Milei se apropió de la guillotina para “ejecutar” a todo funcionario que no le caiga en gracia

Javier Milei acaba de incorporar un nueva figura a la política vernácula, puntualmente a la dinámica de La Libertad Avanza: la guillotina. Aquella máquina inventada en Francia -eso dicen- para ejecutar a los condenados a muerte porque se oponían, cuestionaban o conspiraban contra el régimen vigente.

El Presidente ha echado a más de 110 funcionarios desde que asumió, según los registros que constan en el Boletín Oficial. Pero, de acuerdo a las palabras del propio Milei, el primero en ser formalmente “guillotinado” fue el legislador porteño Ramiro Marra, amigo personal del jefe de Estado, co-fundador del partido violeta cuando sólo era una utopía, financista de la primera campaña electoral de Milei, la de 2021 cuando entró al Congreso, y libertario a ultranza.

Le cortaron la cabeza -es figurado- porque votó a favor de un aumento de tributos a los porteños en la Legislatura de la CABA, propiciada por el alcalde Jorge Macri. “Va contra el credo libertario”, explicó Milei por televisión, aunque él mismo aumentó Ganancias, Retenciones, Impuesto PAIS y a los Combustibles apenas asumió en la Rosada, ávido de recaudación. Un olvido, seguramente.

De Karina al Presidente

Según el Presidente, en términos políticos la dueña de la guillotina, la que suelta la cuchilla digamos, es su hermana Karina. Fue el caso de Marra porque la dama está obsesionada con teñir de violeta el distrito porteño en las próximas elecciones legislativas en las que, si no media una “pax”, se enfrentarán al macrismo gobernante. Marra fue funcional al primo Jorge y por eso le cupo la expulsión, el destierro de la tierra libertaria, el mote de “casta”.

Pero en las últimas horas, el que accionó el resorte que hace caer el filo en la cabeza del condenado fue el propio Presidente. Fue una seguidilla cruel. Acaso respuestas espasmódicas a cuestiones no tan graves. Veamos.

Milei decidió echar a la embajadora argentina en la Organización de Estados Americanos (OEA), Sonia Cavallo. ¿Qué hizo de malo la mujer? Nada. Pero sí su padre, el ex ministro de Economía Domingo Cavallo, artífice de la convertibilidad de los años 90, que hasta ayer nomás era definido por el Presidente como “el mejor de la historia”.

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Pero a “Mingo” se le ocurrió escribir en su blog personal que Argentina tiene atraso cambiario y que habría que salir del cepo. “Es un impresentable”, lo definió ayer Milei, en una notable voltereta de concepto cuando un periodista le preguntó por esos dichos de alguien que, con sus pro y sus contras, manejó la economía nacional.

Y la ligó Sonia, de paso. “No se puede estar en la misa y en la procesión”, justificó Milei dando por hecho que la economista abona lo que su padre escribió. Algo que probablemente sea verdad. Así, es dable suponer que si Domingo no publicaba nada su hija seguiría en Washington. La guillotina aplicada por una suerte de propiedad transitiva, digamos.

De adelantado a expulsado

Después del mediodía, el vocero Adorni comunicó el “guillotinazo” al titular de Anses, Mariano de los Heros, quien en un reportaje contó que el gobierno trabajaba en algún tipo de reforma previsional. Algo que todo el mundo político sabe que en algún momento hay que hacer, porque el sistema se encamina hacia su desfinanciación. Entre otros motivos, por decisiones erradas -teñidas de criterio electoralista- de gobiernos anteriores.

Pero parece que la pifió De los Heros al adelantarlo: “No está en agenda”, dijo Milei después de soltar la cuchilla sobre su cabeza. Que rodó porque, según explicó, “es un disparate que un funcionario de segunda línea se tome el atrevimiento de hablar de un tema que no es parte de la agenda, que la determino yo”. Tomará nota el reemplazante, Fernando Bearzi, seguramente en plan de coserse la boca antes de pronunciar una palabra.

No acepta matices

Hay que leer la saga de ayer en clave de mensaje. Salvo su micro mesa (Karina, Santiago Caputo), Milei no acepta matices. Su obsesión por mostrarse como el jefe en un país híper presidencialista lo deja al borde la brutalidad política. No es que no se estudie una reforma jubilatoria; es que no era el momento de decirlo y, cuando sea, lo blanqueará el Presidente. Lo que él no comunique, o bendiga a otro para hacerlo, no es un tema que pueda tratarse, acaso ni siquiera pensarse.

La figura de la guillotina es muy figurativa: a aquel que vaya contra Milei en territorio amigo le caerá al hoja afilada. Para los más propios y para aquellos que no los son tanto. Como la dirigencia nacional del macrista PRO, que sigue intentando una alianza electoral como si fueran pares del Presidente. Un concepto que parece no registrarse en la lógica de la Casa Rosada.

Se recuerda, por las dudas: el último Robespierre, el más duro, también fue guillotinado.