón, quien por su interpretación que se ganó hasta los halagos de la viuda de López, Lucía Miranda, quien lo contactó a través de las redes para felicitarlo por realizar el papel “igual” a su marido, personaje clave pero desconocido para la mayoría, aunque, advierte el actor, no para “los cien millones de fans de Luis Miguel, que saben todo. Son como la Iglesia Maradoniana, que tienen la foto del cordón que usó Maradona en el Nápoli cuando entrenaba”.

“Tampoco conocía mucho de la vida de Luis Miguel”, confiesa el intérprete. “No se nada de la vida de la gente porque es una materia que no me llama la atención. Yo sé de la vida de Maradona porque vivo en Argentina, pero lo que me gusta de Maradona es como juega el fútbol, y lo que me gusta de Luis Miguel es como canta”.

Esa parte, confiesa, sí la conocía en profundidad: “Me encanta como intérprete, es una de las voces románticas maravillosas de nuestra América latina”, cuenta Bordón, amante del género del bolero que tiene los “Romances” de Luismi en su casa e hizo sus primeras armas en el teatro musical con los espectáculos de La Banda de la Risa y llegó a protagonizar para América 2 “Los Boleristas” con Javier Lombardo, donde encarnaban a “un dúo de boleristas que hacíamos separadores para programas de televisión, versiones libres, cómicas, de los boleros tradicionales. Yo tocaba maracas y bongó, Lombardo la guitarra”.

Más de dos décadas después, Bordón se encuentra grabando la segunda temporada de “Un gallo para Esculapio”, ganadora del Martín Fierro de Oro y otro de los grandes sucesos de la temporada televisiva en Argentina. Barajando proyectos en Argentina y el exterior para la segunda parte del año, Bordón reconoce que con el equipo de “Luis Miguel. La Serie”, que esta noche desde las 23 mostrará para los usuarios de Netflix el último episodio de la primera temporada, mantiene contactos, aunque la segunda temporada todavía no está escrita, “solo pensada”, y ni siquiera ha sido anunciada oficialmente. Hugo López, seguramente, será parte integral de la segunda parte, aunque, claro, en los últimos episodios ya ha visitado el médico, y todos sabemos como terminan esas cosas en las telenovelas.

“Yo soy un tipo conocido pero no me considero un tipo famoso”, dice César Bordón

“Celebro hacer un personaje que la gente ama para contrarrestar los personajes por los que me han odiado”

César Bordón, actor