Lijo se quedó sin Corte y se abrió una polémica si continúa Mansilla

La oposición le propinó ayer una dura derrota al Gobierno, luego de que la Cámara de Senadores rechazara los pliegos de Ariel Lijo y Manuel García Mansilla, propuestos hace un año por el Ejecutivo para integrar la Corte Suprema. El académico -que ya había jurado como juez del máximo tribunal en comisión y ahora abre un fuerte debate sobre su continuidad- sumó 51 votos en contra y 20 a favor, mientras que el polémico juez federal recibió 43 votos negativos, 27 a favor y una abstención. Es la primera vez, desde la recuperación de la democracia, que la Cámara alta vota en contra de jueces propuestos por el Ejecutivo.

Tras la derrota en el Senado, el Gobierno le adjudicó la responsabilidad por no haber postergado la sesión a la vicepresidenta Victoria Villarruel, quien aclaró que no estuvo al frente de la sesión por encontrarse a cargo de la Presidencia ya que Javier Milei está en Estados Unidos.

Pero tras el revés legislativo, la Oficina del Presidente sacó un duro comunicado en contra de la decisión de la Cámara. “Convertido en una máquina de impedir, el Senado no actúa en favor del pueblo, sino que tiene como único fin obstruir el futuro de la Nación Argentina”, puntualizó, en línea con la retórica confrontativa del oficialismo hacia el Congreso. La administración libertaria acusó a los legisladores de haber “dilatado la votación durante meses” y de haber antepuesto “la preocupación por sus causas judiciales y las de sus dirigentes” a la normalización del máximo tribunal, afectando de ese modo el funcionamiento institucional del Poder Judicial.

Por medio de un tuit, más tarde, Milei habló de “principio de revelación” y preguntó: “¿Dónde están todos los que decían que yo tenía un pacto de impunidad con la expresidente doblemente condenada?”, en referencia a Cristina. “¿Pedirán perdón todos los políticos y periodistas que afirmaron esa mentira ahora que dos sectores de la oposición pactaron voltear los dos jueces y Ficha Limpia en la misma sesión?”, continuó.

La oposición logró conformar ayer el quórum en el Senado, para tratar los pliegos de Lijo y García Mansilla, con 32 legisladores peronistas, dos radicales, (Martín Lousteau y Pablo Blanco) dos del PRO (Alfredo de Angelis y y Victoria Huala) y el exlibertario Francisco Paoltroni. Con 37 senadores sentados en sus bancas se pudo habilitar la sesión especial impulsada por el interbloque de Unión por la Patria (UxP), que fue abierta por la vicepresidenta primera Silvia Sapag.

Tras la conformación del número reglamentario se sumaron a la sesión los senadores de La Libertad Avanza (LLA), Provincias Unidas y el resto de los legisladores de la UCR y del PRO.

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DENUNCIA CONTRA LORENZETTI

El pliego de García Mansilla, que ya asumió en la Corte Suprema hasta el 30 de noviembre, recibió el respaldo de la senadora del PRO Carmen Alvarez Rivero que, sin embargo, rechazó el nombramiento de Ariel Lijo. En cambio la senadora jujeña Carolina Moises (PJ) anunció su votó a favor del pliego del juez federal y en contra del académico.

La mayoría de los expositores fueron muy críticos con Lijo. El formoseño Paoltroni lo definió como “el verdugo que salvó a (Gildo) Insfrán”, el gobernador de la provincia que el legislador representa. Y el cordobés Luis Juez (PRO) también cuestionó duramente a Lijo, a quien definió como “el Tusam de la Justicia porque te va a dormir una causa según el poder político si le conviene o no”.

Mientras, la mendocina Anabel Fernández Sagasti (Unión por la Patria-Mendoza), y una de las legisladoras más cercanas a Cristina Kirchner, salió con los botines de punta contra Ricardo Lorenzetti. Tras anticipar su voto contrario a Lijo y García Mansilla denunció que el cortesano amenazó “que si votábamos en contra de Lijo iban a meter presa a Cristina”.

Hasta el jefe del bloque radical, Eduardo Vischi (Corrientes), dispuesto siempre a colaborar con el oficialismo, rechazó las acusaciones del Gobierno sobre la inacción de la Cámara alta.

Por lo pronto, el futuro asoma complejo tanto para el Gobierno como para Lijo y García Mansilla tras el rechazo del Senado, además de que se abrirá una discusión institucional sobre si este último puede continuar en el cargo. Anoche el juez federal de La Plata, Alejo Ramos Padilla, que tramita una causa para impugnar su designación, dispuso que el académico se abstenga de intervenir en expedientes judiciales o administrativos del máximo tribunal durante tres meses.

Su postura, y la de Gobierno, es que solo puede ser removido por juicio político. De todos modos, García Mansilla dijo que consultará con sus pares de la Corte sobre su continuidad.