Cartasegna ya está en su casa y pidió la renuncia para zafar del jury y jubilarse

“Luego de haberme desempeñado por casi 30 años en la justicia local, de los cuales los últimos 10 lo he hecho como agente fiscal a cargo simultáneamente de las fiscalías 4 y 9 y como fiscal referente del departamento judicial La Plata de Delitos Conexos a la Trata de Personas y Pedofilia y Pornografía Infantil en la Red, a presentar mi renuncia al cargo con fines jubilatorios”.

Sin puntos y en un solo párrafo, con este texto presentó su renuncia Fernando Cartasegna, a poco de que arrancó el jury en su contra por presuntas irregularidades y delitos cometidos mientras estuvo al frente de la UFI 4.

El cuestionado fiscal salió días atrás del neuropsiquiátrico donde estaba internado, para continuar con un tratamiento ambulatorio en su casa de Gonnet.

La misma nota fue recibida ayer por la mesa de entradas de la Procuración General de la Suprema Corte de Justicia bonaerense y por la fiscalía General y será elevada al Ejecutivo para que evalúe si procede aceptarla o no, explicó una fuente de ese organismo.

Si la gobernadora María Eugenia Vidal accede al planteo, el jury quedará sin efecto y Cartasegna podrá cobrar su jubilación, siempre que complete los aportes pendientes. Según fuentes judiciales, esos haberes rondarían los 80 mil pesos.

Eso sí, también quedaría despojado de sus fueros, de modo que podría ser indagado en las distintas causas que los fiscales Ana Medina y Alvaro Garganta instruyen en su contra.

Si la gobernadora no acepta la renuncia, Cartasegna continuará suspendido y afrontará públicamente los cargos que pesan por su supuesto mal desempeño.

El proceso de destitución del fiscal arrancó el 24 de agosto pasado a cargo de la Secretaría Permanente de Enjuiciamiento de Magistrados de la provincia de Buenos Aires, quedando habilitado el mecanismo que podría terminar con la destitución de Cartasegna.

Paralelamente, se aceptó iniciar el proceso de apartamiento solicitado por el procurador general, Julio Conte Grand.

A partir de ese momento la Secretaría Permanente disponía de 60 días para hacer el sumario, tras lo cual debería dar traslado a la parte denunciante para que ratifique la acusación y luego al denunciado para que en 30 días hiciera su descargo.

el principio del fin

El nombre de Cartasegna saltó a todos los diarios el 1º de mayo, cuando denunció que varias personas lo habían golpeado a metros de la Fiscalía, que se metieron en el garage de la casa, que atormentaron a sus mascotas y le dejaron panfletos con leyendas que decían: “Conozca el próximo Nisman” y “Muerte a Nisman”.

El funcionario atribuyó el atentado a la inminente llegada a su Fiscalía de una derivación de la llamada “causa de los sobres de la Departamental La Plata”, por la supuesta conexión de los algunos de los imputados con abogados caranchos. Lo concreto es que ese expediente nunca ingresó a su despacho.

Un par de días después -el 3 de mayo- ocurrió el hecho que resultó más grave, ya que Cartasegna apareció atado, desvanecido, con goles y en shock en su despacho de la UFI 4. Contó entonces que lo había atacado un sujeto que lo obligó a escribir con azúcar la palabra “Nisman” en el piso.

Ante semejante denuncia el procurador Conte Grand dispuso que el funcionario quedara bajo licencia extraordinaria e intervino las oficinas. Con la llegada de otros fiscales, comenzaron los verdaderos problemas para Cartasegna.

En la auditoría detectaron que en un armario había carátulas de expedientes en blanco, que supuestamente se usaban para armar causas de manera ilegal o forzar el envío de alguna que estuviera en otra fiscalía. También descubrieron procesos “congelados” desde hacía varios años, faltante de dinero y otras pertenencias (celulares, por ejemplo) secuestrados en procedimientos y hasta una carpeta con una causa perdida desde hacía años y que pertenecía a otra oficina judicial.

Un vocero oficial contó que en la fiscalía se encontró cocaína que había sido secuestrada en un procedimiento, aunque no existía ninguna causa vinculada a esa droga. Además, “desapareció” por algunas horas el expediente por la muerte de Miguel Bru. Y se presentaron imputados en causas que reconocieron haber sido extorsionados por funcionarios de esa UFI.