Temen que la temporada de gripe de este año alcance una preocupante virulencia

Como año tras año la gripe va variando su perfil según el virus de mayor circulación, los epidemiólogos se dedican a observar esos cambios que en general suelen manifestarse primero durante el invierno boreal y replicarse luego en el hemisferio sur. Es así que aun cuando en Argentina estamos a meses de que la gripe comience a ser un tema de preocupación, la situación que están atravesando Estados Unidos y algunos países de Europa les hace prever ya un panorama poco alentador.

La circulación de un virus particularmente severo para la cual la vacuna vigente resultó ofrecer baja protección ha generado en Estados Unidos una alerta nacional. Los hospitales de muchos de los estados se han visto durante las últimas semanas con las guardias saturadas y las salas de internación llenas de personas con gripe. Tanto es así que algunos de ellos han tenido que reprogramar cirugías que no eran de urgencia para disponer de más camas para internación. Las autoridades sanitarias, que prevén más de 30 millones de contagios antes de que finalice la temporada en mayo próximo, creen que podría ser la peor de la última década.

De acuerdo con los datos oficiales, 1 de cada 14 consultas a guardias durante las últimas semanas ha sido por síntomas de gripe, lo que representa la tasa más alta desde que en 2009 se produjo la pandemia de Gripe A. Pero lo que más preocupa es la tasa de internaciones –un dato que se utiliza para predecir la mortalidad-, la cual va camino a superar la más alta registrada en ese país durante este milenio y que tuvo lugar durante el invierno 2014-2015.

Aquella vez, 34 millones de estadounidenses tuvieron gripe, 710.00 fueron hospitalizados y unos 56.000 murieron. “Prevemos algo cercano a esas cifras”, anunciaron días atrás durante una conferencia de prensa los responsables de CDC (Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades), la agencia que regula las políticas sanitarias a nivel nacional.

Lo que más alarma a los epidemiólogos es la mortalidad del virus en circulación. Desde que comenzó la temporada, en octubre pasado, 84 niños han muerto en Estados Unidos a causa de la gripe, un número inusualmente alto para ese país. Como el 75% por ciento de esos niños no estaban vacunados, las autoridades están urgiendo a los padres para que los vacunen y que se inmunicen también ellos mismos a fin de reducir riesgos. Y es que si bien la vacuna vigente resultó ser menos efectiva de lo que se esperaba para el tipo de virus en circulación, aun así disminuye considerablemente las posibilidades de enfermarse y morir por esta enfermedad.

DOS CAUSAS

Al explicar qué está pasando este año con la gripe, los investigadores señalan dos causas: un virus particularmente severo y una vacuna que resultó poco eficaz contra él. Como se ha visto tanto en Estados Unidos como en Europa, alrededor del 74% de las muestras de virus analizadas correspondieron a la cepa A H3N2, la más peligrosa de las cuatro que suelen causar la gripe estacional.

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Esta cepa se vio por primera vez en Hong Kong en el año 1968, cuando causó la muerte de alrededor de un millón de personas en todo el mundo. Desde entonces ha estado circulando con pequeñas mutaciones y sin mayores consecuencias, dado que tras haber padecido este virus muchas personas han desarrollado ya una inmunidad natural contra él y porque las vacunas desarrolladas a partir de aquel gran brote suelen contemplarlo.

De hecho, como se esperaba que este año la cepa H3N2 volviera a tener presencia, los expertos de la Organización Mundial de la Salud, el organismo que determina cada año la composición de la vacuna más efectiva, dispusieron que se le diera ese perfil. Pero lo cierto es que por alguna razón que no está del todo clara aún, la vacuna resultó ser mucho menos efectiva contra esta cepa de lo que se esperaba.

Si bien los investigadores no han encontrado ninguna mutación genética en la cepa H3N2 que explique la baja efectividad de la vacuna, el hecho es que ésta ha demostrado brindar un grado de protección contra ella de entre el 25 y el 35%, según los países, lo que implica que dos de cada tres personas vacunadas puede enfermarse igual. Esto no significa sin embargo que la vacuna no sirva, señalan desde la Organización Mundial de la Salud, que insta a vacunarse igual.

Pese a la escasa cobertura lograda por la vacuna actual contra este tipo de virus A, la recomendación de los epidemiólogos continúa siendo la vacunación. Y es que aun con sus limitaciones, la vacuna contra la gripe estacional disminuye drásticamente la posibilidad enfermarse y desarrollar complicaciones graves que pueden tener un desenlace fatal si el afectado sufre alguna vulnerabilidad especial.

UN VIRUS “SORPRESA”

En España, donde la gripe está produciendo también una cantidad inusualmente alta de infecciones, los investigadores señalan una tercera causa al explicar la situación. Y es que si bien en ese país la cepa de mayor circulación es también la H3N2 – la más peligrosa, sobre todo para niños pequeños, pacientes con patologías asociadas y personas de edad-, se ha visto que muchos casos de gripe responden a una cepa “sorpresa”, la B-Yamagata, para la cual esta vacuna no ofrece ninguna protección.

Este año “nos ha ocurrido lo contrario a lo que pasó con la epidemia de la gripe A. En aquella ocasión nos preparamos en exceso y acabó siendo solo un mal año. Ahora hemos programado una temporada normal y no lo ha sido”, explica el epidemiólogo español Joaquín López Contrera en referencia a “la baja y nula cobertura de la vacuna para las dos cepas con mayor circulación”.

Si bien “no se puede atribuir el pico de mortalidad sólo al impacto de la cepa B- Yamagata (más benigna que la H3N2), el hecho de que ésta no esté cubierta por la vacuna “ha aumentado los casos”. Porque “si hay más registros también habrán más casos graves, por lo que cabe esperar que haya más muertes”, entiende por su parte el epidemiólogo Antoni Trilla.

La gripe, como se sabe, puede afectar a cualquier persona, pero los riesgos dependen de la edad y el estado de salud general. Las personas con más riesgo son los ancianos (personas de 65 o más años), niños menores 5 años, y embarazadas. Pero también quienes sufren determinadas patologías crónicas (como el asma, enfermedades pulmonares, diabetes mellitus e incluso la obesidad), las que incrementan la probabilidad de sufrir complicaciones que requieran hospitalización.

De estas complicaciones deriva el principal riesgo de la gripe, como lo son la neumonía, la meningitis y la sepsis. Si bien éstas pueden afectar a personas sanas, resultan más frecuentes en niños muy pequeños y ancianos.

Pese a la escasa cobertura de la vacuna actual, la principal recomendación continúa siendo la vacunación