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Homenajean con asteroides a científicos de la Ciudad

Cuatro cuerpos menores descubiertos en el sistema solar fueron bautizados con sus nombres

25 de Noviembre de 2007 | 00:00
El reconocimiento -a instancias de los propios descubridores de esos asteroides, astrónomos del Observatorio Félix Aguilar de la Universidad Nacional de San Juan- fue recibido con sorpresa por sus destinatarios. "¿A quién hay que agradecerle?", preguntó el doctor Muzzio -ex decano de la facultad de Ciencias Astronómicas y actual director de su Instituto de Astrofísica La Plata- al enterarse de la distinción por medio de un colega.

Y es que si bien bautizar asteroides constituye una tradición en este medio, no es habitual que quienes los descubren homenajeen con ellos a colegas en vida.

Cuerpos menores del espacioCon estas nuevas designaciones La Plata tiene ya nueve entradas que remiten a sus científicos en los catálogos astronómicos. Los casos anteriores corresponden a los astrónomos Jorge Sahade, Virpi Niemela, Carlos Jaschek y Ricardo Platzeck, y al cardiocirujano René Favaloro.

"Quisimos homenajear a astrónomos destacados de nuestro país, personas que han contribuido a la ciencia argentina. Si la memoria no me falla, creo que son ocho los que trabajan o han trabajado en el Observatorio de La Plata cuyos apellidos usamos ya para designar nuestros asteroides", comentó el licenciado Carlos López, director del equipo de la Estación Astronómica Cesco responsable de los hallazgos.

UNA TRADICION Y UN DERECHO

Además de una tradición y un homenaje, dar nombre a un asteroide u a otro cuerpo del espacio es un derecho que le corresponde a quien lo descubre y que se rige con pautas precisas.

Una vez hecho el hallazgo, y comprobado por su órbita que no se trata de un cuerpo ya descubierto, el autor del descubrimiento propone un nombre a la Unión Astronómica Internacional (IAU), donde un comité de nominaciones estudia la propuesta y la incluye, o no, en el nomenclador consultado por científicos de todo el planeta.

En el caso de los asteroides designados recientemente con nombres de astrónomos de nuestra universidad, "la Unión Astronómica Internacional se tomó unos cuatro meses en aceptar las propuestas y emitir un único dictamen que los abarcó a todos", dijo López.

Si bien el dictamen fue más o menos expeditivo, no así el proceso que se requirió para que esos asteroides llegaran a tener nombres propios. "Hacen falta varios años de observaciones para comprobar que no se trata de hallazgos existentes. En el caso de los nuestros, entiendo que fueron descubiertos en 1976. Hasta ahora sólo eran identificados con un número provisorio", comentó Muzzio.

Todos ellos fueron descubiertos una región que se ubica entre los planetas Marte y Júpiter, conocida como "cinturón principal de asteroides", donde se encuentra buena parte de los miles que vagan por en nuestro sistema solar.

LADRILLOS DEL SISTEMA SOLAR

De dimensiones y órbitas diversas, los asteroides son considerados los "ladrillos" que sobraron durante la construcción del sistema solar. Las teorías más recientes sostienen que "son el material que nunca llegó a aglutinarse para formar un planeta", señaló la doctora Adela Ringuelet.

Profesora titular de la cátedra "Atmósferas Estelares" en la facultad de Ciencias Astronómicas de la Universidad Nacional de La Plata, y directora de un equipo de investigación en la misma casa de estudios, Ringuelet se mostró sorprendida y agradecida por el homenaje, que por otra parte no es algo novedoso en su familia: su esposo, el astrónomo Jorge Sahade, recibió una distinción similar años atrás.

También al doctor Muzzio el homenaje lo tomó por sorpresa. "No me esperaba algo así y me emocionó mucho. Apenas lo supe se lo conté a mis hijas y a mi madre, y me puse en contacto con la gente de San Juan para agradecerles, en especial a su director".

Ese contacto le permitió a Muzzio enterarse el jueves último que él mismo, sin saberlo, había descubierto otros dos asteroides hace ya cerca de treinta años. "En el 69 tomé unas placas, y de su estudio surgió que entre los cuerpos que mostraban había al menos dos sin catalogar", contó.

"Los nuestros son asteroides pequeños: tienen alrededor de 10 kilómetros de diámetro", mencionó por su parte el doctor Brunini, investigador principal del Conicet, subdirector del Instituto de Astrofísica de La Plata y titular de la cátedra "Origen del Sistema Solar" en la facultad de Ciencias Astronómicas de nuestra ciudad.

"Los más grandes llegan a tener cientos de kilómetros de diámetro. De ahí que fueran los primeros en ser identificados ya a principios del siglo XIX. Hoy sólo se descubren asteroides pequeños como estos", dijo.

A esto contribuye también el hecho de que los asteroides colisionan con frecuencia entre ellos tornándose cada vez más pequeños. Se calcula que si el total de la masa de todos los asteroides existentes hoy de nuestro sistema solar se concentrara en un sólo cuerpo, éste tendría cerca de 1.500 kilómetros de diámetro, menos de la mitad de lo que tiene la Luna.

EN LAS ALTURAS DE SAN JUAN

Los nueve asteroides cuyos nombres homenajean a referentes de la ciencia de nuestra ciudad fueron descubiertos por el grupo de Astronomía del Sistema Solar y Parámetros de Estructura Galáctica, que trabaja en la estación astronómica "Carlos Ulrico Cesco" de la Universidad Nacional de San Juan.

Emplazada a 2500 metros de altura en la zona de El Leoncito, esa estación opera un telescopio doble, único en su tipo en el hemisferio sur, y se dedica al seguimiento de asteroides; en especial aquellos que se conocen como NEOs, Objetos Cercanos a la Tierra, según su traducción del inglés.

Los NEOs son asteroides con trayectorias que pasan relativamente cerca de la órbita de nuestro planeta, por lo que eventualmente podrían representar un riesgo. De ahí que existan equipos, como el de San Juan, dedicados a monitorearlos.

La Estación Cesco, inaugurada en 1965, nació de la iniciativa de dos universidades norteamericanas, Yale y Columbia. En 1974, al retirarse la primera de ellas del proyecto, la segunda invitó a la Universidad Nacional de San Juan -a través de su Observatorio Félix Aguilar- a formar parte de lo que hoy se conoce internacionalmente como programa Yale-San Juan.

El proyecto Yale - San Juan, dedicado a la determinación de movimientos australes en un amplio rango de magnitudes, ha publicado a la fecha tres catálogos conteniendo más de 40 millones de entradas.

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