
Estudiantes hizo los deberes venciendo a Aldosivi 1 a 0 y Muslera es cada vez más valorado
Estudiantes hizo los deberes venciendo a Aldosivi 1 a 0 y Muslera es cada vez más valorado
Milei en Junín: un fuerte respaldo a Karina y advertencias de un posible fraude
La maestra acusada de "amordazar" a nenes, ausente en una audiencia clave: como continúa la causa
Con Hurtado a la par, Gimnasia vuelve a las prácticas enfocado en Atlético Tucumán
El empresario Jonathan Kovalivker se presentó en la Fiscalía, dejó su celular y se fue
River iguala 0 a 0 ante Lanús en busca de la cima del Torneo Clausura
Detienen a un joven venezolano por agredir a su pareja en Berisso
Los ex GH Daniela Celis y Thiago Medina se enfrentaron cara a cara: "Ibas todo el tiempo"
Luciano Castro y Griselda Siciliani liquidaron a Flor Vigna: “Por algo será”
Gimnasia abonó los sueldos adeudados tras varios días de reclamo de los trabajadores
VIDEO.- "Gritaron fuego y algo explotó": qué se sabe del incendio en pleno centro de La Plata
Presentaron un proyecto que busca ajustar los valores de la VTV según cada vehículo
Fotos y video | Sin tránsito, pero con veredas liberadas en la demolición de diagonal 77 y 48
Falleció Morena Tévez, la platense que buscaba un sueño en Italia y terminó luchando por su vida
Extienden el límite de edad para ingresar a la Policía Bonaerense: uno por uno, todos los requisitos
Se cayó el pase de Ivo Mammini a Suecia: qué pasó con el delantero de Gimnasia
Israel bombardeó un hospital de Gaza: al menos 15 muertos, entre ellos 4 periodistas
La idea de Guido Kaczka que puso en jaque a los otros canales
¡A sólo $9.990! Ya podés pedir "El Pollito Pipo", un libro con sonido y para pintar
Estimado lector, muchas gracias por su interés en nuestras notas. Hemos incorporado el registro con el objetivo de mejorar la información que le brindamos de acuerdo a sus intereses. Para más información haga clic aquí
Kubrick abarcó los más diversos géneros a lo largo de su carrera
No hace falta que una película diga que es de Stanley Kubrick para darse cuenta de que la filmó el genial, influyente y megalómano cineasta que hubiera cumplido ayer 95 años: la gramática de su cine es única, sus imágenes impregnadas de una intensidad y de algunos sellos autorales tan reconocibles que todavía hoy son parodiados en la cultura pop. Sin ir más lejos, el inicio de “Barbie” es una referencia directa al inico de “2001”, quizás su obra más ambiciosa.
Uno de los cineastas más importantes del siglo XX, con su estilo de dirección obsesivo y perfeccionista llevado casi al límite Kubrick construyó una filmografía que, aunque modesta, atravesó como pocas todo un abanico de géneros y se transformó en una de las más influyentes para las generaciones venideras de creativos del séptimo arte, hubiera cumplido hoy 95 años.
“La pantalla es un medio mágico. Tiene tanto poder que puede retener el interés mientras transmite emociones y ánimos que ninguna otra forma artística puede pretender imitar”, dijo alguna vez quien pasó a la historia como sinónimo de innovación, como un amante de la sugestión en sus obras y, para cientos de críticos y espectadores, como el mejor en lo suyo.
Nacido en Nueva York en 1928 y tras un pésimo paso como alumno en el colegio, el joven Kubrick -interesado desde chico en el cine, la literatura y la música- encontró su primer contacto con la imagen a través de la fotografía, que le permitió trabajar en la revista de interés general Look entre los 40 y los 50, antes de reunir los fondos de manera independiente para crear su primera película.
Fue el cortometraje documental “Day of the Fight” (1951), que seguía al boxeador Walter Cartier en la cúspide de su carrera deportiva, lo que se transformó en su primer paso en ese terreno que ansiaba explorar, y que logró vender a los estudios RKO-Pathé por unos nada despreciables 4000 dólares, que lo incentivaron a seguir aprendiendo sobre el quehacer cinematográfico de manera autodidacta.
