Raptan a un joven, lo llevan a su casa y aterrorizan a su familia en un asalto

Una familia de Gonnet padeció en su casa un asalto que le costará borrar fácilmente de su memoria. Es que sus integrantes -un matrimonio de 56 años y su hijo de 20- padecieron 40 minutos de miedo extremo.

Ello, a causa de la violencia física con la que actuaron tres delincuentes armados, que hasta amenazaron con secuestrar e inclusive matar al propietario de la finca y al joven.

El dramático episodio ocurrió a las 23.15 del martes en una vivienda de calle 23 entre 509 y las vías, en jurisdicción de Gonnet. Y las penurias para esta familia finalizaron cuando, finalmente, la banda escapó a bordo de un Peugeot 307 blanco, con gris en su frente, donde lo esperaba un cómplice que ofició de “campana”.

El botín con el que se dieron a la fuga, según revelaron los damnificados ayer a este diario, consistió en “20.000 pesos, tres teléfonos celulares y algunos relojes”.

Laura Vallina, una de las víctimas, recordó además que se llevaron su automóvil, un Citroën C4, en el que “cargaron un televisor, una Play Station y alhajas. Pero al final, al coche con esas cosas, lo dejaron abandonado en la esquina”.

“VAMOS A TU CASA”

El prólogo de esta historia de inseguridad se dio un rato antes de que la banda irrumpiera en ese inmueble. Más precisamente en 23 y 506, donde los asaltantes le cruzaron el Peugeot 307 al Citroën C4 que manejaba Alejo Vergel (20), acompañado por un amigo.

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Según Vallina, con armas de fuego en mano, los maleantes obligaron a bajar del Citroën a su hijo Alejo y al amigo, para hacerlos subir al auto de la banda.

Pero momentos después, como si hubiesen cambiado repentinamente de planes, les ordenaron a ambos muchachos que volvieran al Citroën.

“A mi hijo le gritaron ‘vamos a tu casa, vamos a tu casa’ y uno de los delincuentes se puso al volante, mientras que a los chicos los subieron al asiento de atrás”, puntualizó luego la mujer.

Acotó que “el amigo de mi hijo pudo abrir rápido la puerta y bajar del coche, para escapar corriendo. Por suerte no le dispararon, pero antes de bajar le dieron un culatazo en la cabeza”.

PATADAS, PIÑAS Y MÁS CULATAZOS

Con el joven nuevamente en su casa, aunque antes de lo previsto y con indeseables acompañantes, los padres de Alejo enseguida comprobaron que los delincuentes basaban su modus operandi en sembrar terror entre sus rehenes.

En tal sentido, Vallina reflejó que “a mi marido y a mi hijo les pegaron culatazos en la cabeza, pero también patadas y trompadas, hasta en el piso. Fueron momentos tremendos, como cuando a mi hijo lo encerraron en un dormitorio y no sabíamos qué pasaba con él”.

No conformes con amedrentar a golpes a esta familia, “también nos ataron de pies y manos, a mi marido con corbatas y a mi hijo y a mí con cordones de zapatillas. Y nos hicieron vivir mucho nerviosismo cuando, en diversos instantes, advirtieron que iban a llevarse a mi marido y a mi hijo. O que los iban a matar”, recordó la mujer, con angustia.

“PARECÍAN PROFESIONALES”

En otro pasaje de la charla con este diario Vallina aludió al comportamiento de los asaltantes.

“Eran tranquilos en su forma de hablar con nosotros, pero a su vez violentos para tratar de meternos miedo. Parecían tener bien en claro cómo conseguir lo que querían, parecían profesionales”, indicó.

Consultada sobre las edades de los intrusos, estimó que “el mayor demostraba tener unos 35 años y era el que comandaba a los otros dos, que aparentaban tener unos 25 años”.

“Los tres tenían barbijos y uno de ellos además llevaba puesta una gorra, para disimular más su rostro”, completó.

Fuentes policiales señalaron que una vez que la banda se dio a la fuga raudamente del lugar, se montó un operativo de rastrillaje para tratar de cercarlos, aunque sin los resultados esperados.

En tanto, los efectivos que acudieron a la denuncia realizada por un vecino al 911 constataron que, además de un fuerte shock nervioso, las víctimas “presentaban lesiones leves, por haber recibido golpes de puño.

Se solicitó una ambulancia, aunque no fue necesario el traslado a algún centro asistencial”.

Por otra parte, Vallina, junto a su esposo Marcelo Vergel, recordó que “es la primera vez que nos roban en casa, y eso que estamos en el barrio desde 1991”, recordó. Y enfatizó que igual “últimamente hay bastante inseguridad por la zona. Entre varios hicimos instalar el sistema de Alerta Vecinal. Pero no ayuda la oscuridad que hay, pese a que reclamos en la Municipalidad”.