Vive a 40 metros de una comisaría y lo desvalijaron cuando cruzó a la plaza

Concentrado como estaba con su beba, sus perros y escuchando un podcast, no imaginó que en ese mismo rato un delincuente le daba vuelta la casa para encontrar lo que se llevó: computadoras y dinero en efectivo. Era difícil de imaginar, por cierto, ya que el departamento está justo enfrente de la plaza donde se encontraba y a 40 metros de la comisaría Cuarta de Berisso.

De hecho, la víctima se cruzó con el ladrón cuando de regreso a su domicilio lo vio salir del PH, tranquilo y cargando una mochila con sus cosas, aunque eso, claro está no lo sabía. Lo reconstruyó justo después de que encontró su departamento dado vuelta, según contó él mismo a este diario.

Esta historia pasó alrededor de las 10.30 de la mañana de ayer, cuando este joven que pidió mantener su identidad bajo reserva salió de su departamento situado en 125 entre 63 y 63 bis para cruzar a la plaza de enfrente, “como hago todos los días con mi beba de 8 meses y mis perros”, relató. Su esposa estaba trabajando.

Se mudaron a ese barrio hace poco más de un año y medio, y aunque escucharon historias de inseguridad de boca de unos cuantos vecinos, ellos no la habían padecido en carne propia. Hasta ahora.

El muchacho advirtió que paró una moto del otro lado de la plaza, pero no le prestó demasiada atención al hombre que bajó de ella.

Después de pasar aproximadamente una hora en la plaza cruzó la calle con su hijita y las mascotas, de regreso a su departamento, y en la puerta del PH se cruzó con un sujeto alto y flaco que cargaba una mochila y a quien no se lo veía apurado ni nervioso.

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“Pensé que era un delivery de los que suelen venir todo el tiempo a entregar algo”, reconoció la víctima, quien cayó en la cuenta de lo que había pasado apenas abrió la puerta de su casa y vio, colgando, los cables de conexión de la computadora al televisor.

Fue el primer detalle que observó en medio del caos en que se había convertido su vivienda.

Salió a la vereda en un intento por encontrar al desconocido con el que acababa de cruzarse, pero no había nadie.

“Ya había estado”

Acompañado por un vecino que llegó justo en ese momento, tocaron el timbre de los otros seis departamentos para chequear que sus ocupantes estuvieran bien. Según trascendió, el delincuente irrumpió solamente en uno, el suyo.

Para hacerlo, sacó provecho del descuido de alguno de los dueños que dejó la puerta principal abierta, saltó el paredón de la medianera e ingresó por un ventanal. Supone el damnificado que lo había visto en la plaza y hasta no descarta que estuviera al tanto de con cuánto tiempo disponía, ya que el muchacho ejecuta una rutina parecida casi todos los días.

Después de revisar el departamento, el ladrón escapó con dos tablets, dos notebooks, un teléfono celular que no funcionaba y aproximadamente 30 mil pesos.

Atando cabos entre los vecinos, concluyeron que podría tratarse del mismo sujeto que el pasado fin de semana fue sorprendido en el pasillo de la edificación tocando las puertas de los departamentos.

“Lo vio una mujer que vive acá y le preguntó a quién buscaba. Puso una excusa y se fue, pero por la descripción podría ser el mismo”, apuntó la víctima.

Radicó la denuncia en la comisaría que es prácticamente lindera a su casa y esperó a que fueran los peritos de Científica que se ocuparon de buscar rastros. Por lo que le dijeron, no pudieron encontrar “huellas en superficies lisas”, que son las que pueden cruzarse con bases de datos o cotejarse con las de un sospechoso que no esté el sistema. Todavía en shock, la familia puso en orden el departamento y ya analiza los pasos a seguir.

“Lo más probable es que nos mudemos de barrio, como ya hicieron otros vecinos cercanos”, reconoció el joven, sin poder disimular la impotencia de saber que “ni siquiera con la policía a pocos metros podés zafar del delito”.