Un par de cortos más fueron suficientes para que en 1956 se largara a las ligas mayores con “Casta de malditos”, que bajo la producción de United Artists, contaba desde el policial negro la trama de un ladrón que reunía a cinco hombres para llevar a cabo un complejo robo en un hipódromo.
LE PUEDE INTERESAR
Las Tinelli en guerra: represión, control y bloqueo
El filme sería el debut de una trayectoria marcada por su tendencia a adaptar obras ya escritas con la intención de mejorarlas, como explicaría después Diane Johnson, su colaboradora en el libreto de la magistral “El resplandor” (1980), y a prestar excelsa atención a cada aspecto de lo que el público vería en las salas, llegando a aplicar recursos técnicos, de cámaras y de música nunca antes utilizados en el cine.
Más preocupado por generar ambientes atrapantes que por los personajes que los habitaban, y sin la necesidad de darle toda la información con claridad a las audiencias, Kubrick hizo de su forma de filmar una marca de autor indiscutible, y que se reflejó en un inusual dominio de todo un arco de géneros narrativos en las 13 cintas en su haber.
Lo hizo desde la etiqueta bélica con “La patrulla infernal” (1957) y la visceral “Nacido para matar” (1987) y desde la épica con “Espartaco” (1960), su última producción en Estados Unidos antes de mudarse definitivamente a Reino Unido para alejarse del mundo hollywoodense, y donde pasaría el resto de su vida, permitiéndole tener el control creativo completo sobre sus filmes y aún así contar con el apoyo de los estudios para cada emprendimiento.
Desde el otro lado del Atlántico siguió escapándole al encasillamiento y a partir del drama creó “Lolita” (1962), basada en el clásico de Vladimir Nabokov, y la disruptiva y violenta “La naranja mecánica” (1971); así como la comedia “Dr. Insólito o: Como aprendí a dejar de preocuparme y amar la bomba” (1964), con el brillante Peter Sellers a cargo de tres papeles en la misma película.
En 1968 le llegaría el turno a la ciencia ficción con una de sus mayores y más reconocidas óperas, “2001: Odisea del espacio”, marcando el rumbo para decenas de filmes posteriores del género, para luego trasladarse al drama de época con “Barry Lyndon” y al terror con la mencionada “El resplandor”, adaptada de la novela homónima de Stephen King, que aunque le mostró los dientes a esta versión, no pudo opacar la maestría que Kubrick ya había alcanzado para contar en imagen y sonido el inolvidable relato protagonizado por Jack Nicholson sobre el trágico y sobrenatural devenir de una familia a cargo del cuidado de un hotel aislado y en pleno invierno.
Su última película, “Ojos bien cerrados” (1999), estrenó de manera póstuma tras su fallecimiento a los 70 años, para dejar testimonio de los enredos psicológicos y los enigmas a los que le encantaba someter a su público -que al día de hoy discute qué quiso decir con tal o cual cinta-, y como capitulación de una labor cargada de arte y que incluso lo tuvo como sospechoso de haber grabado la “falsa” llegada del hombre a la Luna, algo sólo atribuible al genio de un realizador así de exigente y visionario.
No hace falta que una película diga que es de Stanley Kubrick para darse cuenta de que la filmó el genial, influyente y megalómano cineasta que hubiera cumplido ayer 95 años: la gramática de su cine es única, sus imágenes impregnadas de una intensidad y de algunos sellos autorales tan reconocibles que todavía hoy son parodiados en la cultura pop. Sin ir más lejos, el inicio de “Barbie” es una referencia directa al inico de “2001”, quizás su obra más ambiciosa.
Uno de los cineastas más importantes del siglo XX, con su estilo de dirección obsesivo y perfeccionista llevado casi al límite Kubrick construyó una filmografía que, aunque modesta, atravesó como pocas todo un abanico de géneros y se transformó en una de las más influyentes para las generaciones venideras de creativos del séptimo arte, hubiera cumplido hoy 95 años.
“La pantalla es un medio mágico. Tiene tanto poder que puede retener el interés mientras transmite emociones y ánimos que ninguna otra forma artística puede pretender imitar”, dijo alguna vez quien pasó a la historia como sinónimo de innovación, como un amante de la sugestión en sus obras y, para cientos de críticos y espectadores, como el mejor en lo suyo.
