La Banda del adoquín, diezmada por dos detenciones recientes

Durante al menos 30 días, rondaron el centro de City Bell por la madrugada para cometer ilícitos en comercios de la zona. No se sabe con exactitud cuántos son, pero se los llegó a reconocer por el artilugio que utilizaban para entrar en los locales: un adoquín algunas veces, un bloque de cemento otras. Con el elemento contundente destrozaban la vidriera (o una puerta o ventanal, si ingresaban por el fondo de las propiedades) y en segundos saqueaban lo que hallaban en la caja registradora. Poco les importó quedar filmados por las cámaras de seguridad, tampoco que las alarmas se activen y revelen su posición. Así actuaron, al menos hasta ayer. Es que, en el mismo horario en el que salían a cometer sus fechorías, la Policía detuvo con las “manos en la roca” a dos de los implicados.

Se trata de dos adolescentes. Uno tiene 17 años y es oriundo de Ensenada, de Villa Catella. El restante acusó 18 años y es “vecino”, ya que posee domicilio en Barrio Savoia.

Fuentes oficiales informaron que la captura se dio cerca de las 5 horas, en Camino Parque Centenario y 472, a pocas cuadras de donde habían cometido el último escruche. Allí los esperaba personal del Gabinete Técnico Operativos (GTO) de la comisaría Décima, con la certeza de que volverían al ruedo. Los voceros indicaron que los sospechosos fueron advertidos por los agentes justo cuando estaban por entrar a robar en la cervecería “Wild Hops”. El menor era el encargo de intrusar el edificio, mientras que su cómplice hacía las veces de “campana”. Otro, más escondido, esperaba como “refuerzo”.

En ese instante, los uniformados se presentaron y los chicos intentaron fugar de la escena, pero fueron atrapados a pesar de oponer resistencia. En su poder hallaron una barreta casera y un destornillador. El tercero logró escapar. Les imputan los delitos, entre otros, de “robo doblemente calificado en poblado y en banda y por la participación de un menor”.