Arte callejero en la peatonal que une a dos balnearios de la Costa

Especial para EL DIA
RICARDO CASTELLANI
FOTOS: ROBERTO ACOSTA

Hasta la calle Belgrano, la peatonal se llama Chiozza y es la arteria más céntrica de San Bernardo. Pero desde la Belgrano en adelante, la misma peatonal pasa a llamarse Jorge Newbery para ser la arteria más céntrica de Mar de Ajó. Pocos reparan en el detalle y pasan de una ciudad a la otra sin darse cuenta, acompañados por cientos de caminantes entre bailarines, estatuas vivientes, patinadores, pintores, dibujantes, músicos y todo tipo de artista que se precie de tal y apunte a ganarse unos pesos “a la gorra”.

Allí está, por ejemplo, el mago Juan, quien ofrece sus trucos de juegos a todo aquel que quiera perderse unos minutos ante su arte de engaños. Claro que después de los aplausos, ofrece también juegos cerrados a 40 pesos la unidad, o a 190 pesos un pack que incluye seis trucos de magia. “Al que me compra el de seis trucos le regalo uno adicional”, cuenta orgulloso de su acto de generosidad.

A unos metros, el que atrae las miradas es Patricio, quien intenta desplegar su rutina de música y patín artístico a todo volúmen y velocidad. Y mientras muchos se detienen a admirarlo, otros tantos hacen escuchar sus protestas, ya que su patinaje ocupa más de tres cuartos de cuadra y no hay lugar para pasar.

También están los pintores de aerosol, a quienes acompañan una docena de obras de su autoría que sortean entre los presentes a razón de 100 pesos los veinte números; ocho a $50 o tres a 30 pesos.

Del mismo modo se despliegan por la Chiozza de San Bernardo y se repiten luego con otros rostros en la Newbery de Mar de Ajó, mimos, malabaristas, caricaturistas, ajedrecistas al paso y cantantes, todo desde las ocho de la noche hasta las dos de la mañana sin interrupción, mientras por las calles transversales circula una y otra vez el “trencito de la alegría”, acompañado por un infatigable “Hombre Araña” que corre a la par para arrancarle sonrisas y sorpresas a los más chicos.

También para ellos, y para gasto de sus padres, cuadra por medio se muestran los atractivos letreros de las casas de jueguitos infantiles, con ofertas de tarjetas de 200 pesos por 35 fichas que en las máquinas duran poco más que un suspiro.

LOS FEBRERISTAS

Mientras tanto, el segundo mes de la temporada transcurre su primera quincena con buenos vientos, aires de despedida y precios más acomodados. Porque en febrero, todo es más barato.

En lo que hace a la playa, por ejemplo, la misma carpa que en enero costaba 11.300 pesos el mes, ahora vale $ 8.900. Y si fuera por quincena, lo que en la segunda de enero se cobraba a razón de 6.700 pesos, ahora se la puede pagar $4.500. Ni hablar de la segunda quincena de este mes, donde la misma carpa para 4 personas en el balneario más céntrico de todo San Bernardo se puede reservar por 4.000 pesos, y si se regatea un poco, tal vez por bastante menos. Lo mismo sucede con las comidas, los alquileres de departamentos y los cámpings. El mar, la arena y el sol, son los mismos, pero en febrero, mucho más baratos.