Los pasajeros del tren Roca están cansados del “embudo” que se forma en los molinetes de 1 y 44

Desde hace varias semanas, los pasajeros del tren Roca hacen escuchar sus quejas por la formación recurrente de lo que describen como “un embudo” en los molinetes de acceso a los andenes de la terminal de 1 y 44, cuya cantidad se redujo por la ejecución de obras. El descontento llegó a un extremo ayer y anteayer, en plena ola de calor, cuando en las horas pico el embudo se convirtió en un tórrido colador por el que fue una odisea pasar. En la operadora ferroviaria, sin embargo, consideran que “está operativa la cantidad necesaria” de aparatos de control “para el flujo de público de la Estación”.

“Es una vergüenza que todos los días los que vamos y venimos de trabajar tengamos que pasar por esta situación” sintetizó Raúl Gómez, vecino de la zona de plaza Italia: “entre la incomodidad y las demoras, apretados como sardinas y a los empujones con 36 grados de térmica no es una manera digna de empezar o terminar un viaje”.

Los indignados pasajeros advirtieron que se vienen quejando hace rato, y que las aglomeraciones se repiten todas las mañanas desde hace poco más de un mes, cuando comenzaron a realizarse obras en el hall de la histórica construcción de 1 entre 43 y 44, y se afectó el sector de molinetes.

“Quedaron solamente alrededor de diez lectoras para pasar la tarjeta SUBE y registrar el viaje”, señalaron los usuarios del tren eléctrico: “a veces hay que esperar turno en la cola un rato largo, mucho más de lo normal”.

Los operadores del servicio subrayaron que “se están llevando a cabo la remodelación y el mantenimiento de los pisos y techos del hall, y otras reparaciones”, y ante las quejas que apuntan al “insuficiente” número de molinetes en funcionamiento, se justificó que “están operativos doce, a partir de la evaluación del flujo cotidiano de pasajeros en la estación”.

Con andenes elevados provisorios y sin techo sobre sus andenes desde mediados de 2017, la Estación fue sumando mejoras y batiendo récords de expendio de boletos, pero parece difícil que todas las obras oportunamente anunciadas se concreten en lo que queda de 2019.

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Además de la cubierta de las plataformas, en 1 y diagonal 80 se debe concluir la adaptación y elevación definitiva de andenes y el retiro de las estructuras provisorias; la ampliación y creación de rampas para personas con movilidad reducida; la colocación de nuevos asientos; la instalación de pisos con “baldosas-guía” para ciegos, nuevos molinetes con sistema SUBE y ‘tótems’ de recarga; y el recambio total de iluminación por aparatos LED.

A esto se suman la parquización y el cerramiento perimetral del predio; la diagramación de nuevas paradas de taxis y colectivos; y el montaje de cartelería informativa “intermodal”, con monitores y pantallas de seguimiento en tiempo real.

Desde la cartera de Transporte nacional se informó que hay avances en varios de estos frentes, y que “ya se terminaron las mejoras en los baños de mujeres y hombres, que habían sido cerrados temporariamente a tal fin, con lo que se dio respuesta a un reclamo de muchos años; además, se están llevando a cabo la remodelación y el mantenimiento de los pisos y techos del hall, entre otras reparaciones”.

OBRAS EN VARIOS FRENTES

Las obras complementarias a la electrificación del ramal ferroviario entre nuestra ciudad y la capital federal también incluyen la conversión de los antiguos talleres de Tolosa en depósito, lavadero, estacionamiento y espacio de alistamiento y mecánica ligera, y la construcción de un mega-paso bajo nivel en 1 y 32.

El servicio de trenes entre Constitución y La Plata se interrumpió para permitir el avance de la electrificación en septiembre de 2015, cuando corría cada 25 minutos y tenía tres servicios rápidos que llegaban en 55; actualmente, completar el viaje demanda una hora y diez minutos, con frecuencias cada veinte a veinticinco minutos. Se prevé que en 2020 circule una formación cada 14 minutos.