Estimado lector, muchas gracias por su interés en nuestras notas. Hemos incorporado el registro con el objetivo de mejorar la información que le brindamos de acuerdo a sus intereses. Para más información haga clic aquí

Enviar Sugerencia
Conectarse a través de Whatsapp
Temas del día:
Buscar
Espectáculos |Al escenario del Coliseo Podestá por segunda vez en el año

Confort y música para volar: Lisandro Aristimuño regresa a la Ciudad con su melancolía a cuestas

El artista patagónico presentará mañana su sentido repertorio, un remanso musical para tiempos convulsos

Confort y música para volar: Lisandro Aristimuño regresa a la Ciudad con su melancolía a cuestas

Lisandro Aristimuño vuelve a la ciudad con un show retrospectivo

23 de Noviembre de 2018 | 02:17
Edición impresa

Lisandro Aristimuño regresa a la Ciudad en pleno vuelo: tras un 2017 de grandes satisfacciones, en el que presentó nuevo disco, que tocó con entradas agotadas en el luna, y telonear a Sting, el artista patagónico redobló la apuesta este año, teloneó a David Byrne, volvió a llenar el Luna y salió de gira por España, antes de llegar a La Plata, donde ya se presentó en mayo de este año, agotando el Coliseo Podestá que volverá a llenarse ante su presencia mañana.

Aristimuño dice que está chocho de regresar a La Plata, una ciudad donde encuentra no solo un público fiel sino además joven y energético, características que liga a las facultades; la velada será una excusa, además, para que el músico se reencuentre a “muchos amigos” platenses, entre los que está incluido, lógico, Martín Casado, su baterista, docente y luthier platense creador del “tinchofón”.

El músico viene ofreciendo un show que repasa su vasto repertorio de nueve discos lanzados desde 2001, siempre con esa teatralidad propia de sus presentaciones. Pero para quienes ya lo vieron en mayo, Aristimuño promete que mostrará en esta ocasión un nuevo setlist respecto a aquel show.

Recorrer su pasado para armar el repertorio implica, claro, un regreso al pasado, pero Aristimuño vuelve a encontrarse con su joven yo sin nostalgia, con alegría: a aquel muchacho que dejó su pueblo y su vida para venir a hacer música a la capital federal, dice entre risas que lo ve “muy bien”, con una convicción artística sin concesiones, dispuesto a hacer su camino de forma independiente, algo que, afirma, sostiene aún hoy, tras más de tres lustros haciendo música de forma autogestionada.

Y con gran éxito, a pesar de que, probablemente, pocos productores de las grandes firmas lo hubieran anotado allá por 2001, cuando Aristimuño llegó con su música a cuestas: se trata de un artista inclasificable, versátiles, que fusiona en su obra sonidos electrónicos, instrumentos acústicos, programaciones y arreglos de cuerdas.

Desde la independencia y la autogestión lleva nueve discos editados por su propio sello “Viento Azul”: autodidacta en el camino de la música, forjó su identidad a partir de una premisa, dice: nunca traicionar lo que siente. Esa elección se ve reflejada en su personalísima y visceral poesía, que se entrelaza con sus músicas de forma orgánica, ya que también sus melodías y texturas son compuestas “aferradas a los sentimientos del momento”.

Pero aunque su poética parece en ese sentido distante de la realidad convulsionada que lo rodea, Aristimuño es el primero en afirmar que “la realidad se filtra: yo también tengo que pagar el gas, el súper”.

Así, sus composiciones pueden tratar de amores y desilusiones, “experiencias que todo el mundo atraviesa”, dice, pero al escribirlas Aristimuño puede estar haciendo referencia a una desilusión amorosa, pero también una desilusión con la realidad, con la política. “Siempre trato de que la metáfora sea abierta”, explica.

Pero en tiempos de crisis, donde “el público tiene muchas dificultades para pagar una entrada e ir a un show” y los músicos tienen que resolver viajes con formaciones más chicas, armar shows acústicos para recortar gastos, su música, dice, puede “reconfortar a la gente”. En sus sonidos hay, en efecto, algo reconfortante, que desde la ciudad solemos leer como parte de su ADN sureño, una música que refleja calma. “Música melancólica”, la define él, aunque de una melancolía que esconde esperanza, no una música que no ofrece salida. Una música, dice, que refleja los estados de ánimo de cualquiera, que sufre amores y desamores, felicidad y tristeza; una música que lanza al mundo el mensaje de que pasar por esos sentimientos no está mal. Porque “hay músicas que son todo el tiempo para arriba, y eso no está bueno”.

 

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE a esta promo especial
+ Comentarios

Para comentar suscribite haciendo click aquí

ESTA NOTA ES EXCLUSIVA PARA SUSCRIPTORES

HA ALCANZADO EL LIMITE DE NOTAS GRATUITAS

Para disfrutar este artículo, análisis y más,
por favor, suscríbase a uno de nuestros planes digitales

¿Ya tiene suscripción? Ingresar

Full Promocional mensual

$650/mes

*LOS PRIMEROS 3 MESES, LUEGO $6100

Acceso ilimitado a www.eldia.com

Acceso a la versión PDF

Beneficios Club El Día

Suscribirme

Básico Promocional mensual

$500/mes

*LOS PRIMEROS 3 MESES, LUEGO $3950

Acceso ilimitado a www.eldia.com

Suscribirme
Ver todos los planes Ir al Inicio
cargando...
Básico Promocional mensual
Acceso ilimitado a www.eldia.com
$500.-

POR MES*

*Costo por 3 meses. Luego $3950.-/mes
Mustang Cloud - CMS para portales de noticias

Para ver nuestro sitio correctamente gire la pantalla