
Falta una hora para el cierre de los comicios en La Plata y la Provincia
Falta una hora para el cierre de los comicios en La Plata y la Provincia
La Plata: Ángela, la mujer de 100 años fue a votar y se llevó el aplauso de toda la mesa
En La Plata, ¿votan los muertos? Hijos que encontraron a sus padres, que fallecieron hace años
Clásicos de juveniles: el Pincha le ganó la pulseada al Lobo
Colapinto, US Open, Eliminatorias Europeas y más: toda la agenda deportiva de este domingo
Empleos en La Plata: si estás buscando, mirá acá estos ofrecimientos de trabajo
Elecciones, dólar intervenido y freno en la economía: ¿qué se viene ahora?
Mercado bajo presión: sólo importa el resultado de las elecciones
“Delito sin receta”: se llevaron 4.700 pastillas de clonazepam
Allanamiento de urgencia en Melchor Romero: desarticulan un búnker de drogas y detienen a un joven
Super Cartonazo: los números de hoy domingo, que ahora regala un auto 0 km y más premios
Un voraz incendio de madrugada en La Plata destruyó un galpón con un auto adentro
Cuenta DNI de Banco Provincia: los descuentos de este domingo 7 de septiembre del 2025
A votar abrigados que sigue el frío en La Plata, aunque se espera un sol de primavera
Morosos por necesidad: la plata no alcanza y aparece la deuda sin fin
Amigos en el trabajo y el dilema de separar “lo personal de lo laboral”
La clase media, en crisis: entre el sacudón económico, las aspiraciones y el consumo
Forzaron el portón trasero y vaciaron las oficinas de una concesionaria
Estimado lector, muchas gracias por su interés en nuestras notas. Hemos incorporado el registro con el objetivo de mejorar la información que le brindamos de acuerdo a sus intereses. Para más información haga clic aquí
Irrumpieron como una rareza, escondidos en galerías o disimulados entre otros locales. Antes, entrar o pararse en la vidriera ya provocaba pudor y vergüenza, hoy el boom de los sex shops desterró prejuicios y marginalidades. Del delivery para clientes tímidos, a las charlas del tupper sex. Cómo funciona la industria de los juguetes sexuales en La Plata
Por VERONICA LISO
Hace más de una década que hay sex shops en La Plata. Nadie los ve a simple vista porque, como pasó en la mayoría de las ciudades donde aterrizaron, se instalaron en una galería, o en la privacidad de una casa disimulada entre las demás.
De arranque la venta de juguetes sexuales se apoyó en la discreción de internet, donde se ofrecen deliverys disimulados para convencer a clientes pudorosos. Otra estrategia fue el tupper sex, una reunión privada entre conocidos donde las compras se hacen con disimulo. Esta modalidad se implementó en despedidas de solteras y cumpleaños y durante años mucha gente conoció así los sex toys de primera mano.
A nivel mundial, la industria de juguetes sexuales está valuada en 17 mil millones de dólares. Los principales fabricantes son Estados Unidos, China y Alemania. Hoy gracias a gurúes mediáticas del sexo como Alessandra Rampolla, a que el tema de posturas, tantra y orgasmos se discute hasta en los noticieros, cada vez más gente se anima a entrar a un sex shop. La tentación es grande. La industria promete calentar parejas aburridas, experimentar orgasmos como erupciones volcánicas, cumplir fantasías, y hasta corregir lo que la naturaleza no dio. Sólo es cuestión de animarse.
En pleno centro platense flanqueado por el edificio más feo de la ciudad y la Cámara de Senadores, está la galería San Martín: cincuenta locales comerciales numerados. En la superficie ofrece cine, panchos, ropa, accesorios y una escalera que lleva al subsuelo. Abajo el paisaje es otro, la luz natural se extingue, la vista se acostumbra a las luces de neón de los locales de tatuajes; el rumor continuo de autos y conversaciones superpuestas se convierte en zumbidos largos, como el de una abeja encerrada dentro de la oreja. La oferta cambia: una docena de locales de tatuajes, un local de lencería, un instituto de parapsicología y por fin, los dos sex shops de la galería.
