Fernán Mirás: “Todos estamos llenos de cuadros blancos y fantasmas”

Fernán Mirás cuenta que una tarde, hace dos años, recibió un llamado de Ricardo Darín, para contarle que volvían a hacer “ART”, la mítica obra de Yasmina Reza. Mirás lo felicitó por volver a subirse al escenario con aquel éxito teatral. “La vamos a dirigir, boludo, estamos juntando el elenco”, fue la cariñosa respuesta de Darín: querían a Mirás para la nueva puesta.

Mirás aceptó encantado: había visto la obra de la francesa Yazmine Reza en aquellos 12 años que duró la versión protagonizada por Oscar Martínez, Germán Palacios y Darín (a veces sin Martínez, con Brandoni), dirigida por el inglés Mike Gordon. Fueron 13 temporadas, actuaciones en España, más de un millón de espectadores. El actor de “Tango feroz” fue uno de esos espectadores, o varios: recuerda en diálogo con EL DIA que la vio incontables veces, y que “me fascinó desde la primera vez”. Al día de hoy “ART”, dice, es “la obra referencial”: detrás de escena, cuando los actores y directores conversan sobre un nuevo proyecto que los entusiasma, suelen decir “no es ‘ART’, pero es buena”.

“ART”, “una obra sobre la amistad”, según define Mirás, revivió hace 2 años con esa llamada: Darín dirige junto a Palacios la nueva puesta, que llegará a La Plata el sábado, para presentarse en la sala de 10 entre 46 y 47, con Pablo Echarri, Martín Slipak y Mirás como Sergio, Marcos e Iván, tres amigos de toda la vida que se reúnen alrededor de un cuadro blanco.

Y se desata la discordia: el que lo compró está chocho, pero a uno del trío le molesta particularmente el gasto en ese lienzo blanco. “Uno se enoja con el que quiere”, se ríe Mirás, y cuenta que la autora les reveló que aquello fue algo que le ocurrió: un vecino compró un cuadro de arte moderno que le molestó particularmente.

Inmerso en esa situación que la francesa, autora de “Un dios salvaje” y “La travesía de invierno”, ficcionalizó en “ART”, el personaje de Mirás intenta conciliar a sus amigos y sus puntos de vista, pero la compra de ese cuadro blanco hace tambalear los valores que creían compartir.

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“Está siendo muy atacada la cultura, está siendo atacado todo. Pero uno necesita pensarse, y para eso está la cultura”

“El chiste del arte moderno se termina rápido”, dice Mirás, que explica que en realidad la obra se pregunta “por qué somos amigos de alguien. ¿Cuánto conocemos, en realidad, a nuestros seres queridos? ¿Qué valores los unen realmente a estos amigos?”

“Todos tenemos amigos, y todos tenemos problemas con los amigos. Pero nunca vi una obra preguntarse por qué somos amigos. Y al principio de la obra, uno no entiende por qué son amigos, ellos mismos se lo preguntan”, explica el actor.

Pero a medida que avanza la obra “uno entiende qué le da cada uno” a esa amistad entre tres personajes disímiles, pero que comparten un humor, un código, algo que parece trascender, aunque quizás no pueda trascender, las diferencias.

La obra en blanco, “Carré blanc sur fond blanc”, de Kazimir Malevich (1918), es la que desata esas diferencias porque, como lienzo blanco, habilita infinitos puntos de vista, donde “cada uno proyecta, se proyecta”, dice Mirás. “Uno necesita pensarse, y para eso está la cultura”, agrega luego sobre el momento teatral, y “ART” tiene eso: un lienzo en blanco, el grado cero de la cultura, permite a tres amigos y a toda la audiencia repensarse.

De hecho cuenta que después de las funciones, “la gente me ha dicho que ve algo, ve cosas, en el cuadro blanco, y es un cuadro blanco, tiene alguna cosita pero es un cuadro blanco”, se ríe. Aunque, luego, concede que hay algo más en ese blanco, que evoca: “Todos estamos llenos de cuadros blancos y fantasmas”.

En ese sentido, dice el actor porteño de “La banda del Golden Rocket” que “ART” es una obra “donde no está todo dicho”, y quizás en eso que queda por decir, por interpretar, es donde reside el éxito de la pieza que regresó a las salas en 2022, primero con Mike Amigorena y ahora con Slipak en el elenco. Además, dice, hay algo refrescante en “una obra de una amistad masculina sin minas ni fútbol”.

- “ART” fue un gran éxito durante 12 años, pero el regreso de la obra ha sido en el marco de una crisis que no para de profundizarse, donde a la gente quizás le cuesta ir al teatro. Y sin embargo, el teatro sigue: ¿por qué pensás que el público sigue yendo al teatro en estos tiempos?

- Es cierto que al público le cuesta juntar unos manguitos para ir al teatro, y es cierto que hay cada vez mayores dificultades para hacer teatro. Estamos viviendo épocas muy raras: está siendo muy atacada la cultura, está siendo atacado todo. Pero uno necesita pensarse, y para eso está la cultura. Para mi una obra no es un tema leído, charlado, o filosofado en un libro, es un tema puesto en escena, y uno lo mira como espectador, imagina que eso es verdad a pesar de que sabe que está en un teatro, que entró en una puerta, que esos son actores: es el arte donde el espectador es más activo, acepta esa convención, imagina más que uno. Y es un ritual en el cual nos encontramos a pensarnos: “Hamlet” no es una obra sobre un rey y un príncipe, es la obra de un padre y un hijo, vamos a pensar sobre la paternidad, sobre ser hijos. Eso existe desde que se inventaron las obras de teatro, y siguen existiendo incluso con todos los avances tecnológicos y todo lo que hay: la gente sigue yendo a ver actores de carne y hueso actuando, para pensarse.

- Además de volver a llevar “ART” al escenario, ha vuelto a la pantalla “Tango feroz”, con los 20 años del estreno y el estreno del documental “Leyenda feroz”. ¿Cómo ha sido esa vuelta al pasado?

- Ver ese documental es para mí verse joven. La fui a ver con mis hijos, vieron cómo era un poco eso, eso me pone contento. Y me encantó el documental, independientemente de que trate de “Tango feroz”. Me gustó mucho que incorporara cómo fue hacer la película en ese momento, las dificultades, las discusiones sobre los temas musicales, si es la vida de Tanguito o no… Es un documental con mucho sentido del humor, y a la vez, emotivo, y no siempre los documentales contagian emoción. Mucha gente me decía: “Che… lloré”. Después, con “Tango feroz”, yo siento agradecimiento de que eso me haya pasado: es muy difícil que te pase algo así, si querés que te pase, no te pasa, son cosas que ocurren.