Juan Pedro Tuculet: a un año del homicidio que conmovió a todos

El 9 de marzo de 2013, Juan Pedro Tuculet se reunió con amigos en una casa de Villa Elisa. A eso de las 3 de la mañana, él y otro joven fueron a comprar hielo y gaseosas en un Fiat Uno que les prestaron y Juan Pedro manejaba. Estacionaron en la estación de servicio “Esso” de camino General Belgrano y Arana, donde, de repente, un joven que bajó de un Fiat Duna se les abalanzó sobre el auto.

No tenían la menor idea de por qué, pero, asustado, Tuculet arrancó y escapó por el Belgrano. Lo siguieron. Y a la altura de 413, uno de los ocupantes del Duna disparó. El proyectil ingresó por un ojo de Juan Pedro y quedó alojado en su cabeza. Murió tras agonizar 24 horas. Tenía 19 años. Jugaba al rugby en el club Los Tilos. Y aunque fueron detenidos los tres presuntos responsables del hecho, a esta altura sólo quedan presos dos.

“Lo decidieron el 23 de diciembre, justo antes de la feria (judicial), para que no pudiéramos hacer nada”, resaltó ayer en diálogo con EL DIA el papá de la víctima, el profesor Gastón Tuculet, aclarando que supieron de la decisión “por los diarios”.

A un año de aquella madrugada que cambió su vida del peor modo y para siempre, la familia atravesó esa durísima fecha al amparo de los afectos más íntimos. “Sus amigos colocaron una plaqueta al pie del árbol que plantaron en el club cuando fue el cumpleaños de Juan (el 15 de abril). Y estuvimos allí”, contó Gastón.

Consultado sobre el estado de la causa, no ocultó su malestar por el sobreseimiento de Alexis Laborda (18), quien había sido detenido horas después del crimen junto al confeso autor material del disparo, Matías Arriarán (19), y el hermano de éste, Pablo Arriarán (29). Sin embargo, prefiere que los detalles judiciales queden en manos de sus abogados.

“Ellos están analizando si se pide alguna medida” para revocar el sobreseimiento de Laborda, quien, a criterio de Tuculet, “fue el que empezó todo”.

Es que este joven sería el que pateó la puerta del Uno que conducía Juan Pedro, pero se quedó en la estación de servicio cuando los hermanos Arriarán salieron a perseguir al rugbier. Así lo resolvió la Sala III de la Cámara Penal Platense, que -en simultáneo- confirmó la preventiva de los hermanos Arriarán, desestimando la versión defensista de que el disparo se había producido de manera accidental.

“La agresión previa suscitada en la estación de servicio de Belgrano y Arana”; “la persecución inmediata intentando darle alcance el vehículo que conducía la víctima Tuculet, que evitaba denodadamente sustraerse a la agresión, como así también la circunstancia de haber esgrimido un arma de fuego por la ventanilla, apuntando al conductor del otro rodado, conforman pautas suficientes que permiten presumir -en principio- la existencia del dolo (intención de matar)”, sostuvieron.

La motivación nunca se aclaró del todo, pero los hermanos habrían estado obsesionados con un auto Fiat Uno similar al que conducía Tuculet y que presuntamente merodeaba su taller en Villa Elisa.