Empujada por el Asperger, Greta desafió al mundo y ganó un Nobel de 100 mil dólares

En lo que va de la semana se le plantó a los líderes mundiales retándolos por su inacción frente al cambio climático en la sede de las Naciones Unidas; tuvo un duro cruce con el presidente de los Estados Unidos Donald Trump en el que su condición de padecer Asperger estuvo sobrevolando, y ayer fue distinguida con el “Right Livelihood Award”, conocido como el “Nobel Alternativo”, y el consiguiente premio de 103.000 dólares en efectivo. A sus 16 años, una semana inolvidable para la activista climática sueca Greta Thunberg.

El premio concedido ayer por la fundación creada por el filántropo Jakob von Uexkull, la reconoció “por inspirar y amplificar demandas políticas de acciones climáticas urgentes que reflejen los hechos científicos”.

Sobre Thunberg, que también fue nominada al Nobel de la Paz, la Fundación señaló que “personifica la idea de que todo el mundo tiene el poder de crear un cambio. Su ejemplo ha inspirado y empoderado a gente de toda clase para reclamar acciones políticas”.

Uexkull creó los premios anuales Right Livelihood en 1980 para reconocer esfuerzos que en su opinión se veían ignorados por los premios Nobel, y desde entonces sus ganadores reciben un millón de coronas suecas, equivalentes a 103.000 dólares.

“TENGO ASPERGER”

Greta Thunberg, la joven sueca que cautiva al mundo con su lucha contra el cambio climático, padece un trastorno leve del espectro autista conocido como síndrome de Asperger (ver aparte), y mientras para algunos es el “superpoder” que la ayuda en su batalla, para otros es motivo de ironías.

Entre estos últimos se anotó el presidente de EE UU Donald Trump -uno de los blancos de la joven Greta- quien reaccionó al apasionado discurso ante la ONU de la activista de 16 años con un mensaje en tono de burla, un tuit que provocó controversias debido a que la adolescente padece el síndrome de Asperger.

LE PUEDE INTERESAR

Un síndrome con características muy específicas

LE PUEDE INTERESAR

Un fenómeno complicado

“Parece que es una niña muy feliz, entusiasmada por un futuro brillante y maravilloso. ¡Qué bonito verlo!”, tuiteó el mandatario. El mensaje motivó comentarios de rechazo, donde algunos recordaron que, durante su campaña electoral en 2016, el presidente también se burló de un periodista discapacitado.

Sin embargo, la joven Greta respondió con mesura e hizo suya la ironía del presidente de EE UU, al cambiar su perfil de Twitter en el que se definió como “una joven muy feliz mirando hacia un futuro brillante y maravilloso”, las mismas palabras de Trump.

Mientras tanto, a los 16 años, Greta Thunberg parece estar siempre enfadada y sorprende por su temple y oratoria, más propios de personas adultas que de una preadolescente. Algunos la denominan “la niña verde”, y se ha cargado a sus espaldas todo el peso de un potente mensaje -la lucha contra el cambio climático- convencida de que aún hay tiempo para enmendar las políticas medioambientales.

Ella misma contó que padece Asperger, un deterioro que afecta la interacción social recíproca, la comunicación verbal y no verbal y provoca una resistencia para aceptar el cambio.

“Tengo Asperger -escribió- y eso significa que a veces soy un poco diferente de la norma. Y, en ciertas circunstancias, ser diferente es un superpoder”.

Algunos especialistas coinciden en que ese “superpoder”, como ella lo llama, puede jugar a su favor.

El neuropsicólogo Álvaro Bilbao, por ejemplo, afirma que ese leve trastorno puede ayudar a Greta en su lucha medioambiental.

“Podría hacerla más impermeable tanto a los halagos como a las críticas, ya que a estas personas les cuesta más detectar y percibir estados emocionales de los demás. Vivir en su mundo le permitiría -considera este experto- seguir centrada en su mensaje sin recibir con toda la intensidad el impacto emocional de aquello que la rodea”.

“Ahora mismo -apunta Bilbao- Greta es ya mucho más importante que todas las huelgas de adolescentes que ha propiciado con marchas y protestas. Lo deseable, para ella, es que el movimiento cobrara autonomía sin depender tanto de Greta”.

“De momento -señaló por su parte la psicóloga Silvia Álava- todo el protagonismo lo absorbe esta niña; algo impensable si toda esta campaña la hubiese planeado, por ejemplo, el mejor de los publicistas”.

Lo cierto es que, hace casi un mes, Greta hizo pública su condición, cuando confesó que fue diagnostica con Síndrome de Asperger cuatro años atrás.

“Es una condición del neurodesarrollo, una variación del desarrollo que acompaña a las personas durante toda la vida. Influye en la forma en que éstas dan sentido al mundo, procesan la información y se relacionan con los otros”, indica desde su página la Asociación Asperger Argentina.

Por el momento, la joven Greta Thunberg lo lleva muy bien. En la mismísima sede de las Naciones Unidas, tuvo al mundo a sus pies.

En ciertas circunstancias, confiesa Greta, ser diferente es un superpoder