Matías Abaldo: el Lobo y una estrategia para comprar al charrúa

Matías Abaldo tiene contrato con Gimnasia hasta fin de año, con una opción de 1.600.000 dólares por la mitad del pase. Pero también, el club albiazul convive con una espada de Damocles, un fantasma permanente en cada mercado de pases: que aparezca una oferta superadora y que el Tripero -que hoy no tiene dinero para hacer uso de la opción- tenga que igualarla sí o sí, o conformarse solamente con el 10% de la transferencia en concepto de vidriera por mostrar al jugador, tal cual se acordó en el contrato original de agosto del año pasado.

Para evitar ese peligro, el Lobo quiere hacer uso de la opción por el extremo oriental, pero choca con la realidad de no tener el dinero para hacerlo. Por eso, no se descarte algún viaje a Montevideo para dialogar cara a cara con la dirigencia del club “Violeta” y hacer alguna propuesta que implique el pago en cuotas, máxime tendiendo en cuenta que ingresarán a la tesorería mens sana los porcentajes por las ventas de José Paradela a Necaxa y Ramón Sosa, al fútbol europeo tras la Copa América. Aunque, obviamemente, la mayor parte de esa plata ingresará en el calendario 2025.

Por eso, para no convivir permanentemente con el riesgo de que aparezca una oferta, que incluso puede surgir a último momento cuando el mercado de pases esté terminando y haya escasas posibilidades de reemplazo, la idea de la dirigencia tripera es analizar conjuntamente con Defensor alguna propuesta que les cierre a los clubes y al propio jugador, que se ha mostrado cómodo durante su estadía en La Plata y está atravesando un gran momento futbolístico luego de superar algunas cuestiones personales.

¿La compra de Abaldo está atada a la venta de Benjamín Domínguez? En los términos anteriormente expuestos, no necesariamente. De todos modos, es claro que para el modelo de la dirigencia actual Gimnasia debe sustentarse con la venta de futbolistas y no con aportes externos que luego se convierten en deuda exigible, y el pibe de Los Hornos es el jugador más cotizado del plantel. Sin pasaporte comunitario, es difícil su salto a Europa pero siempre surgen interesados. Tras la Copa América, es probable que Talleres busque reemplazar a Ramón Sosa con quien fue su compañero en el Lobo de Gorosito en 2022. Hoy, nadie puede poner las manos en el fuego por la continuidad o no de Abaldo y Domínguez en el segundo semestre.

En cuanto al rubro salidas, a Juan de Dios Pintado los rumores lo vinculan a San Lorenzo, como reemplazo de la inminente partida de Giay al fútbol brasileño. Sin embargo, no hubo ningún sondeo en calle 4, ni siquiera por parte del representante del uruguayo. La idea de la dirigencia tripera es que Pintado continúe en el plantel durante la segunda parte del año, ya que es un titular indiscutido.

Gimnasia ya descartó una oferta acercada por la representación de Eric Ramírez para llevarse al delantero (hoy suplente) a Huracán. Esos 200 mil dólares de la propuesta obligan a cambiar la plata para conseguir otro delantero en el mercado, por lo que la posibilidad quedó descartada. De todos modos, todo indica que serán los últimos seis meses de Ramírez en el Lobo, ya que quedará libre a fin de año, cuando caduque su contrato.

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Alexis Steimbach, por su parte, no seguirá jugando en Quilmes pero no regresará al Lobo. El volante rescindió con el Cervecero, pero está próximo a completar su año fuera de Gimnasia con la casaca de Tristán Suárez. Zago Zegarra, a préstamo en Deportivo Madyn, podría recalar en Villa San Carlos. Y la idea es que jugadores con buenos rendimientos como Alan Sosa en Aldosivi completen el año con el rodaje actual para regresar luego al Lobo.

El rubro incorporaciones, en tanto, se cocina a fuego lento. El nombre del uruguayo Rodrigo Pérez Casada (volante, 27 años, de Instituto) surgió a partir del entrenador Marcelo Méndez, quien lo dirigió en Defensor Sporting el año pasado, pero no hay certezas de negociación. El mediocampista y el centrodelantero son las prioridades de la dirigencia entre los pedidos del cuerpo técnico.