Los Grammy: Fito “conquista el espacio” y vuelve a traer un gramófono al país

“Plenitud”. Así definió su momento Fito Páez ayer, tras festejar un hito para la música nacional: con “La conquista del espacio”, Fito ha conquistado al mundo entero, consiguiendo su primer Premio Grammy, a mejor álbum de rock o alternativo, en la 63ª edición de los grandes galardones de la industria musical, entregados ayer.

Fito se conectó ayer mediante videollamada, desde el sillón de su casa, rodeado de sus afectos, para ser parte de la ceremonia previa a la gala principal (en la que se entregan los ocho principales premios), y cuando su nombre fue señalado como el ganador en la categoría donde también competía el Bajofondo de Gustavo Santaolalla, por “Aura”, el rosarino estalló de felicidad.

“¡Ehhh! ¡Increíble!’’, exclamó el rockero argentino, laureado con ocho Latin Grammys (dos, el año pasado por su último trabajo), tras gritar de alegría y abrazar a su familia. “Gracias a la Academia, gracias a mi maravilloso equipo. Y sobre el COVID... hasta la victoria final”, lanzó Fito.

Minutos después, en sus redes sociales, se expresó “muy emocionado” y “totalmente en shock”, y citó a Gustavo Cerati: “Él tenía una frase que decía que el sentía que universo estaba conspirando a su favor. Este puede que sea un momento así, de plenitud absoluta: me siento absolutamente agradecido, inmenso, lleno de amor”.

“Yo tengo un vínculo con la cultura musical de los Estados Unidos de América, yo me crie en parte con esa cultura, fue parte de mi vida de una manera muy importante, por eso es muy emocionante recibir este premio importantísimo, sobre todo por la distancia”, expresó Fito, y contó que antes de la ceremonia “estaba nervioso, es importante, es como un casamiento, son ceremonias. Estoy muy feliz con haberlo ganado”.

Fito describió que recibió el galardón a “La conquista del espacio”, una especie de sountrack apocalíptico (por sus letras) y alegre (por sus ritmos), con mucha emoción, “como un abrazo definitivo, para siempre” en un momento de plenitud de su vida. Y se sumó así a la lista de ilustres que se llevan uno de los galardones más importantes de la industria musical mundial.

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Una lista que incluye más de 30 premios, y que tiene como líder a Daniel Barenboim, ganador de seis Grammys. Cuatro tiene el compositor y director Lalo Schifrin, mientras que Martha Argerich, el arreglador Jorge Calandrelli, Gustavo Santaolalla y Rafa Arcaute, la compositora Claudia Brant, El Gato Barbieri y Los Fabulosos Cadillacs también aparecen en ese listado de ganadores. Los Cadillacs fueron los últimos en ganar el premio a disco rock o alternativo, en 1998, por “Fabulosos Calavera”. El mismo premio se llevó ahora, más de dos décadas después, Fito Páez.

LA CEREMONIA PRINCIPAL

El premio a Fito y casi todas las categorías restantes, a excepción de las ocho principales, se entregaron durante la gala previa, en la que Gustavo Santaolalla tuvo su momento al participar de un tributo a Marvin Gaye. Horas más tarde comenzó la ceremonia principal, desde el escenario del Staples Center de Los Angeles, con Trevor Noah como presentador.

En la gala, Beyoncé y Taylor Swift, posiblemente las dos estrellas más importantes del pop mundial, se batieron en duelo como favoritas en los premios.

Beyoncé se presentaba con nueve candidaturas frente a las seis de Taylor Swift, las mismas nominaciones que tienen Dua Lipa y Roddy Rich, y buscaba ganar cuatro gramófonos, para convertirse en la artista mujer con más premios, y la cantante, femenina o masculina, con más galardones, superando a Alison Krauss. Ingresó a la gala principal con dos premios ya cosechados en la ceremonia previa: mejor video musical (“Brown Skin Girl”) y mejor performance de rap, y antes del cierre había ganado también el premio a mejor canción rap, estos dos por “Savage”, de Megan Thee Stallion, en la que fue invitada. Con ese premio, empató a Krauss y, minutos después, ganó el gramófono a mejor performance de R&B por “Black Parade”.

Swift, en tanto, buscaba convertirse en la primera mujer en ganar tres veces el Grammy al álbum del año (logro conseguido por antes por tres cantantes varones: Frank Sinatra, Stevie Wonder y Paul Simon -incluyendo Simon & Garfunkel-).

La gala no tuvo la habitual reunión de famosos ni actuaciones ante un gran público, por el coronavirus, que ya obligó a aplazar la gala prevista inicialmente para enero, cuando los organizadores consideraron irresponsable celebrar un evento festivo mientras Los Ángeles sufría los peores momentos de la pandemia.

Hubo cuatro escenarios en el centro de convenciones de la ciudad californiana, y los artistas fueron turnándose para actuar brindar shows muy lejos del habitual despliegue coreográfico, frente a una reducida audiencia de amigos y compañeros.

Pero el listado de presentaciones fue impresionante: cantaron Bad Bunny, Taylor Swift, Cardi B, Dua Lipa, Post Malone, BTS, Megan Thee Stallion, Bruno Mars, Harry Styles y Billie Eilish, entre otros.

Fue una velada en la que se homenajeó a los locales y sedes de pequeños conciertos, muy impactados por la pandemia en un año sin festivales ni música en directo: camareros, promotores y otros empleados fueron los encargados de dar los premios. Y el primer galardón que entregaron fue para Megan Thee Stallion, galardonada como mejor artista nueva. Más tarde, Bad Bunny le ganó a Ricky Martin en la categoría mejor álbum pop o urbano latino por “YHLQMDLG”. Y llegó la hora de los premios pesados: H.E.R. se llevó el gramófono a mejor canción del año por su alegato contra el racismo “I Can’t Breathe”. Además, Dua Lipa dio el batacazo al ganar álbum pop del año por “Future Nostalgia”, pero finalmente Taylor Swift también tuvo su noche de gloria al conseguir su tercer Grammy a mejor álbum del año. La mejor grabación del año fue para Billie Eilish.