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La Ciudad |UN VALIOSO LEGADO DE LOS PRIMEROS HABITANTES DE NUESTRA CIUDAD

Hospitales “sin dueño”: el Español y el Italiano, un modelo de atención médica

De los pocos sobrevivientes del sistema mutualista en nuestro país, ambos son un ejemplo de un viejo modelo sanitario puesto al día con efectividad

16 de Agosto de 2013 | 00:00

POR NICOLAS MALDONADO

Nacieron del impulso de los primeros platenses: españoles e italianos que venían en su mayoría a hacer casi el único trabajo disponible por entonces en una ciudad que era más campo que ciudad: cavar zanjas, fabricar ladrillos, levantar edificios... Eran en general hombres rústicos, pero tuvieron sin embargo una clara visión de futuro común: formar una sociedad mutual que socorriera a sus familias en la muerte y la enfermedad. Así nacieron la Societá Ospedale Italiano y la Sociedad Española de Socorros Mutuos, las semillas de los que iba a convertirse en el Hospital Italiano y el Hospital Español.

A más de un siglo y cuarto de su fundación, en tiempos en que la administración de servicios sanitarios se ha vuelto un rubro de enorme complejidad, ambos hospitales son un raro ejemplo de un antiguo modelo “aggiornado” con eficacia: el de empresas mutualistas abiertas a la comunidad, capaces de ofrecer además servicios de alta complejidad y absorber gran parte de la demanda que recae sobre el sistema público de salud.

Basta un solo dato para dimensionar el éxito de esa transformación: el Italiano y el Español de La Plata son los dos únicos sobrevivientes en la Provincia de un modelo de organización hospitalaria que a fines del XIX se multiplicó por todo el país. El resto de los hospitales mutualistas de su escala fueron intervenidos, gerenciados y hasta liquidados por no haber podido adaptarse a los vaivenes y cambios del sistema de salud.

“Eran personas sencillas pero entendieron muy bien que su futuro estaba en ‘el todos para uno y uno para todos’. Y así fue que todos aceptaron pagar una pequeña cuota social para ser atendidos de distintas maneras. Como no había por entonces en La Plata lugares donde ir cuando se enfermaban, lo primero que pensaron fue tener un hospital y, por las dudas, también un panteón. Siempre nos hemos sentido muy orgullosos de ser los continuadores de su obra”, cuenta Emiliano Isla Verde, el presidente del Hospital Español.

Con su estructura mutualista, ambos hospitales llegaron a reunir a mediados de los cincuenta más de 40 mil miembros societarios que aportaban todos los meses un porcentaje de sus ingresos para tener el derecho de consultar a un médico, operarse, ser internados y traer al mundo a sus hijos allí. Pero entonces se creó IOMA y aquella etapa de feliz autosustento llegó a su fin.

El nacimiento de la obra social de la administración bonaerense, en febrero de 1957, hizo que buena parte de los afiliados del Italiano y el Español se encontraran de pronto aportando a un sistema asistencial por partida doble. Y como la única forma de salir de IOMA era renunciar a sus empleos en el sector público, el resultado era de prever: al cabo de unos pocos años los hospitales mutuales vieron reducida a una décima parte su cantidad de socios y así no podían funcionar.

PARA LA COMUNIDAD

“Al aparecer el IOMA, a todos los hospitales mutualistas nos pasó lo mismo. Si bien quedaron algunos socios, tuvimos que abrir la atención a todo el mundo para poder obtener recursos del resto de la comunidad. Sólo con la cuota societaria no hubiéramos podido sobrevivir”, explica José Luis Sánchez Garciandía, el tesorero del Español.

Además del impacto de IOMA, el Italiano tuvo que enfrentar por su parte una crisis aun mayor. A partir de los años sesenta “empezamos a perder el sentido fundacional porque prevaleció un esquema de funcionamiento más relacionado con la oferta de servicios de una clínica privada que con el sentido de un hospital. Aquel proyecto llevó a que algunos profesionales se enriquecieran en detrimento de la institución. Por suerte en 2006 se logró un cambio de rumbo que nos ha permitido recuperar el hospital no sólo para los socios mutualistas sino para toda la comunidad”, explica Enrique Alvarez, su gerente general.

Más allá de que cerca del 70% de los pacientes que atiende hoy son afiliados de IOMA, el compromiso del Hospital Italiano con la comunidad quedó a la vista tras la gran inundación del 3 de abril. Durante los días siguientes, actuó con el efector de servicios a la comunidad que es: suspendió la atención programada y se dedicó a atender no sólo a la gente que llegaba en busca de asistencia médica y refugio, sino también a pacientes de otros hospitales golpeados por el temporal.

Y es que “no somos hospitales privados como mucha gente cree, somos empresas solidarias que prestamos servicios de salud a nuestros afiliados y a la comunidad. Por eso todo lo que se gana se reinvierte y vuelve a la gente en forma de prestaciones de calidad”, explica Juan Carlos Ozón, el secretario del Español

Pero “el hecho de que no tengamos dueños y de que nuestra rentabilidad se reinvierta no significa que nos podamos descuidar. Esto se maneja como si fuera una empresa y nuestro límite es la autofinanciación, porque en la medida en que podamos autofinanciarnos vamos a poder seguir ofreciendo servicios cada vez de mayor calidad”, comenta el gerente del Hospital Italiano.

Tanto allí como en el Español, los integrantes del Consejo Directivo no sólo no perciben ganancias, sino tampoco un sueldo; y son incluso responsables solidarios frente a una mala administración del hospital. “Acá todos trabajamos ad honorem y cada uno de nosotros es solidario al cien por cien -dice Emiliano Isla Verde-. El que quiera sacar provecho no tiene lugar. Porque este hospital no pertenece a ninguno de nosotros, sino a todos juntos, a la comunidad”.

Lo mismo cuenta Alvarez desde la gerencia del Italiano: “nuestro Consejo Directivo funciona ad honorem en forma total: sus integrantes no reciben siquiera viáticos ni gastos de representación. Muchos de ellos son personas encumbradas de la comunidad que dedican cuatro tardes por semana a trabajar sólo para el hospital”.

Empresarios, comerciantes, profesionales, jubilados, ex directivos de instituciones públicas... cuando se les pregunta por qué lo hacen, tanto los de uno como de otro hospital responden con las mismas palabras: “por solidaridad”.

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