El voluntariado celebra 40 años en la Casa Cuna

Cumplió ayer cuarenta años un servicio referencial en la Región, el voluntariado del Hospital "Noel H. Sbarra". Nacido a instancias del prestigioso médico que le da nombre a la institución -que la dirigió durante 27 años- gran parte de la función social que cumple la ex Casa Cuna se la debe a este grupo de mujeres y hombres que, solidarios y con un alto sentido del compromiso, enriquecen su vida afectiva acompañando el crecimiento de chicos que necesitan de esa contención especial.

La directora de la ex Casa Cuna, María Alicia Marini, destacó la labor de estas personas, "en su mayoría jóvenes de ambos sexos, que vienen a inscribirse para una vez por semana colaborar en la atención de los niños aquí alojados". La médica remarcó, asimismo, que "hay colaboradores que hace 18 años que nos acompañan" y subrayó como un hecho "muy particular" que el promedio de edad de los voluntarios sea de 20 años y que justamente por ese perfil etario predominan en el grupo estudiantes terciarios y universitarios".

Dos muestras del espíritu generoso que se ve a diario en el Noel Sbarra son Marta Arteaga y Carolina Bruni. La primera, madre de tres hijos ya grandes, es voluntaria desde hace 10 años, y la segunda, que hoy tiene 22 años, emprendió la tarea cuando apenas tenía 16. "Ver esas caritas todas las mañanas; abrazar a los nenes y que ellos retribuyan el abrazo. No hay nada más hermoso que eso, como cuando llega el día que se van con una familia y una sabe que se van bien, que crecieron lo mejor posible", resumió en su testimonio Marta mientras que Carolina confesó que "empecé por curiosidad y se convirtió en una pasión, porque una comienza con un fin de ayuda y al final son los chicos los que terminan dándonos a nosotros".

El único requisito que se pide en este voluntariado (todos los años se inscriben unas 300 personas pero el staff queda en alrededor de 150) es ser mayor de 16 años y disponer de tiempo que, en rigor, no es más de tres horas de un día fijo por semana. Los aspirantes están un mes a prueba. Transcurrido ese lapso la Comisión de Voluntarios, que coordina la psicóloga María Pilar Masallé, evalúa la actuación y, si el inscripto resultó apto ya es parte del servicio.

Los niños internados en el establecimiento son en su mayoría menores de 5 años, muchos de ellos víctimas de maltrato o abandono y que han recalado en el hospital vía tribunales de Familia. Desde hace dos años el centro asistencial se abrió a la comunidad y actualmente 16 de las 100 camas existentes alojan a niños extrajudiciales.

LA CELEBRACION

El acontecimiento no pasará inadvertido en la institución. Se celebrará mañana, a las 18, en la sede del Hospital. Las autoridades del establecimiento homenajearán a las distintas generaciones de voluntarios que durante cuatro décadas han atendido, ad-honorem, a los chiquitos internados. Habrá una suelta de globos, se descubrirá una placa alusiva a la fecha, actuarán un coro y una solista y se proyectará un audiovisual.

El voluntariado de la ex Casa Cuna nació el 2 de setiembre de 1969, cuando el médico Sbarra introdujo la comunidad al Hospital. En ese momento atendido sólo por personal de planta quien era su director entendió que una gran parte de la sociedad quería ayudar en la difícil tarea de dar contención y amor a los niños sin familia. "Fue la manera -evocó Masallé- de humanizar la tarea asistencial, personalizarla, y esa esencia es la que tratamos de conservar a lo largo de todos estos años".