Escándalo en Diputados, con golpes e insultos por la reforma previsional

M.S.

En el plano de lo formal, la reforma previsional impulsada por el Gobierno se encamina a ser convertida en ley por el Congreso. Ya tiene sanción del Senado y ayer obtuvo dictamen de un plenario de comisiones en la Cámara de Diputados, por lo que la semana próxima será votada en el recinto. Pero la iniciativa genera fuertes resistencias en el sector más duro de la oposición.

Sobre todo, provoca el rechazo del kirchnerismo y de fuerzas de izquierda que saben que van a perder la votación legislativa porque la coalición oficialista Cambiemos logró el apoyo de las bancadas que responden a los gobernadores justicialistas, tanto en el Senado como en Diputados. En ese marco, las protestas que llevan adelante se parecen a un acto de desesperación política.

Sólo así puede comprenderse el escándalo que tuvo lugar ayer por la tarde en el edificio anexo de la Cámara de Diputados, hasta donde llegaron dos ministros del presidente Mauricio Macri –Nicolás Dujovne (Hacienda) y Jorge Triaca (Trabajo)- para explicar los puntos principales de la reforma y responder las preguntas de los diputados. Pero todo se salió rápidamente de control.

Según pudo constatar EL DIA en el lugar, un grupo que mezcló algunos jubilados con sindicalistas de ATE y militantes kirchneristas copó un sector del recinto y comenzó a insultar a Triaca, mientras el funcionario pasaba unas placas para explicar la reforma. “Como a los nazis, les va a pasar, a donde vayan los iremos a buscar”, cantaron a los gritos. Y uno de ellos lanzó: “Es un genocidio”.

Las consignas que desplegaron los manifestantes son viejas conocidas de la política criolla, pero no quedó claro que fueran aplicables a la situación específica que se estaba desarrollando. “Traidores a la Patria son ustedes”, les gritaban a los diputados oficialistas, en una tácita referencia a la causa por la que están presos varios dirigentes kirchneristas y procesada la propia Cristina Fernández.

Un hombre mayor, que portaba un pequeño megáfono, se pasó prácticamente dos horas de corrido insultando a los ministros. Y luego cuando se le acercó un periodista para preguntarle si representaba a alguna entidad para tomar su testimonio, le tiró un manotazo que buscó ser una trompada pero nunca llegó a destino. También un cronista televisivo fue acusado de “mentir”.

Ese clima hostil tuvo, según pudo constatar este diario, la venia de la bancada kirchnerista. De hecho, el jefe Agustín Rossi envió un emisario entre los manifestantes para pedirles que hicieran silencio y uno de ellos –que no era jubilado sino más bien un “patovica” sindical- dijo por lo bajo: “A callarse compañeros, que lo pide el Chivo”. Con ese apodo se conoce al diputado santafesino.

Entonces transcurrieron unos minutos en los que Dujovne intentó explicar que, según las cuentas que hace el Gobierno, habrá “una mejora punta a punta de seis puntos porcentuales para los jubilados el año que viene”. La afirmación fue seguida de un coro de abucheos y el oficialismo replicó con un durísimo discurso del joven cordobés Nicolás Massot, jefe de la bancada del PRO.

“No hay derechos adquiridos cuando las jubilaciones se han pagado con la maquinita”, reprochó el legislador oficialista y preguntó a los sindicalistas Sergio Palazzo (La Bancaria) y Roberto Baradel (Suteba), ambos presentes, “dónde estaban esos carteles cuando se quisieron quedar con la fábrica de billetes”, en referencia a la causa Ciccone por la que está preso Amado Boudou.

Massot profundizó en la misma línea: “Si quieren pedir más guita para los jubilados, vamos todos juntos a Ezeiza y Marcos Paz”, lo que provocó el enardecimiento de los militantes kirchneristas que, al inicio de la reunión, habían desbordado todas las previsiones de la seguridad de la Cámara de Diputados (ver página 5). Y que, ante cualquier intención de frenarlos, gritaban que iban a ser “reprimidos”.

Eso nunca sucedió, pero más tarde llegaron refuerzos de la Policía de la Ciudad (ex Federal) que rodearon el edificio anexo de Diputados –ubicado en frente del Palacio, del otro lado de la avenida Rivadavia- y de la Gendarmería, que se apostaron en las inmediaciones, al parecer para seguir de cerca una marcha de fuerzas de izquierda que también salieron protestar contra la reforma.

El clima de efervescencia que generó en distintos sectores de la oposición el proyecto del Gobierno para modificar la fórmula de actualización de jubilaciones, pensiones y planes sociales como la Asignación Universal por Hijo (AUH), tendrá un nuevo capítulo este mismo miércoles, cuando marcharán los movimientos sociales en medio de un fuerte operativo de seguridad.

Mientras tanto, los que tomaron la posta en contra de la reforma previsional son los gremios –ayer hablaron en el Congreso el bancario Palazzo, Carlos Ortega (de SEASFPI) y la titular de los docentes de CTERA, Sonia Aleso-, mientras que la CGT analizaba la posibilidad de convocar un paro o bien una marcha para oponerse tanto a esta reforma como al proyecto de reforma laboral.