Discapacidad, el otro drama humano detrás de los accidentes de tránsito

“La moto tiene un problema que aparece cuando le perdés el respeto...”, dice Piero Verza. A los 55 años, Piero, habla desde su experiencia. La de una vida que cambió radicalmente una noche en que manejaba su moto en la zona de Los Talas y el vehículo quedó “clavado” en un pozo del asfalto. “Salí despedido por arriba y me quebré la espalda al caer”, dice Piero. La moto quedó encendida y alertó a los vecinos, que llamaron a la Policía y después, a una ambulancia. El se salvó porque llevaba puesto el casco. Pero había cometido un error que subestimó, reconoce: “había tomado unos vasos de vino en un asado” del que venia cuando ocurrió el accidente. “Y esto es algo que todos tienen que saber: aunque tomes un sólo vaso de una bebida alcohólica, repercute en tus reflejos”.

A partir de entonces, la vida de Piero cambió radicalmente. Tardó todavía un tiempo en descubrir que la inmovilidad de la cintura para abajo que lo asaltó apenas ocurrido el accidente ya no se iría.

“Tuve que volver a aprender a vivir”, dice ahora, seis años después de sufrido el accidente: “volver a educar los esfínteres , apender a vestirme a vivir en una silla de ruedas”. De su vida anterior al accidente, Piero, que había sido camionero, extraña el camión, las motos y tocar la batería. Pero no se deja ganar por la nostalgia de lo que quedó atrás y rescata el apoyo de sus amigos, que lo ayudaron a salir de su peor momento: “a mi la vida me las salvaron mis amigos”, dice ahora.

La historia de Piero refleja un drama que alcanza a miles de personas, quienes sufren algún tipo de discapacidad como consecuencia de un accidente de tránsito.

Juan Pablo Poloni Nápoli es presidente de Amparar, una entidad platense que defiende los derechos de los discapacitados, e indica que “una alta proporción de los discapacitados que llegan a esa entidad platense, no son discapacitados de nacimiento, sino que adquirieron su discapacidad como consecuencia de un siniestro vial.

Después remite a un estudio reciente realizado por la misma entidad que establece la proporción de discapacitados que llegan a esa condición a través de un accidente de tránsito,

Siguiendo ese trabajo, según proyecciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), un 12,9% de la población, en promedio, tiene algún tipo de discapacidad.

“De ese 12,9%, el 60% tiene una discapacidad adquirida (que no es de nacimiento)”, dice Poloni Nápoli.

De ese último 60%, el 70% son personas que llegaron a la discapacidad a través de un accidente vial, indica siguiendo los lineamientos del mencionado trabajo.

Poloni Nápoli, que tiene una discapacidad motora de nacimiento y que desde hace muchos años trabaja con personas con discapacidad dice que “es más difícil sobrellevar una discapacidad adquirida que una que es de nacimiento”.

“Quienes tenemos una discapacidad de nacimiento , aprendemos desde el vamos a convivir con esa limitación. Para las personas que quedan discapacitadas tras un accidente suele ser más difícil, dice Poloni Napoli.

La preocupación por este problema es creciente, sobre todo si se considera el alto número de siniestros viales que hay en la Región, donde en lo que va del año ya son 109 las personas que fallecieron en accidentes de tránsito.

Según destaca Pedro Perrota, platense y presidente de Corazones Azules Argentina ”con un promedio de 10 muertos por mes, la Región de La Plata y Gran La PLata es una de las que más fallecimientos por estas causas tiene en el país.

Corazones azules es una entidad nacida en Ecuador que ya tiene presencia en países como Chile, Costa Rica, Uruguay, Panamá y España. A partir del 21 de octubre será lanzada en la Argentina desde la Plata con la idea de centrar su trabajo en lo educativo.

“En la Región hay muchas entidades que trabajan con la contención de la víctima. Nosotros nos vamos a concentrar más en la educación”, dijo Perrota.

Según los datos manejados por la asociación civil Luchemos por la Vida, la Argentina ostenta uno de los índices ás altos de mortalidad en accidentes de tránsito con un promedio de 21 muertos por día, 7472 muertos por año en todo el territorio nacional, más de 120.000 heridos de distinto grado y miles de discapacitados.

Según indican desde las distintas ONGs platenses, el número de discapacitados es difícil de precisar ante la falta de seguimiento de los heridos en un accidente de tránsito, cuya evolución ninguna estadística registra.

Detrás de los datos fríos aparecen las historias, como la de Roberto Pérez, un platense de 48 años que perdió por completo la movilidad de su mano tras sufrir un accidente vial cuando tenía 20 años.

Cuenta Roberto que del accidente propiamente dicho se acuerda poco. Recuerda, sí que amaneció en la cama de un hospital y que tenía tanto el brazo como el hombro y la mano izquierdas comprometidos seriamente por el accidente,

“Iba en el auto con unos amigos y nunca supe bien cómo fue el choque porque venía durmiendo. En nuestro caso no gravitó ni el alcohol ni las drogas, sino el cansancio”. dice Roberto, que hoy es padre de dos hijos, Valentino y Leonela, de 10 y 7 años, respectivamente y trabaja como empleado en la Cámara de Senadores provincial.

El accidente quedó lejos en el tiempo, pero Roberto no olvida lo difícil que fue adaptarse a la nueva situación.

“Hasta el día del accidente yo trabajaba, manejaba un taxi de mi viejo, m encantaba manejar. Después del accidente, en el que se me cortaron tendones y nervios tanto de la mano como del brazo, no podía utilizar el hombro, el brazo ni la mano. Los médicos trataron de injertarme nervios y tendones de los pies y lograron que recupere parcialmente la movilidad del brazo. También consiguieron que recuperara parte de la musculatura del hombro”.

Lo que no pudo recuperar fue la mano y fue necesario adaptarse par comenzar a manejarse con una mano sola. Roberto recuerda que al principio le avergonzaba la nueva situación y cubría su mano con mangas largas, hasta que se acostumbró y comenzó a actuar con naturalidad.

“Recién en el año 2012 pude volver a manejar tranquilo, porque logré comprar un auto con caja automática, que es el que actualmente uso.

Como Piero, también Roberto aconseja a aquellos que manejan, para evitar accidentes: “háganlo siempre descansados y si notan que cabecean, deténganse un poco al costado de la ruta. Siempre es preferible perder un momento para recuperarse antes que tener un accidente”.