El cordón hortícola busca reponerse tras perder el 30% de la producción por el temporal

Si los quinteros están acostumbrados a trabajar de sol a sol, entre el domingo y ayer los que sufrieron los efectos del último temporal, tuvieron que redoblar su esfuerzo para tratar de rescatar la producción que no estropeó el agua. Además tuvieron que levantar postes, sacar nylons rotos y pedir presupuesto para reponer los invernaderos. Ese panorama se repitió en Colonia Urquiza, Estancia Chica, El Peligro, El Pato, donde el impacto de la lluvia y el viento pegó mas fuerte.

Para colmo todos coincidieron en que cuando algo así sucede, de manera automática se incrementan todos los costos y el poste que tenía un valor de 80 pesos, después de la tormenta llegó a duplicar su valor en algunas madereras.

Algo similar ocurrió con el nylon, “por cada rollo nos piden 5 mil pesos, pero para un invernadero necesitamos dos, así que tenemos que disponer de 10 mil pesos solo para poner las paredes y los techos”, apuntó un productor que ayer recorría de lado a lado su quinta para intentar determinar qué podía salvar entre los jirones de plásticos.

“El agua estropeó casi toda la lechuga y las pequeñas plantas que quedaron las estoy cortando para venderlas a lo que sea con tal de no perder todo”, contó Raúl, un pequeño productor de El Peligro.

Salvador Vides integra el Frente Agropecuario Campesino y sabe que de temporales como el del último fin de semana se levantaron varias veces y aseguró que casi siempre lo hicieron por si mismos, “con nula ayuda del Estado”.

”La tormenta fue desastrosa para muchos productores de Colonia Urquiza, Estancia Chica, El Peligro y El Pato, pero estamos acostumbrados a que cada tanto la naturaleza nos da un golpe de estos”, afirmó.

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De acuerdo a relevamientos de la entidad a la que pertenece, otros de los sitios dañados por el granizo fueron Oliden y Bavio. También tuvieron problemas productores de Abasto, Olmos y Angel Etcheverry.

Es que además del daño inmediato, está el que produce el agua al favorecer la aparición de hongos que son letales para las hortalizas.

“También se piensa en futuras pérdidas porque quienes perdieron el techo no tienen en este momento cómo garantizar la cosecha a tiempo y esta es época de tomates, zapallito, pimientos que deberían ser cosechados desde noviembre a febrero”, agregó el productor.

En eso de esperar poco y nada de las autoridades Vides señaló que entre abril y mayo se gestionó en la subsecretaría de Agricultura de la Provincia la entrega de semillas para 750 productores y, después de muchas conversaciones, finalmente el 15 de septiembre último se entregaron 2 kilos y medio de variadas semillas, pero para que se repartan entre todos.

“Las semillas de remolacha, rúcula, perejil y acelga no alcanzan ni para un productor y somos 750, lo sentimos como una verdadera burla, así que ¿qué vamos a esperar?”, se preguntó Vides.

Los productores afectados coincidieron en que siempre trataron de salir hacia adelante con la ayuda del Estado o sin ella.

“A nadie le interesa mejorar un sistema de producción para beneficios de los productores y los consumidores”, agregó el quintero.

RElevamientos

Desde el domingo, las autoridades municipales recorrieron el cordón verde y relevaron los casos para coordinar acciones junto a los productores afectados. Se informó que el 30 por ciento sufrió algún tipo de pérdidas en la cadena productiva, pero uno de los puntos más afectados fue Colonia Urquiza.

Según se informó, autoridades de la Comuna, el equipo de la secretaría de Producción local y representantes provinciales realizaron durante el domingo diversas recorridas por las zonas de Abasto, El Peligro, Colonia Urquiza y Olmos.

En esas zonas se llevó adelante un relevamiento caso por caso junto a productores del cordón verde de la región.

En ese sentido, articularon distintas líneas de trabajo para mitigar los daños materiales causados por el temporal del último sábado.

“En primer lugar quisimos asistir a las familias, pero vimos que lo que se afectó fue la producción”, señaló Rogelio Blesa, secretario de Producción de la Comuna.

Además ayer se mantuvo contacto con los representantes del sector, con el objetivo de elaborar un registro detallado de las problemáticas que surgieron tras el temporal. También se confeccionará un registro con la totalidad de productores que fueron afectados por los vientos y el granizo.

El secretario de Producción local, Rogelio Blesa aclaró que “solo hubo daños materiales en sectores puntuales”.

Se anticipó que “los relevamientos continuarán durante toda la semana a fin de brindarle asistencia a cada productor damnificado junto a la Provincia de Buenos Aires; estamos haciendo un diagnóstico con la cantidad de productores afectados, alcanza un 30% del sector”.

En esa línea, se comunicó que se continuará trabajando con el sector porque “debemos tener en cuenta que son una parte muy importante y pujante de nuestra ciudad y del país”, dijo el funcionario.

Se precisó que “el cordón hortícola platense tiene un gran peso en la producción nacional, ya que incluye a más del 60 por ciento de los invernáculos del país”.

Se anticipó que se tratará de asistir a los pequeños productores porque son los que menos recursos tienen para afrontar las secuelas de la tormenta.

“Se va a analizar qué tipo de ayuda se les puede ofrecer por ejemplo con la provisión de materiales, a nivel municipal tenemos que afectar algún tipo de partida o redireccionar fondos para la compra de nylon y madera”, sostuvo.

En relación a la cosecha afectada se comunicó que se perdieron hortalizas y en Colonia Urquiza, una importante producción de flores.

Según se supo, eran flores que se iban a cosechar el mes que viene y que por su proceso de crecimiento demandará mas tiempo recuperar.

En ese importante sector económico de la Región bien vale el dicho “sobre llovido, mojado” porque, de acuerdo a una nota que publicó EL DIA recientemente, a raíz de la suba del dólar y de las tarifas, hay un 30 por ciento menos de productores de flores.

Los floricultores remarcaron que este año soportaron trabas en la importación de insumos, una sequía, un invierno con temperaturas muy bajas, pero lo peor fue la escalada del dólar y el aumento en el precio del combustible que dispararon los costos con el agravante de que no pueden trasladarlos al consumidor.