La nueva femineidad: chicas más agresivas y varoneras

Los viejos docentes lo explican así: una pelea entre mujeres, hasta no hace mucho tiempo atrás, se dirimía en el campo del comentario insidioso y la intriga. Hoy es más frecuente que lo deseable que derive en una lucha a mano limpia al mejor estilo masculino. Pero no es todo. Esos mismos docentes también se asombran y preocupan porque entre las chicas se difunden con la misma intensidad que entre los varones adolescentes, costumbres como la de emborracharse, hablar mal, fumar o salir en barra.
Paralelamente, las chicas ganan autonomía en el romance y en el sexo. Esperar a ser elegidas es cosa del pasado y ahora son ellas las que suelen tomar la delantera y se animan a "encarar" al estilo que, desde la pantalla, promueven divas como Britney Spears o Christina Aguilera. Aunque no siempre con toda la información necesaria.
Sociólogos, antropólogos, docentes y psicólogos reconocen la existencia de una tendencia: en un momento histórico en que lo masculino y lo femenino se redefinen en el marco de una sociedad en transición, son las chicas las que rompen barreras y adoptan, como nunca antes, comportamientos vinculados al estereotipo masculino.
Un estereotipo masculino que, como contrapartida, también se reformula. O, dicho de otra manera: los chicos se quedan más de una vez perplejos frente al nuevo desparpajo femenino, que los hace mas retraídos y les hace perder protagonismo.
Detrás de esta tendencia -que se verifica también en países europeos y sobre todo en Estados Unidos- los especialistas distinguen varias causas. Mencionan los cambios económicos que determinaron en los últimos años una incorporación creciente de las mujeres al mercado de trabajo y un consiguiente cambio de los roles familiares que repercute en la formación de la identidad de los adolescentes. Y subrayan, asimismo, la influencia de los nuevos modelos femeninos impuestos por los medios de comunicación, como elementos fundamentales.
En lo que hace al primero de estos factores, explican que los cambios sociales y económicos producidos en los últimos años han provocado que la masculinidad esté cada vez menos asociada a la figura del macho proveedor y protector. Una figura que era fundamental en la formación del viejo estereotipo femenino, según indica Lilian Armentano, directora de Psicología y Asistencia Social de la Dirección General de Escuelas.
Armentano suma otro factor: "los último años han mostrado un avance muy positivo de la mujer en la sociedad, ganando espacios antes reservados a los hombres. Las protagonistas de estos avances son las madres de las actuales adolescentes, chicas que profundizan esa búsqueda de equidad social y en esa profundización a veces se pasan de rosca. Es cuando confunden dejar de ser el ' sexo débil' con adoptar conductas comunes en los varones y generalmente asociadas a la impulsividad, que confunden con manifestaciones de fuerza".
Esas conductas asociadas a la impulsividad son las que asombran y a veces hasta preocupan a los docentes. Darío Lima es director de una escuela de La Plata y observa como "en los últimos tiempos, chicos y chicas manejan los mismos códigos. El 'te espero a la salida' ya no es patrimonio exclusivamente masculino; las mujeres se insultan con un vocabulario tan soez como el que antes era privativo de los hombres y pintan tantos o más graffitis que los chicos en los paredes y bancos de la escuela. Como contrapartida los pibes están más quedados, han perdido el protagonismo frente a la mujer y se los nota más aminalados".
Lilian Armentano lo define así: "hay un proceso de generalización de algunos comportamientos violentos. Aunque sigue siendo menor la cantidad de hechos violentos protagonizados en las escuelas por chicas que por chicos".

LO FEMENINO Y LO MASCULINO SE REDEFINEN
Al antropólogo Héctor Lahitte no le sorprenden estos cambios. Afirma que actualmente se vive un clarísimo período de transición en el que lo masculino y lo femenino se redefinen.
"Los estereotipos masculino y femenino que nos trajeron hasta aquí ya no son eficaces. Las pautas de conducta se van transformando definiendo un perfil de lo masculino y lo femenino totalmente nuevo", explica.
Es en este marco que las chicas comienzan a incorporar rituales de iniciación social que antes eran privativos de los hombres, explica Armentano. Rituales de iniciación como emborracharse, pelearse, o salir en barra que antes eran privativos de los hombres y que entrañan un riesgo para la integridad de la chica.
Los especialistas no se olvidan de la influencia de los medios de comunicación, especialmente la televisión, en la formación de una nueva identidad femenina.
"Programas como Sex And The City, los videos de Britney Spears y Cristina Aguilera, que estimulan la imagen de una mujer independiente, agresiva y sexualmente poderosa, pasados una y otra vez para chicas que los ven sin que algún mayor esté junto a ellas para hacer una interpretación, hacen que la influencia de esos programas sea enorme", indican.
Tampoco olvidan la influencia de una sociedad cada vez más violenta en la que el viejo estereotipo femenino cada vez tiene menos chances de encajar, según explica Lucrecia Areceguet.
Por su parte, Lilian Armentano destaca que, en medio de estas transformaciones, es bueno que los padres estén atentos en su función educadora, "sobre todo a la aparición de estas nuevas conductas que actúan como rituales de iniciación".