Estimado lector, muchas gracias por su interés en nuestras notas. Hemos incorporado el registro con el objetivo de mejorar la información que le brindamos de acuerdo a sus intereses. Para más información haga clic aquí

Enviar Sugerencia
Conectarse a través de Whatsapp
Temas del día:
Buscar

La internet oculta que no conocemos

Se estima que la Web a la que accedemos cotidianamente es apenas el 20% de lo que sucede en el mundo virtual. El resto es parte de una realidad escondida a la que los motores de búsqueda comunes no acceden pero donde se encuentran desde comercios de armas o drogas hasta sitios de pedofilia y asesinos a sueldo

8 de Junio de 2014 | 00:00

Un mundo desconocidoImaginen que lo que vivimos es apenas el 20% de lo que sucede en la realidad. Esa es la forma más común para entender de qué hablamos cuando hablamos de la Deep Web o “internet profunda”, un universo virtual al que los motores de búsqueda que utilizamos habitualmente no acceden pero que, en silencio y al margen de la ley, crece día tras día como un escenario dantesco. Venta de drogas, sitios con contenidos perversos, grupos terroristas, tráfico de órganos, pedofilia, armas y hasta páginas donde se ofrecen sicarios o se enseña a construir una bomba casera son algunos de los “trending topics” de este mundo escondido al que, claro está, no se llega por medio de Google o Yahoo.

Se dice que navegar por internet es como tirar una red de pesca sobre la superficie del océano: se puede atrapar mucho pescado, pero no se alcanza la riqueza de especies que viven en las profundidades

Otra figura recurrente para entender la magnitud de esta realidad oculta es la del iceberg. Publicar algo en Facebook, abrir un mail o escribir en Twitter es la punta de ese iceberg. Lo que está sumergido es la Deep Web, un terreno virtual al que sólo unos pocos -o muchos, según como se lo mire- logran acceder. Según un informe publicado en 2001 por una consultora privada, esta “darknet” tenía alojados 7.500 terabytes de datos en unos 550 mil millones de documentos, contra los 167 terabytes que en ese entonces tenía la internet superficial. Actualmente, la Universidad de California calcula que en las profundidades de la Web hay algo más de 91 mil terabytes.

“Si pensamos que existe otra capa de información que alberga contenidos secretos, millones de archivos o páginas web confeccionadas con contenidos ilegales -dice Raúl Martínez Fazzalari, abogado especializado en delitos informáticos-, seguramente la sorpresa va a ser grande, pero es así. Este espacio está conformado por el conjunto de archivos, documentos, datos, videos o páginas web que quedan fuera de la posibilidad de indexación que los buscadores realizan. El alojamiento de información clasificada como secreta por algunos países, como ocurrió con los cables del caso Julian Asange, es un ejemplo de esta red oculta”.

Según el especialista, una de las cosas que diferencia la Deep Web de la internet tradicional es que se trata precisamente de páginas a las que no se puede acceder mediante los buscadores habituales. Para encontrar la puerta de entrada, se explica, primero hay que hacerse invisible. Y para conseguirlo hay que instalar Tor (un buscador que nos asegura mantener el anonimato, ver aparte) y cambiar los euros, dólares o yenes por Bitcoins, la única divisa irrastreable e inconfiscable del mundo.

Muchas veces se ha dicho que navegar por internet -por algo se dice “navegar” y no “bucear”- es como tirar una red de pesca sobre la superficie del océano: se puede atrapar mucho pescado, pero no se alcanza la riqueza de especies que viven en las profundidades. Alrededor del 80% de la información queda depositada en lo que imaginariamente sería el fondo del mar. “Al explorar internet se navega en la superficie y para acceder al fondo es necesario bucear en la internet profunda”, grafica Ezequiel Villanueva, especialista en delitos informáticos y quien, como muchos, sostiene que ese mundo sumergido del que muchos conocen su existencia pero al que pocos han logrado bajar “es 500 veces mayor en volumen de contenidos que la información que se puede encontrar en la red tradicional”.

En esta web escondida hay además muchos documentos científicos, bibliotecas enteras, desclasificación de documentos (como los de la Casa Blanca) y un sinfín de información interesante. De hecho, como se dijo, lo que ahora es Wikileaks fue primero -y durante mucho tiempo- un sitio ubicado en la deep web.

“En vista de que no es posible acceder de forma directa y se necesitan programas específicos para hacerlo -dice Fazzalari-, el desarrollo de actividades y contenidos delictivos hace posible que sea también el ámbito ideal para la comisión o comunicación de acciones ilegales, como material con pornografía infantil o venta de elementos prohibidos”.

