Por el crimen de un fotógrafo en barrio Norte citan a 100 testigos

El Tribunal Oral en lo Criminal II de La Plata realizará, a partir del 26 de este mes, el juicio que ventilará la causa seguida al biólogo platense Hugo Castillo (56), acusado de haber ejecutado al fotógrafo Alfredo Galeano (39), el 10 de junio de 2014, cuando llegaba a su casa de 37, entre 3 y 4.

En tal sentido, fuentes judiciales revelaron ayer que el debate, que tendrá lugar en la sala de audiencias de la planta baja del fuero penal de 8 y 57, durará 20 días, ya que están citados a declarar cerca de 100 testigos.

Los jueces Claudio Bernard, Liliana Torrisi y Silvia Hoerr, tendrán a su cargo el debate.

Por el ministerio público actuará el fiscal del crimen de La Plata, que tuvo a su cargo la investigación de este crimen, Marcelo Romero.

El imputado será defendido por los abogados Marcelo Peña y Mariano D’Incal, mientras que la familia de la víctima, en el rol del particular damnificado, estará representada por los abogados Fabián Améndola y Silvia Petroff.

En esta investigación, en mayo de 2015, el juez de Garantías Juan Pablo Masi elevó la causa a juicio, a pedido del fiscal Romero.

Luego esa medida fue confirmada por la cámara y de esa forma quedó abierta la vía del juicio oral y público.

En la investigación penal preparatoria se dio por acreditado que Galeano y la mujer de Castillo, Marcela Kaufmann, supuestamente eran amantes y el ahora imputado, que ya estaba en proceso de separación de su esposa, habría reaccionado por celos.

Esa es la principal hipótesis que manejó el doctor Romero, titular de la UFI Nº 6 de La Plata.

En el dictamen de elevación a juicio oral se concluyó que en la medianoche de aquel día un hombre “mató a Galeano -cuando llegaba a su casa- de dos disparos con un arma de fuego de grueso calibre y por la espalda”.

El fiscal señaló que “ha quedado al descubierto el patrón de conducta del imputado que no sólo investigó, acechó y ultimó a la víctima sino que, a otras personas que consideraba amantes de su esposa, los persiguió y amenazó”.

“La diferencia entre sus destinos estribó únicamente en el `juicio sumarísimo´ que Castillo -animado por su obsesión controladora y necesidad de reivindicación- celebró, absolviendo a unos y ejecutando al malogrado Galeano”, se precisó.

“Castillo tenía -se agregó- armas de fuego, así lo manifestó un compañero de trabajo, que describió minuciosamente sus características y el lugar donde eran resguardadas por el imputado”.

“Corrobora su manejo de armas y capacidad para agredir mediante este medio, la propia manifestación de Castillo al testigo prealudido, en cuanto ha referido registrar una causa penal en su contra por lesiones por arma de fuego”, se destacó en la elevación a juicio oral y público.

“Asimismo -se agregó- ha vociferado que `ando calzado´ en franca alusión al porte de arma de fuego y que sabe como actuar ilícitamente sin quedar comprometido en la Justicia”.

querIa pedir licencia para irse del pais

Además se destacó que “Castillo ha adquirido un revólver Rossi calibre 38, coincidente con el calibre y tipo del arma homicida”

“Resulta de interés -se señala en el dictamen- el cambio de actitud producido en Castillo luego del homicidio, a punto tal que los compañeros de trabajo manifestaron sus comentarios en cuanto a su voluntad de pedir licencia sin goce de sueldo para viajar al exterior del país”.

En octubre de 2015, el acusado lloró ante los jueces, durante una audiencia de pedido de arresto domiciliario.

Acompañado por sus abogados, Castillo ingresó al recinto de audiencias y, muy emocionado, por momentos lloró, y escuchó los planteos de las partes.

La defensa insistió con un pedido de arresto domiciliario, solicitó la nulidad de la declaración de un testigo de identidad reservada y nuevos estudios, con peritos propuestos por la parte, sobre los informes de las antenas de telefonía celular de llamadas, que hizo para esa fecha el imputado.

También requirió que se avance con los informes socio ambientales, psicológicos y médicos, con respecto a Castillo, para que se resuelva cuanto antes el pedido de morigeración de la prisión preventiva.

La fiscalía y los doctores Améndola y Petroff, se opusieron. Los jueces hicieron lugar a la parte acusadora y Castillo llegó a juicio preso.