Nacido en Nueva York en 1928 y tras un pésimo paso como alumno en el colegio, el joven Kubrick -interesado desde chico en el cine, la literatura y la música- encontró su primer contacto con la imagen a través de la fotografía, que le permitió trabajar en la revista de interés general Look entre los 40 y los 50, antes de reunir los fondos de manera independiente para crear su primera película.
Fue el cortometraje documental “Day of the Fight” (1951), que seguía al boxeador Walter Cartier en la cúspide de su carrera deportiva, lo que se transformó en su primer paso en ese terreno que ansiaba explorar, y que logró vender a los estudios RKO-Pathé por unos nada despreciables 4000 dólares, que lo incentivaron a seguir aprendiendo sobre el quehacer cinematográfico de manera autodidacta.
Un par de cortos más fueron suficientes para que en 1956 se largara a las ligas mayores con “Casta de malditos”, que bajo la producción de United Artists, contaba desde el policial negro la trama de un ladrón que reunía a cinco hombres para llevar a cabo un complejo robo en un hipódromo.
El filme sería el debut de una trayectoria marcada por su tendencia a adaptar obras ya escritas con la intención de mejorarlas, como explicaría después Diane Johnson, su colaboradora en el libreto de la magistral “El resplandor” (1980), y a prestar excelsa atención a cada aspecto de lo que el público vería en las salas, llegando a aplicar recursos técnicos, de cámaras y de música nunca antes utilizados en el cine.
Más preocupado por generar ambientes atrapantes que por los personajes que los habitaban, y sin la necesidad de darle toda la información con claridad a las audiencias, Kubrick hizo de su forma de filmar una marca de autor indiscutible, y que se reflejó en un inusual dominio de todo un arco de géneros narrativos en las 13 cintas en su haber.
Su última película, “Ojos bien cerrados” (1999), estrenó de manera póstuma tras su fallecimiento a los 70 años, para dejar testimonio de los enredos psicológicos y los enigmas a los que le encantaba someter a su público -que al día de hoy discute qué quiso decir con tal o cual cinta-, y como capitulación de una labor cargada de arte y que incluso lo tuvo como sospechoso de haber grabado la “falsa” llegada del hombre a la Luna, algo sólo atribuible al genio de un realizador así de exigente y visionario.
“La pantalla tiene poder: puede retener el interés mientras emociona. Ningún otro arte puede imitarla”
Stanley Kubrick, cineasta
ESTA NOTA ES EXCLUSIVA PARA SUSCRIPTORES
HA ALCANZADO EL LIMITE DE NOTAS GRATUITAS
Para disfrutar este artículo, análisis y más,
por favor, suscríbase a uno de nuestros planes digitales
¿Ya tiene suscripción? Ingresar
Full Promocional mensual
$670/mes
*LOS PRIMEROS 3 MESES, LUEGO $6280
Acceso ilimitado a www.eldia.com
Acceso a la versión PDF
Beneficios Club El Día
Básico Promocional mensual
$515/mes
*LOS PRIMEROS 3 MESES, LUEGO $4065
Acceso ilimitado a www.eldia.com
Diario El Día de La Plata, fundado el 2 de Marzo de 1884.
© 2025 El Día SA - Todos los derechos reservados.
Registro DNDA Nº RL-2024-69526764-APN-DNDA#MJ Propietario El Día SAICYF. Edición Nro. 6986 Director: Raúl Kraiselburd. Diag. 80 Nro. 815 - La Plata - Pcia. de Bs. As.
Bienvenido
Estimado lector, muchas gracias por su interés en nuestras notas. Hemos incorporado el registro con el objetivo de mejorar la información que le brindamos de acuerdo a sus intereses. Para más información haga clic aquí
Ante cualquier inconveniente durante el inicio de sesión, por favor escribanos a sistemas@eldia.com
Bienvenido
Estimado lector, con sólo registrarse tendrá acceso a 80 artículos por mes en forma gratuita. Para más información haga clic aquí
DATOS PERSONALES
Ante cualquier inconveniente durante el inicio de sesión, por favor escribanos a sistemas@eldia.com
¿Querés recibir notificaciones de alertas?
Para comentar suscribite haciendo click aquí