Pese al aire apocalíptico que cultivan fans y detractores, la mercancía que más circula en esta zona escondida es el cannabis, lo que probablemente indica que en sus recovecos digitales hay más fanáticos de la Deep Web que adictos (¿hace falta bajar al submundo digital para comprar marihuana?). Pero no es lo único: también se consiguen drogas de prescripción médica y las llamadas drogas de diseño, como el Éxstasis o el MDMA. El producto no es mucho más barato que lo que ofrece el mercado tradicional pero tiene otras ventajas. Además de eliminar los índices de peligrosidad, las casas ofrecen todas las virtudes de las tiendas de compraventa de segunda mano online, empezando por su sistema de revisión.

En uno de los portales que funcionan en las profundidades del ciberespacio (el Black Market, donde se ofrecen todo tipo de drogas), de hecho, si se pone la palabra “Argentina” en el buscador aparecen dos negocios ilegales que, desde nuestro país, operan en este territorio virtual: uno vende hongos alucinógenos y el otro ofrece una plantilla para imprimir licencias de conducir.

“Hay de todo -reconoce Villanueva-, pero la venta de drogas o armas y asesinos que se ofrecen para ser contratados son algunos de los temas estrella de esta región a la que no llegan los buscadores tradicionales. Por desgracia, la Deep Web se ha convertido también en un nicho de distribución de pornografía infantil, una zona cada vez más frecuentada por pedófilos de todo el mundo”.

Sobre esto, el experto detalla que la parte oscura de internet esconde foros y comunidades donde los pedófilos sociabilizan y llegan a sentirse cómodos y aceptados, “sobre todo por el anonimato de estas webs, donde se pueden leer cosas horrorosas y encontrar hasta guías detalladas de cómo obtener un menor en tal o cual lugar como si se buscara una guía de cómo instalar un software en la PC”. Una de las cosas que diferencia la Deep Web de la internet tradicional es que se trata de páginas a las que no se puede acceder mediante los buscadores comunes

Bajar a estas profundidades digitales es entrar a un mundo laberíntico donde, como si se tratase de una trama oscura de ciencia ficción, uno puede contratar sicarios, encargar documentación falsa, hacerse o deshacerse de coches robados, comprar armas, acceder a pornografía ilegal, conseguir animales protegidos y, como se dijo, hasta dar con manuales para fabricar una bomba en casa. La tienda más popular de este continente sumergido se llama Silk Road, un negocio virtual especializado en drogas y cuyo fundador fue arrestado a fines del año pasado en Estados Unidos. Ese gran zar del mercado negro de la droga online era un administrador de sistemas que se hacía llamar El Temible Pirata Roberts. En realidad, el cerebro detrás de ese negocio oscuro era Ross William Ulbricht, un buen vecino de 29 años al que su familia y su novia consideraban incapaz de hacer algo así. El FBI les demostró lo contrario.

Así las cosas, ya lejos del mote de “leyenda urbana” que durante algún tiempo la sobrevoló, la internet escondida existe, al decir de los entendidos, desde que se creo la internet tradicional. Siempre hubo sitios que no eran aptos para todos y que estaban fuera del alcance de los buscadores tradicionales. Es más: son los propios entendidos en la materia quienes aclaran que no todo es perverso y siniestro en esta zona oculta de la Web. El ejemplo más frecuente que se utiliza para graficar esto refiere al caso de que haya un periodista en algún país donde corra riesgo su vida si publica determinada información. En ese caso podrá hacerlo a través de la Deep Web. Lo mismo sucede muchas veces con las fuerzas públicas, que recurren al anonimato de estas redes para poder investigar.

A la hora de entender los alcances legales que imperan sobre estas profundidades, Fazzalari explica que las normas son las mismas que existen en la internet tradicional. “No es que haya una norma a nivel internacional que regule los delitos -detalla-. Todo depende de las denuncias que haya en cada país y de las órdenes de los jueces locales. En nuestro país, desde el año 2008 el código penal incorporó la llamada ley de Delitos Informáticos (la 26.388)”, que estableció penas para hackers, estafadores digitales y pornógrafos.

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE

+ Comentarios

Para comentar suscribite haciendo click aquí

ESTA NOTA ES EXCLUSIVA PARA SUSCRIPTORES

HA ALCANZADO EL LIMITE DE NOTAS GRATUITAS

Para disfrutar este artículo, análisis y más,
por favor, suscríbase a uno de nuestros planes digitales

¿Ya tiene suscripción? Ingresar

Básico Promocional

$120/mes

*LOS PRIMEROS 3 MESES, LUEGO $2250

Acceso ilimitado a www.eldia.com

Suscribirme

Full Promocional

$160/mes

*LOS PRIMEROS 3 MESES, LUEGO $3450

Acceso ilimitado a www.eldia.com

Acceso a la versión PDF

Beneficios Club El Día

Suscribirme
Ir al Inicio
cargando...
Básico Promocional
Acceso ilimitado a www.eldia.com
$120.-

POR MES*

*Costo por 3 meses. Luego $2250.-/mes
Mustang Cloud - CMS para portales de noticias

Para ver nuestro sitio correctamente gire la pantalla