Brutalidad extrema en La Plata: la arrastró hasta una zanja y le sumergió la cabeza en agua

Un hombre de 42 años quedó detenido tras intentar matar a su pareja en el barrio San Carlos. Al menos así lo interpretó el fiscal Gonzalo Petit Bosnic, que requirió el cese de su libertad ambulatoria por golpear y arrastrar a la víctima hasta una zanja, donde hundió su cabeza en el agua en reiteradas oportunidades, con clara intención de provocarle la muerte por asfixia, indicaron a este diario calificadas fuentes judiciales.

La imputación es por los delitos de “homicidio agravado por el vínculo y en contexto de violencia de género en grado de tentativa; resistencia a la autoridad y lesiones leves”, agregaron los mismos voceros.

El caso se registró el domingo pasado en la calle 36 entre 131 y 132, donde el sindicado agresor, fuera de sí, arremetió contra su pareja, de 25 años.

En esas circunstancias, de acuerdo al reporte oficial, al arribo de la Policía a la escena, que fue alertada del hecho por vecinos, encontraron a la joven con una herida sangrante en una de sus cejas y la cara llena de barro.

Allí, en medio de un estado de shock, la chica confesó que su pareja la había atacado y que intentó ahogarla en una zanja.

El que también la pasó mal fue un vecino que habría intentado auxiliarla, que recibió algunas trompadas en el rostro.

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Se supo que los agentes que tomaron parte del procedimiento, del Comando de Patrulla La Plata y, de la subcomisaría La Unión, tuvieron que efectuar dos disparos de escopeta hacia el piso para que el sospechoso desistiera de su belicosa actitud, aunque costó que entrara en razones, ya que siguió propinando puñetazos y puntapiés.

Finalmente, tras una serie de forcejeos, el agresor pudo ser reducido y derivado a la comisaría de intervención.

Trascendió que producto de la refriega o, tal vez por las trompadas que lanzó, al margen de distintos traumatismos, el detenido sufrió la fractura de un dedo de su mano izquierda y también la pérdida de una uña.

“Sufre trastorno de ansiedad con ataques de pánico”, lanzó un allegado con acceso al caso.

Ahora habrá que ver si ese cuadro puede influir a la hora de analizar su responsabilidad en el hecho, ya que la acusación, de ser confirmada por el juez de garantías de intervención, podría desembocar que el estado de aprehensión se convierta en otro más gravoso, como es la detención.

Para Petit Bosnic, “las circunstancias valoradas como indicadores de riesgo procesal deben ser analizadas a partir de dicha normativa, y especialmente de la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer, con rango constitucional, toda vez que el hecho se perpetró en un escenario que revela un contexto de agresión en contra de una mujer”.

“Ello impone, -de acuerdo a los ya referidos compromisos internacionales- asegurar la realización del debate y, por ende, demanda también poner especial atención en aquellas circunstancias que podrían impedirlo u obstaculizarlo”, agregó.

Por último, sostuvo que “existen en el presente indicadores de vulnerabilidad en la persona de la víctima que permiten inferir que podría encontrarse expuesta a influencias por parte del acusado en tanto éste recupere la libertad, configurándose por ello un riesgo procesal”.