En el local 32 está Noelia, dueña de la franquicia del sex shop Oh Yes desde hace seis años, donde pasan unos treinta clientes al día. Estudia odontología y tiene otro negocio de computación. Noelia se preocupa mucho por la estética. Todo en su local está pensando para que la gente se sienta cómoda. Una estrategia para llegar al público al que apunta; mujeres comunes, dice, que estudian en la facultad, que trabajan y buscan explorar eso del sexo que se están perdiendo. “La tendencia de los sex shops modernos es justamente poner más luz y que se parezcan más una boutique, o una farmacia. Vos vas a comprar algo íntimo y querés que esté iluminado, que esté limpio, que tenga cosas agradables. Eso de que sea todo oscuro y cueva, para mí es concepto viejo”, dice.
A Noelia le da vergüenza explicar algo delante de mucha gente, pero mano a mano habla de lubricación, vibradores, y penetración como si hablara de memoria ram, discos duros o placas de video. Es directa, pausada y dice las cosas con cierta dulzura. Cree que la esencia de los sex shops es la de ayudar física y espiritualmente a las personas.
La mayoría de sus clientes son mujeres. Las hay coleccionistas, que se compran todo lo nuevo que sale; y las hay primerizas que llegan sin tener la menor idea de por dónde empezar. En esos casos, Noelia se da vuelta y señala en el tablero que tiene atrás algo chico y simple, como “La Bala” un vibrador con una forma parecida a las cápsula de los huevitos Kinder, que cuesta 250 pesos o el “Slimline” un vibrador rosa metalizado que parece un puntero láser, de 350 pesos.
La edades también son variadas. Las más jóvenes saben lo que quieren porque antes de ir al sex shop lo googlean o porque llegan con la recomendación de una amiga. Pero se las nota con más vergüenza. “Al principio la gente, incluso acá, estando en un subsuelo daba vueltas y vueltas hasta que veían que no los veía nadie y entraban. Ahora no, ya entran como si nada”, cuenta Noelia. “Influye que se hable más del tema la televisión, los medios gráficos, por internet y la gente lo naturaliza más hoy en día”, dice.
Un día el guardia de seguridad de la galería llegó con una viejita a upa hasta la puerta de OH Yes. La señora no podía bajar al subsuelo porque tenía problemas de cadera. “El chico de seguridad también me baja a los chicos no videntes, los trae de la mano, los espera y se los lleva de nuevo”, explica Noelia y se acuerda, “el otro día bajó a avisarme que había un chico con silla de ruedas, acá no hay rampas, así que cerré con llave, subí y le pregunté que necesitaba.”
Algunos médicos mandan al sex shop a sus pacientes, e incluso a veces ellos pasan a decirle los productos que tiene que venderles. Micropene, incontinencia urinaria, prolapso, tratamientos para la operación de reasignación de sexo, son algunas de los casos que ha atendido en estos años.
Los precios son accesibles, sin vibrador, arrancan en los doscientos pesos y con vibrador desde trescientos. Por ese precio es posible comprar lencería, o esposas acolchadas. La industria nacional siempre es más barata, los juguetes importados suelen rondar los mil pesos.
En general los clientes que buscan un juguete erótico no tienen muy en claro lo que quieren, ni están al tanto de las novedades de la industria. De ahí que el asesoramiento de los que están detrás del mostrador sea vital. Cuando alguien compra un sex toy por primera vez tiene que aprender cómo funciona, de qué material está hecho, cómo limpiarlo y mantenerlo. No hay preguntas tontas en este rubro, así que conviene hacerlas con sinceridad y sin vergüenza.
Hoy, aún cuando hay menos tabú, el sexo sigue siendo algo de lo que cuesta hablar. El auge de los sex shops y la aparición del fenómeno en los medios de comunicación fue naturalizando de a poco estos consumos, sin embargo todavía da vergüenza reconocerlo.
“Cuesta porque, por un lado, se juegan cuestiones de la subjetividad, de la satisfacción de cada uno”, explica el Licenciado en Sexología, Martín Constazo, “por otro lado, se genera la ilusión de que existe un objeto que puede satisfacer las necesidades de cada uno y está al alcance. Esa lógica de mercado, a veces, choca con la subjetividad de cada uno”, explica el sexólogo.
Es importante entender que los sex toys no son soluciones mágicas. “Un hombre que tiene dificultades para relacionarse con las mujeres y decide comprarse una muñeca inflable encuentra una solución rápida, pero detrás de eso tal vez haya un montón de otros interrogantes que se solapan”, dice a modo de ejemplo. “Esto es propio de la posmodernidad, la rapidez de conseguir la satisfacción sin preguntarse qué pasa, por qué me cuesta hablar con una mina, invitarla a tomar un café”, concluye el sexólogo.
