Escaso cumplimiento en los grupos de riesgo de la vacunación antigripal

La primera vez fue a fines de abril pasado y ahora, por segunda ocasión las autoridades médicas de la Provincia pidieron a la población de riesgo que se aplique la vacuna antigripal ya que, con una campaña iniciada hace varias semanas, hasta el momento son muy escasos los porcentajes de mayores de 65 años de edad y de los bebés de 6 meses a 2 años que en los hospitales y centros de salud se aplicaron la correspondientes dosis.

Aunque la campaña de vacunación de la Provincia apunta a que al menos el 60 por ciento de las personas mayores de 65 años reciban la vacuna antigripal, hasta el momento apenas una 20 por ciento de ese grupo etario se la aplicó.

Y tal como se informó desde el ministerio de Salud, entre los bebés de entre 6 meses y 2 años, sólo inmunizó hasta el momento al 10 por ciento de la población, cuando la intención es vacunar al 40 por ciento.

De modo tal que hasta ahora la vacunación antigripal no cubre este año las expectativas en casi ninguno de los grupos catalogados, que se han fijado como objetivo sanitario, algo que, con la llegada del frío y el aumento de enfermedades respiratorias hace temer un escenario que debiera preocupar a las autoridades de salud y, esencialmente, a la población.

Se añadió que la misma situación se registra en el caso de la vacunación el Virus Sincicial Respiratorio para embarazadas, un fármaco nuevo que, según aseguran las autoridades, protege a bebés recién nacidos contra la bronquiolitis, primera causa de muerte infantil posneonatal.

Pareciera necesario, tanto por esta como por evidencias similares que se vinieron presentando en otros campos de la salud, que se investiguen a fondo las causas del apartamiento del grueso de la población de las prestaciones del sistema de salud. Como lo señalaron distintos especialistas, el distanciamiento hacia los hospitales y centros de salud tuvo su más visible origen en los años de la pandemia, a partir del temor al contagio que padeció mucha gente.

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Tal como se consideró, acaso no fueron apropiadas las advertencias que se formularon entre los años 2020 y 2021, al punto de que mucha gente decidió dejar de acudir a los establecimientos hospitalarios.

Corresponde aquí recordar que las campañas de vacunación por distintas enfermedades –no sólo contra la gripe- y las propias consultas médicas en los hospitales públicos sufrieron una retracción en los últimos años, de modo que todo énfasis puesto en el cumplimiento de estas campañas y de estos hábitos preventivos resulta necesario ahora.

Transitado ya tanto tiempo y con la pandemia en retirada, son en primer término las áreas oficiales de salud las que deben impulsar vigorosas campañas de promoción de la vacunación, tanto la infantil como la de adultos.

Ello sin dejar de valorar el aporte esencial que prestan entidades médicas privadas y los especialistas, que han reiterado advertencias no sólo sobre la caída en los planes de vacunación, sino en el consumo de medicamentos y en la continuidad de tratamientos médicos iniciados. Semejante panorama en la salud pública debiera ser revertido cuanto antes.