Juan Carlos Alba Posse

Su fallecimiento

Los más caracterizados círculos sociales y cristianos de nuestra ciudad se han vistos conmovidos por el reciente fallecimiento de Juan Carlos Alba Posse, ocurrido a sus 52 años de edad. Ha desarrollado grandes obras en diferentes iglesias de la región; fue muy respetado por toda la comunidad cristiana que con gran dolor lo despidió en misa de cuerpo presente en la parroquia Inmaculado Corazón de María de City Bell, el mismo templo donde Juan recibió la primera comunión y en donde, también, su familia construyó su vida cristiana.

Sus siete hermanos lo recuerdan como un ser muy querido, espiritual y respetado por toda la comunidad. Una persona que por su presencia y carisma ha estado siempre al lado de los más débiles y necesitados; que trabajó desinteresadamente, siempre con un estilo de vida muy austera y solidaria. Su espíritu mediador y conciliador lo hizo destacarse en varias comunidades donde intervino activamente.

Dentro de la variada cantidad de obras realizadas por Alba Posse, se destacan la fundación de la Casa María Pueblo y del Jardín de Infantes Josefina Vaquita, y la gran dedicación de años a prestar su inmensa fe y vocación en distintas comunidades en las que misionó. Una de las últimas ciudades que logró conocerlo fue la de Miramar. Allí, fue uno de los impulsores de la enseñanza para los niños más necesitados, siendo su accionar reconocido por diferentes sectores y autoridades de la comunidad. Asimismo, se destacó por su inmensa labor en la Biblioteca Municipal.

Juan, que vivió sus últimos 5 años en Miramar, ha dejado muchos amigos que en agradecimiento le brindarán un homenaje el 24 de marzo, siendo esta la misma fecha que se celebra el Día de los Derechos Humanos.

Por todo lo que Alba Posse sembró y cultivó en la municipalidad, la biblioteca, la escuela y el barrio, el recordatorio es muy especial para todos los lugareños. Fue un lugar muy especial para Juan, ya que encontró cobijó, mucho amor y respeto. Enseñó Física, Química y Matemática a más de 140 chicos que asistían gratuitamente a sus enseñanzas. Quienes conocen su obra en Miramar afirman que dejó una huella imborrable en el corazón de todos.

La vocación de servicio, la dedicación, la humildad y el respeto por los más necesitados fueron las cualidades que llevaron a que Juan haya sembrado buenos y eternos amigos en cada ámbito en el que le tocó participar. Un pastor por naturaleza, todos sus amigos se emocionan al recordar su obra. Dirigir y crear vínculos fue su línea de pensamiento.

Su familia recuerda que el lema de Juan Carlos Alba Posse, el que cultivó durante toda su vida, hacía referencia a que "El pobre construía con el pobre el tratado de ser una casa encendida en la montaña". Todos sus hermanos afirman que Juan fue un gran amigo al que van extrañar muchos.