Un pedido contradictorio que genera polémica y enojos

¿Nuestro país está preparado para que los Boca-River se jueguen con hinchas visitantes? ¿Por qué no se pudo organizar un Rosario Central-Newell’s con público y sí tener las dos parcialidades en las finales de la Copa Libertadores? Estos interrogantes aparecieron de manera instantánea tras las declaraciones de Mauricio Macri (ver página 12) que generaron sorpresa, en primer medida, y luego desató una gran polémica.

En nuestro país no hay regularmente hinchas visitantes desde el 2013, tras la muerte de un hincha de Lanús en el estadio Ciudad de La Plata en manos de un efectivo de la policía de la provincia de Buenos Aires cuando su equipo jugaba un encuentro frente a Estudiantes.

A partir de allí, y hasta la fecha, solamente hubo encuentros con ambas parcialidades en algunos de partidos dependiendo del visto bueno de los organismos de seguridad. En Capital Federal, en tanto, en el último tiempo se pusieron firmes en su postura y dijeron que no a todos los pedidos de partidos con hinchas visitantes.

En este contexto, la idea de que los Boca-River se disputen con ambas hinchadas parecía una utopía, e inclusive Martín Ocampo (ministro de seguridad de la ciudad de Buenos Aires) había indicado que no lo veía factible, pero el llamado del Presidente de la Nación lo cambió todo.

Esta pedido de Macri se tornó aún más contradictoria teniendo en cuenta que, el pasado jueves, se disputó el clásico rosarino por la Copa Argentina sin público y en la cancha de Arsenal por razones de seguridad. Ningún organismo se quiso hacer cargo de dicho partido.

Igualmente la violencia se hizo presente alrededor del enfrentamiento entre la Lepra y el Canalla, ya que hubo un total de 25 detenidos informó la policía de Buenos Aires. Algunos fueron apresados por uso de pirotecnia y tenencia de drogas.

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