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FRANCISCO GLIEMMO (*)
Para el caso, el término o concepto de solidaridad no tiene la acepción de lo económico comercial del derecho, como obligación de cumplir un acuerdo o contrato, sino como un valor fundamental de la condición humana que es la de colaborar, respaldar, ayudar, “dar una mano” al que lo solicita o necesita, con lo cual la constituimos al valor de un deber.
Hecha la aclaración, y teniendo en cuenta el drama humanitario que está padeciendo gran parte de los habitantes del globo terráqueo y sin visibilizar solución concreta a la brevedad, el gobierno nacional, aprovechando con sensatez las recomendaciones de especialistas y experiencias de otras sociedades sobre la conveniencia de aislamiento obligatorio o “cuarentena” para limitar la vertiginosa propagación del virus, con buen criterio y con el respaldo mayoritario de la sociedad, dispuso la obligatoriedad del aislamiento por dos semanas y, ahora, prorrogó el mismo por otras dos, de todos los habitantes, salvo a los que integran a las excepciones lógicas como: salud, alimentación, transporte, seguridad, etc. Además, decidió priorizar importantes recursos para respaldar, en sus necesidades elementales, a las familias, sector informal y personas más vulnerables. Lo que no han tenido aún respuesta o tratamiento de resolución es a la enorme mayoría de las empresas del sector Pyme, autónomos, monotributistas que sostienen a más del 70 por ciento de la mano de obra empleada y que se les ha impuesto la obligatoriedad de abonar íntegramente las remuneraciones de sus asalariados, más todas las otras obligaciones complementarias que tienen, con las puertas de sus empresas, estudios o locales cerradas.
Como es obvio, en estas condiciones, las posibilidades de líneas de créditos ofrecidas para el pago de sueldos y capital de trabajo, a tasas especiales, resultan, por mantenerse sin actividad, salvavidas de plomo. Evidentemente, si esto no tiene a la brevedad una resolución favorable, además de ser totalmente injusto, porque también los generadores de trabajo deben tener prioridad, las consecuencias que se acarrearan, rotura de cadena de pagos, desocupación, más recesión, etc., serán dolorosas para toda la sociedad.
Las líneas de créditos ofrecidas para el pago de sueldos son como salvavidas de plomo
Por lo planteado, si nos retrotraemos al título de la nota, Solidaridad, y tenemos en cuenta que todos los funcionarios emplean para explicar todas las medidas que se instrumentan y los enormes esfuerzos que se están haciendo con los escasos recursos que se tienen y piden la comprensión y el acompañamiento de toda la ciudadania, respaldándose en próceres, como Belgrano, que en momentos de suma complejidad y de extrema necesidad dieron todo por la Patria, uno se pregunta, si entienden a la solidaridad como un valor o como un buen argumento político, porqué no ve en ellos, ya que integran y constituyen los poderes del Estado, legislativo, ejecutivo y judicial, que por, necesidad y urgencia, y como un mensaje ejemplar de justicia y solidaridad para toda la sociedad, que propongan, legislen, ejecuten y hagan cumplir una ley que fije, como un antes y después de esta pandemia, una escala de remuneraciones lógicas para todas las actividades de las administraciones de los tres poderes y organismos descentralizados, en el orden nacional, provincial y municipal, comenzando, como escala de referencia, con los topes del presidente del ejecutivo y de la corte suprema, que como ejemplo no debería superar 15 sueldos equivalentes al salario mínimo vital y móvil y de ese tope hacía la baja para todo el resto de los integrantes de los poderes y con esa enorme diferencia salarial y gastos superfluos que usufrutuan más todo lo destinado hasta la fecha y todo lo que se pueda aportar, se disponga la creación de un fondo de emergencia social que, seguramente, daría respuestas mucho más contundentes a todas las enormes necesidades, prioritariamente, a la de salud y a la continuación del trabajo y, además, un ejemplo concreto, de trascendencia histórica y cultural de solidaridad social para toda la sociedad.
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