Belén tiene 27 años es feminista y nunca le costó hablar de sexo. Entró por primera vez a un sex shop a los 20, compró un gel y se fue. Se acuerda que le daba vergüenza no saber cómo preguntar, pero el chico que la atendió la orientó y le sacó las dudas. Le gustó eso, sentir que no necesitaba conocer mucho para empezar. A partir de ese día se volvió habitué. Al principio, iba sola, compraba lubricantes y lencería. Después se puso de novia y empezó a ir con su pareja. A las cosas de siempre le agregaron vibradores.
Belén cree que la industria erótica le da a la mujer independencia y protagonismo. “Siempre la sexualidad tradicional se construyó con el varón en el centro, y estas cosas nos ponen a nosotras en el lugar de protagonistas”, dice y cuenta que con su novio compran juntos, pero pensando principalmente en ella. “Matías se involucra, aprende a usarlos él, porque capaz que yo sola no los uso”, cuenta.
Sus amigas no son tan desinhibidas a la hora de hablar e incluso de practicar el sexo. Les cuesta y tienen posturas más conservadoras a pesar de ser veinteañeras. Para Belén esto pasa porque la construcción de la sexualidad es patriarcal, “por eso a las mujeres nos cuesta detectar qué nos gusta y exigirlo”, dice. Para ella la educación sexual es una de la grandes responsables, a la vez que asegura: “los pocos que recibimos educación sexual la recibimos en términos de todo lo malo que te puede pasar: embarazos no deseados, enfermedades. Nunca nos explicaron qué es un orgasmo femenino, por ejemplo”.
Beate Ushe. Así se llama la creadora del primer sex shop de la historia de la humanidad. Nació en 1919 en Alemania, a los 20 se casó con un piloto de aviones que murió poco tiempo después. Beate también era piloto, trabajaba en una fábrica de aviones y durante la Segunda Guerra Mundial era la encargada de trasladarlos desde la fábrica a donde fuera que los necesitaran.
Cuando la guerra estaba a punto de terminar, robó un avión militar en Berlín y huyó con su hijo de dos años a Alemania oriental. Por eso, como castigo, le prohibieron volar. Consiguió trabajo en una granja con mujeres refugiadas. El principal temor entre sus compañeras eran los embarazos no deseados. Así fue como Beate decidió publicar un folleto sobre el uso del método Ogino-Knau, nada más ni nada menos que el tradicional truco de contar los días del ciclo menstrual y elegir cuando es más seguro tener relaciones sexuales. Fue un éxito.
Empezó a vender productos eróticos por correspondencia y al poco tiempo abrió un sex shop. Ese fue el primer paso para crear lo que hoy es la empresa líder en productos eróticos de Europa. “Beate Uhse – Casa especializada para higiene matrimonial”, con ese nombre nació y ofrecía toda clase de artículos para potenciar la vida en pareja. Veinte años después el slogan fue, “más placer en el amor”.
Muchos la persiguieron, la criticaron, la denunciaron, por incitar “comportamientos inmorales”, pero en 1999 su emprendimiento ya contaba con sucursales en las principales ciudades de Europa. Hoy, tiene seiscientos cincuenta empleados, distribuye a más quinientas empresas y factura cincuenta millones de euros.
¿Y cuál es la novedad en el mercado de los sex toys? Para empezar, los vibradores que se cargan mediante puerto usb, la serie Rabbitt (con forma de conejo de orejas milagrosas), las Butterfly que con sus múltiples velocidades que estimulan el clítoris y los vibradores con control a distancia. Y después están los juguetes con formas humanas, penes y vaginas de plástico de todos los tamaños y en todos los tonos de piel que existen.
La tendencia en la industria de los sex toys es romper con la forma fálica. Si bien todavía hay fábricas que se ocupan de hacer penes plásticos cada vez más reales, pellizcables (con silicona que simula la piel) o en base a modelos que prestan su miembro de molde, como la estrella del cine porno Nacho Vidal, cada vez son menos. Hoy el acento está puesto en el desarrollo tecnológico y anatómico: que vibre más, que llegue a donde tiene que llegar.
“Ninguna chica se lleva algo con forma humana. La mujer tiende a verlo como un pene mutilado y le da impresión. Llevan cosas de colores, con brillos, con forma de mariposita”, explica Noelia. “El varón siempre busca algo con forma de pene, porque piensa que es lo que nosotras queremos”, dice. “Está el que lleva el más chiquitito, porque no quiere quedar mal; o el que se lleva uno gigante, porque cree que a la mujer le va a gustar”, cuenta. El hombre evita comparaciones.
