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Policiales |Desesperado reclamo de una madre

Denuncian a un bombero de Ensenada por el abuso de tres hijastros menores

Denuncian a un bombero de Ensenada por el abuso de tres hijastros menores

Analía, madre denunciante. Foto: Roberto Acosta - EL DIA

28 de Febrero de 2019 | 03:25
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“Mamá, no quiero ir con papá porque me baja los pantalones y me toca la cola”, le dijo a su madre B., cuando tenía tres años. Durante varios segundos, Analía (41) se quedó petrificada en el medio de la cocina, con su hijo agarrado a una de sus piernas.

Desde ese día, el 29 de junio de 2017, la vida de la mujer y sus tres hijos dio un cambio rotundo. Casi dos años después, con tres pedidos de perimetral y una denuncia de 160 fojas, el acusado “sigue desempeñándose como bombero en Ensenada, persiguiendo a mis hijos y a mí”, le aseguró Analía a EL DIA.

B. hoy tiene 5 años y sus dos hermanas 11 y 20. La pareja se conoció en 2013, empezó a convivir poco después y en 2015 contrajeron matrimonio.

La jornada en que se enteró de los abusos, Analía volvía al hogar luego de rendir un parcial. Le había ido bien y para festejar compraron helado. El pequeño tenía la boca “llena de chocolate” y a su mamá se le ocurrió gastarle una broma al marido.

“Andá a darle un beso a papá que se va, así le ensuciás la camisa”, le dijo. La respuesta que le dio el nene y su actitud temerosa fueron un mazazo. A pesar del estado de shock en que se encontraba, decidió enfrentar a su pareja.

El hombre estaba en la habitación de ambos, preparándose para ir a un velorio. Todavía sin poder creer lo que pasaba, le preguntó: “¿Escuchaste lo que dijo tu hijo? Que no te quiere dar un beso porque le bajás el pantalón y le tocás la cola”.

De acuerdo a lo referido por Analía, su entonces marido comenzó a “agarrarse la cabeza y caminar de un lado al otro, como con un ataque de nervios”. Cuando logró “calmarse un poco”, intentó una respuesta. “Se debe haber confundido de cuando jugamos a ‘las cosquillas’ y lo pellizco ahí”, señala la denunciante que le contestó.

En ese momento, B., que permanecía aferrado a su mamá, intervino y, a los gritos, trató de “mentiroso” y “malo” a su presunto abusador. Siempre de acuerdo a lo manifestado por Analía, él se vio “acorralado” e intentó amedrentarla, dándole golpes en el mentón con el dedo. Esa misma noche, fue a radicar la denuncia. Su hijo pasó por la revisión médica legal y luego por la Cámara Gesell, donde “constataron lesiones”, según expuso.

Con el tiempo, sus dos hijas le contaron que a ellas “las había manoseado” en más de una oportunidad, siendo menores. Una de ellas tenía dos calzas guardadas “que nunca más usó”, después de sendos abusos. A pesar de la causa y las tres medidas de prohibición de acercamiento, Analía sostiene que su ex esposo las acosa de manera constante en la vía pública.

“Me dijo que a B. lo ama y no lo va a dejar de amar nunca, y a las chicas (por sus hijas) a veces les grita cuando van por la calle. Estamos aterradas de que haga algo más”, reclamó.

LAS VÍCTIMAS Y LA JUSTICIA

Para Analía, las víctimas “no tienen ningún tipo de amparo en la Justicia”.

El proceso posterior a la denuncia fue “un calvario”, una suerte de “nuevo abuso” por el que tuvieron que pasar y que, por el momento, “no aportó ninguna solución”.

“En el momento en que denuncié por primera vez, nadie me escuchaba. Después no quise hacer pública la situación para no entorpecer el accionar judicial, pero estoy cansada del destrato y la falta de resultados. No quiero esperar más”, se quejó.

El abogado que la asesoró en ese período fue Jorge Garzón, encargado de atender ese tipo de casos en el municipio ensenadense. El letrado, de 60 años, fue acusado a fines del año pasado de haber violado a su hijastra durante cinco años.

Para Analía fue otro duro golpe que debió soportar y que la enfermó, al punto de bajar más de 30 kilos y sufrir una depresión severa. Pudo salir de ese pozo cuando se dio cuenta de que había dejado “un poco de lado” a sus hijos. También la ayudó mucho el grupo de madres de víctimas, con quienes se contactó recientemente.

“Yo no voy a parar hasta que este tipo esté preso. Nosotros, que somos las víctimas, vivimos encerrados por miedo y él anda por la calle como si nada”, afirmó.

Hoy, desde las 10.30, habrá una movilización para reclamar justicia por ese y otros casos similares. Comenzará en el Pasaje Dardo Rocha, en 7 y 50, para culminar en 54 entre 7 y 8.

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