Crecen los cruces por la marcha contra la Corte

A menos de una semana de la marcha contra la Corte Suprema que impulsa un sector del kirchnerismo y el sindicalismo duro, la Casa Rosada se llamó al silencio por estos días aunque ya había dado señales de apoyo, con las declaraciones del vicejefe de Justicia, Juan Martín Mena. La oposición, no obstante, denuncia la gravedad institucional de la movilización a la que asimila a un “alzamiento contra un poder del Estado”, y ratificó la realización de una “contramarcha” a los Tribunales para el jueves 3 de febrero.

“No tenemos comentarios”, se excusó ayer la portavoz presidencial Gabriela Cerrutti a ser consultada sobre la marcha del 1° de febrero convocada por el dirigente Luis D´Elía, el juez porteño Juan Ramos Padilla, y gremialistas como Pablo Moyano, Hugo Yasky y Hugo “Cachorro” Godoy, desde las 18 en plaza Lavalle, frente al Palacio de Tribunales, en la que exigirán la renuncia de los cuatro ministros de la Corte Suprema de Justicia.

Hace semanas la movilización, cuando comenzó a difundirse, había tenido un elíptico respaldo del Gobierno. Tras ser consultado en un reportaje radial por el tema, el presidente Alberto Fernández fundamentó que “con la Corte Suprema hay un problema de funcionamiento muy serio” mientras que Mena, quien acompañó a Oscar Parrilli en la agencia de Inteligencia (AFI) del último mandato de Cristina Kirchner, validó la protesta al sostener que se llegó a un “hartazgo” por la situación de la Justicia y que “el pueblo tiene que hacerse sentir” en las calles.

Malestar

Sin embargo, en los últimos días ha surgido cierto malestar entre los organizadores por la pasividad de las figuras del Ejecutivo y también porque ninguna de las fuerzas que integran el Frente de Todos se ha sumado oficialmente. Tampoco la CGT orgánicamente convoca al acto como sí lo hace el triunviro Pablo Moyano y su propio frente sindical. Seguramente participarán dirigentes sociales pero ninguna de las agrupaciones llamará a movilizar.

La marcha, además, blanqueó la interna entre D´Elía y Yasky: el dirigente piquetero le reprocha al diputado no haberlo “bancado” durante su detención y por eso en breve mudará su propia organización a la CTA Autónoma. Por eso en los últimos días se mostró con integrantes de esta central sindical.

Las quejas del oficialismo contra los recientes fallos del máximo tribunal y las denuncias del kirchnerismo sobre la existencia de una supuesta “mesa judicial” en Nación y Provincia durante el mandato de Cambiemos, presuntamente dedicada a perseguir a ex funcionarios y gremialistas, fueron el motivo de la convocatoria.

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“contramarcha”

Rápidamente los colegios de abogados y de magistrados alertaron sobre la gravedad de lo que consideran un ataque a un poder del Estado.

Pero también dirigentes y militantes de la oposición convocaron a una “contramarcha” a realizarse sólo dos días más tarde, desde las 19, frente al Palacio de Justicia “y en todas las plazas del país” bajo la consigna “La Corte no se toca”.

Una de las entidades convocantes es la asociación civil “Justa Causa” del exdiputado (PRO) Jorge Enríquez que observa un probable delito de “sedición” en la marcha del 1º de febrero y acusó a los organizadores “de querer tirar a los jueces por la ventana cuando dos de ellos provienen del peronismo”.

Aunque cuestionó que ningún partido de Juntos por el Cambio haya adherido a esta movilización opositora, descontó que la líder del PRO, Patricia Bullrich, se sumaría a la misma. “Es como si la Corte quisiera meterse con el Ejecutivo porque funciona mal. Un disparate al igual que lo del ministro (de Justicia Martín) Soria que dijo que tendría que estar representada por las 24 provincias”.

Para el diputado (PRO) y consejero de la Magistratura, Pablo Tonelli, la marcha del próximo martes “es un alzamiento institucional contra la Corte Suprema y por eso respaldo la marcha del 3 de febrero para reclamar que se respete la independencia y autonomía de la Justicia” al tiempo que confirmó su posible participación. Al ser consultado por este diario porqué considera que un sector del oficialismo ha decido atacar al máximo tribunal, adujo que “el kirchnerismo sueña con controlar la Justicia, para que obedezca los deseos y órdenes del Gobierno, entre otras cosas para lograr la impunidad de Cristina y sus secuaces”.

Se mostró satisfecho por el fallo de la Corte que declaró institucional a la actual composición del Consejo de la Magistratura porque “no respeta el equilibrio entre los estamentos que prescribe el artículo 114 de la Constitución” pero admitió que lo sorprendió “que otorgara un plazo tan breve para normalizar la institución. Habrá que hacerlo con una nueva ley por la integración de esos 7 miembros que estarían faltando”.