Famosos ¿poliamorosos?: entre las relaciones libres, el fin de la monogamia y los amores múltiples

Poliamor: la palabra estalló en los medios esta semana porque Florencia Peña tuvo que salir a contar intimidades para defender a su pareja, Ramiro Ponce de León, cuando se filtraron chats del hombre chateando muy calentito con una jovencita.

“Tenemos una relación abierta”, contó la morocha entonces, para calmar a las huestes que ya pedían la cabeza de Ponce de León, y agregó además que “yo no creo en la monogamia ni en la exclusividad y cuando uno empieza a avanzar en la vida, hay un montón de cosas que te empiezan a pasar y esto me pasó a mí”.

La actriz recibió el apoyo de muchos hombres y mujeres del medio, incluido su mejor amigo Marley, quien se subió al trencito de las relaciones abiertas al explicar que “es cómo se ve el amor en el 2018, hay que ser un poquito más abierto de cabeza y no pensar como en la Edad Media que si te casaste con alguien nunca más podés mirar a nadie, no hay que ser tan primitivo. ¿Vas a estar eternamente con una persona en tu vida? Hay que divertirse y si estás con alguien, tenés ese trato de que no es tan terrible y no cambia el amor que le tenés a la persona con la que estás”.

Pero, claro, mientras la palabra “poliamor” era lanzada al aire sin cuidado, los militantes de esa forma de ver la vida salieron al cruce y advirtieron: ojo que una cosa es mantener una relación abierta con una pareja, y otra, distinta, el poliamor. Las relaciones abiertas redibujan los límites en cuanto a encuentros sexuales, pero se mantienen “fieles” a esa dupla en todos los otros aspectos de la vida, particularmente el amor; los poliamorosos, en cambio, creen que una relación amorosa puede darse con más de una persona a la vez. No se trata de meros encuentros sexuales, es una relación sentimental como cualquiera, pero con más integrantes en ese amor. Es la idea de que el amor no tiene límites, tampoco de número.

Y hay famosos poliamorosos, y famosos que practican relaciones libres: todos unidos por la creencia de que la monogamia es un vetusto concepto, pero no iguales. Tilda Swinton ha sido uno de los casos más sonados de ‘poliamor’ entre celebrities. La actriz convive con sus dos hijos y su pareja, el pintor Sandro Kopp, pero el padre de sus hijos, el escritor John Byrne, también forma parte de ese núcleo familiar, pese a que este tiene, a su vez, una relación con otra mujer. Swinton declaró que la realidad era mucho más aburrida de lo que la gente tiende a fantasear. Bastaba entender, afirmó, que una persona puede mantener varias relaciones amorosa a la vez y de muy distinta forma.

Más famosos poliamorosos incluyen a Megan Fox o Mo’nique, aunque ambas sostienen relaciones más tradicionales. Pero, dice Fox, tanto ella como su marido entienden lo que significa y si en algún momento la actriz se enamorase de otra persona, eso no destruiría su matrimonio.

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Las fronteras entre una y otra postura pueden parecer difusos, pero lo cierto es que los famosos parecen todavía inclinarse hacia las relaciones abiertas como una forma de resolver las tentaciones constantes del medio, pero no abrazan la idea de amores diversos.

La mayoría de ellos apunta, primero, a abolir el concepto de la monogamia sexual. “Creo que la idea del matrimonio es muy romántica. Es muy bonito y ponerlo en práctica puede ser precioso. Sin embargo, no creo que sea natural ser monógamos. Mantener la monogamia cuesta mucho trabajo y el hecho de que cueste tanto demuestra que no es algo natural para el ser humano. Yo la he practicado, pero va en contra de nuestros instintos”, aseguró Scarlett Johansson.

LOS CASOS LOCALES

Y así sucede con la mayoría de la farándula local: uno de los primeros casos abiertamente abiertos fue el de Elena Roger y Mariano Torre. “Tenemos un contrato que, reconozco, es poco común. Pero a nosotros nos funciona y creo que es maravilloso”, contó Torre en su momento, y agregó que “los dos creemos que el amor no es posesión”. Pero por otro lado, la apertura de la relación asoma como una estrategia para seguir sosteniendo el amor entre dos, e incluso de lidiar con los celos, en tiempos de tentación fácil: “Cuando lo comento, la gente me dice que no soportaría saber que su pareja tiene sexo con otra persona. Pero yo creo que de esa forma deja de haber celos, porque nunca nos mentimos”, agregando que “todas las experiencias que tuvimos hacen que sigamos juntos”. Poliamorosos, por ahora, no.

Ese es el camino, por ahora, de los famosos argentinos, muchos de los cuales ya han abandonado la idea de la monogamia, aunque no la del amor único. Barón es una del club anti-monogamia: “Tengo mega decidido estar soltera. De hecho, tengo una crisis con el tema de la fidelidad y la monogamia… No sé, es raro estar toda la vida con alguien, como que se me está diluyendo un poco ese pensamiento”, dijo. Claro, lo dijo pos-Del Potro, y semanas después estaba otra vez en pareja.

Sandra Borghi relató que tiene un “contrato de amor” que tiene cláusulas “sinceras”, pero, una vez más, se trata de una flexibilización de las reglas sexuales para sostener el amor entre dos. Aunque la periodista también milita por abolir la monogamia: “No existe. Así como el cambio cultural de las bolsas del supermercado fue un proceso largo. El de la monogamia va a ser más largo. El cambio no es que vamos a dejar de ser todos monogámicos, porque eso ya ocurre. El tema es que vamos a empezar a contarlo”.

“Creo que un hombre puede estar enamorado de un montón de mujeres a la vez. Como la mujer también puede. En una puede ser amor y en la otra puede ser pasión”, afirmó en cambio el actor y psicólogo Diego Peretti, en julio del año pasado en la mesa de Mirtha Legrand, deslizando sí una posición más poliamorosa. Curiosamente, su personaje de “Los Simuladores” vivía el poliamor...

Pero, como siempre, el más ocurrente fue Alejandro Dolina, quien en una entrevista radial con Jorge Dorio, contó que “a lo largo de los años hemos conversado con Jorge acerca de la monogamia y otras perversiones… Nos preguntamos si hay algo natural que hace que las especies tenga una sola pareja: siempre resolvimos que no, porque era lo que más nos convenía”.