A Noelia una de las cosas más raras que le pidieron fue un dispositivo de castidad para hombres. Consiste en una especie de funda con forma de pene de plástico resistente que evita que el hombre pueda tener erecciones. El dispositivo viene con un candado que permite que otra persona tome el control. “Los juguetes de fetiche son los más raros”, dice Noelia. “Cuando veo algo y pienso: esto es muy raro, lo traigo y lo vendo”, revela.
Algunos llegan a buscar cosas que ven en películas. “Mucha gente tiene la fantasía esa de la muñeca, las Real Dolls (hechas de silicona, de tamaño real y con un precio que ronda los 5 mil dólares), pero acá en el país no la tiene nadie.”
Susana, no aparenta los 60 años que tiene. Hace tres que empezó a hacer reuniones de tupper sex. Necesitaba el dinero. “Ya había probado con un montón de cosas, cacerolas Essen, Mary Kay, ropa y nada, el boom era este”, cuenta.
Como su hermano tiene una imprenta, ella mandó a hacer tarjetas personalizadas: arriba en azul y rosa dice “Tupper Sex” acompañado de la ilustración de unas esposas, abajo se presenta como “Susana, asesora” y deja su celular.
La primera vez que escuchó hablar de “tupper sex”, fue hace ocho años cuando la invitaron a una despedida de soltera. “Yo no sabía que podías ir a un negocio y comprarte lo que se te antoje. Nunca imaginé todo esto que estoy descubriendo ahora de grande. Lamento no haber vivido yo mis mejores años en esta época donde todo es tan natural”, dice Susana.
Hace veinte reuniones por mes, los fines de semana casi siempre los tiene ocupados, así que pide que le reserven con anticipación. Para hacer una cita con Susana se necesitan no menos de seis personas y una compra mínima. Ella va a domicilio con su valija, saca todos los productos, explica para qué sirve cada cosa y cómo se usa, antes de ir estudia todo, y los va dejando arriba de la mesa. Una despedida se cobra alrededor de 150 pesos por persona y agrega un repertorio de juegos a la exposición.
Para Susana La Plata es bastante revolucionaria: “no sé cómo me iría, tal vez en alguna provincia me sacan volando. Nosotros los platenses somos muy abiertos.” Ella sabe que uno de sus talentos es caerle bien a la gente, eso le sirvió siempre en el rubro de las ventas, pero además se suma que no le cuesta hablar de nada. “No soy pudorosa. Mientras que sea con respeto se pueden tocar todos los temas. No hay que entrar en la vulgaridad, no es necesario. Con altura”, dice, “podés dar una excelente clase”. Los alumnos, agradecidos.
ESTA NOTA ES EXCLUSIVA PARA SUSCRIPTORES
HA ALCANZADO EL LIMITE DE NOTAS GRATUITAS
Para disfrutar este artículo, análisis y más,
por favor, suscríbase a uno de nuestros planes digitales
¿Ya tiene suscripción? Ingresar
Full Promocional mensual
$670/mes
*LOS PRIMEROS 3 MESES, LUEGO $6280
Acceso ilimitado a www.eldia.com
Acceso a la versión PDF
Beneficios Club El Día
Básico Promocional mensual
$515/mes
*LOS PRIMEROS 3 MESES, LUEGO $4065
Acceso ilimitado a www.eldia.com
Diario El Día de La Plata, fundado el 2 de Marzo de 1884.
© 2025 El Día SA - Todos los derechos reservados.
Registro DNDA Nº RL-2024-69526764-APN-DNDA#MJ Propietario El Día SAICYF. Edición Nro. 6986 Director: Raúl Kraiselburd. Diag. 80 Nro. 815 - La Plata - Pcia. de Bs. As.
Bienvenido
Estimado lector, muchas gracias por su interés en nuestras notas. Hemos incorporado el registro con el objetivo de mejorar la información que le brindamos de acuerdo a sus intereses. Para más información haga clic aquí
Ante cualquier inconveniente durante el inicio de sesión, por favor escribanos a sistemas@eldia.com
Bienvenido
Estimado lector, con sólo registrarse tendrá acceso a 80 artículos por mes en forma gratuita. Para más información haga clic aquí
DATOS PERSONALES
Ante cualquier inconveniente durante el inicio de sesión, por favor escribanos a sistemas@eldia.com
¿Querés recibir notificaciones de alertas?
Para comentar suscribite haciendo click aquí